Maryam Firouz, la 'princesa roja' de Ir¨¢n
Fue precursora del movimiento feminista en el siglo XX
Con la muerte de Maryam Firouz, el pasado 23 de marzo en Teher¨¢n a los 94 a?os, ha desaparecido la ¨²ltima de las supervivientes del movimiento feminista iran¨ª de la primera mitad del siglo XX. Esta precursora naci¨® princesa Maryam Farman Farmayan en 1914, pero sus convicciones comunistas la llevaron a sustituir los apellidos familiares, que consideraba excesivamente aristocr¨¢ticos, por el nombre de su abuelo.
Sus padres, el pr¨ªncipe Abdolhosein Mirza Farman Farmayan y la princesa Batul, le dieron una educaci¨®n esmerada, pero convencional. S¨®lo el nombre de la escuela francesa de Teher¨¢n donde estudi¨®, Juana de Arco, tiene alguna relaci¨®n con la que ser¨ªa su trayectoria vital como activista de los derechos de la mujer.
Un primer matrimonio concertado a los 16 a?os fracas¨® a la vez que Maryam evolucionaba intelectualmente hacia el marxismo. Quedaron dos hijas, Afsar, fallecida con anterioridad, y Afsaheh, que la ha acompa?ado hasta su muerte. Poco despu¨¦s de su divorcio, se afili¨® al Tudeh, el partido comunista de Ir¨¢n, fundado en 1941. De ah¨ª que la prensa de la ¨¦poca la denominara la princesa roja, para consternaci¨®n de su familia. Fue una pionera, ya que el Tudeh prohibi¨® inicialmente la militancia de mujeres.
Fue en las reuniones del partido donde conoci¨® al que iba a ser su segundo marido, el arquitecto Nureddin Kianuri, otro radical de la alta burgues¨ªa que daba clases en la Universidad de Teher¨¢n y que pronto llegar¨ªa a ser miembro del comit¨¦ central. Maryam se concentr¨® en la situaci¨®n de las mujeres y fund¨® el ala femenina del grupo. Su casa se convirti¨® por entonces en un centro de reuniones pol¨ªticas y literarias. Hasta all¨ª acud¨ªan los intelectuales de izquierdas iran¨ªes.
Tanto ella como su marido participaron activamente en las revueltas de 1953, que obligaron a huir al sah por su oposici¨®n a nacionalizar el petr¨®leo. Tras el golpe de Estado contra el primer ministro Mosadegh, que impulsaron Washington y Londres en agosto de ese a?o, el matrimonio se vio obligado a pasar a la clandestinidad y finalmente a exiliarse en Europa del Este.
Maryam aprovech¨® para obtener un doctorado en lengua y literatura francesas, y trabaj¨® como profesora de franc¨¦s en Berl¨ªn Oriental y Leipzig. No obstante, prosigui¨® sus actividades pol¨ªticas trabajando con las mujeres iran¨ªes en el exilio. Eso le vali¨® un par de juicios en rebeld¨ªa, el segundo de los cuales la conden¨® a trabajos forzados de por vida a principios de los a?os sesenta.
S¨®lo tras la revoluci¨®n isl¨¢mica de 1979, Maryam y su marido (para entonces secretario general del Tudeh) se atrevieron a regresar a Ir¨¢n. Los comunistas fueron uno de los numerosos grupos que apoyaron el derrocamiento del sah. As¨ª que en un primer momento tras la llegada al poder del ayatol¨¢ Jomeini pudieron trabajar con libertad y Maryam dirigi¨® la Organizaci¨®n Democr¨¢tica de Mujeres de Ir¨¢n.
El espejismo dur¨® poco tiempo. En febrero de 1983, ambos fueron detenidos y encarcelados. Dos meses m¨¢s tarde, el partido era ilegalizado y la mayor¨ªa de sus militantes, ejecutados. S¨®lo la enfermedad de Maryam, en cuyos 70 a?os hizo mella la prisi¨®n incomunicada, llev¨® a las autoridades a conmutar su encarcelamiento por el arresto domiciliario. Un a?o despu¨¦s permitieron que se le uniera su marido con la condici¨®n de que nunca hablar¨ªa a la prensa. Aun as¨ª, escribi¨® una carta abierta a Jomeini en la que relat¨® el maltrato y torturas que ambos sufrieron mientras estuvieron detenidos.
Su muerte, en 1990, fue un duro golpe para Maryam, quien a pesar de su edad siempre mantuvo su inter¨¦s por la pol¨ªtica. De hecho, ha respaldado los recientes esfuerzos de las j¨®venes feministas iran¨ªes para unir a religiosas y laicas en un frente com¨²n por la igualdad.
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