Palmadas y zancadillas

Izquierda Unida ha obtenido casi un mill¨®n de votos y s¨®lo dos diputados. Es normal, si se acepta como normal un sistema electoral que fue dise?ado hace 31 a?os precisamente para funcionar as¨ª a favor de los grandes partidos estatales. IU siempre ha denunciado esta desproporci¨®n, incluso cuando tuvo 21 diputados pero le hubiera correspondido pr¨¢cticamente el doble.

La memoria pol¨ªtica es corta, pero el asunto es tan chocante que durante unos d¨ªas al menos se agitan opiniones contrapuestas. Para algunos, la opci¨®n de IU es obsoleta frente a la estabilidad bipartidista y bien est¨¢ que, aunque sea con zancadillas legales, se siga desanimando a sus posibles electores. Otros lamentan la injusticia del sistema, pero se lavan las manos porque la ley es la ley, y s¨®lo la mayor¨ªa podr¨ªa cambiarla en el Parlamento, y aun esto a trav¨¦s de dif¨ªciles encajes constitucionales. Estas palmadas en la espalda son hoy por hoy in¨²tiles porque una mayor proporcionalidad quitar¨ªa esca?os tanto a PP como a PSOE, cosa que ninguno de ellos aceptar¨¢ graciosamente.

Resumiendo: las zancadillas responden a una l¨®gica y las palmadas no van a ayudar a IU a salvar el obst¨¢culo. La ¨²nica ayuda eficaz para esta opci¨®n es simplemente el voto digno de quienes la prefieren, pasando el problema de lo que resulte a quienes tengan la capacidad para resolverlo. La realidad es que la suma de votos de PSOE e IU roza el 50% y podr¨ªa ser suficiente, si se tradujera proporcionalmente en esca?os, para negociar mayor¨ªas de gobierno, sin necesidad siquiera de apoyos nacionalistas. Mientras IU no desaparezca, esta posibilidad sigue pendiente.