Moore
Supongo que hoy, tras la muerte de Charlton Heston, se hablar¨¢ de sus pel¨ªculas. Habr¨¢ quien elogie su papel de polic¨ªa mexicano en Sed de mal, o, con m¨¢s vicio, su Mois¨¦s, o su Ben-Hur. Yo le consider¨¦ insuperable en un filme en que, rifle en mano, encarnaba a un villano insensible, fascista y probable simpatizante del Ku Klux Klan. La obra se llamaba Bowling for Columbine y la vi como una mediocre ficci¨®n par¨®dica. Si, como piensan algunos, se trataba de un documental combinaba la t¨¦cnica period¨ªstica de Goebbels y los elementos humanistas de Aqu¨ª hay tomate. Volv¨ª a verla hace poco y, en efecto, de aquello s¨®lo se salvaba Heston.
Michael Moore consigui¨® un gran ¨¦xito con Bowling for Columbine. Por alguna raz¨®n utiliz¨® a Charlton Heston como s¨ªmbolo de la estupidez violenta y reaccionaria que, seg¨²n la opini¨®n europea, impera en Estados Unidos. Ensamblando discursos diferentes y eliminando de ellos las palabras que no le conven¨ªan hizo que el actor, presidente de la Asociaci¨®n Nacional del Rifle, exhibiera una total indiferencia por la matanza que dos muchachos acababan de cometer en un instituto. Qued¨® la mar de aparente. Luego, en un fugaz encuentro personal, abus¨® de Heston, ya afectado por una enfermedad degenerativa. A Moore le dieron varios premios por ello.
Nunca m¨¢s he podido creerme los presuntos documentales firmados por Moore. Incluso cuando dice cosas obvias, como que Bush es una cat¨¢strofe andante o que Dick Cheney muestra todos los rasgos del soci¨®pata agresivo, me asalta la sospecha.
Ayer, en su p¨¢gina personal, www.michaelmoore.com, el autor de Bowling for Columbine rend¨ªa un homenaje a Charlton Heston. Me pareci¨® ruin. Como soy de izquierdas, acumulo prejuicios: los miserables de izquierdas me resultan especialmente insufribles.
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