Nuevas terapias para los ac¨²fenos
Los ruidos fantasma no tienen cura, pero la neurociencia ofrece algunos remedios
La vida moderna es ruidosa. La repentina alarma de un despertador abre los o¨ªdos a un ruido diario de camiones que rugen, sirenas que a¨²llan, televisores que canturrean, ordenadores que zumban y tel¨¦fonos que repican, por no mencionar las neveras que sisean y acondicionadores de aire que tamborilean. Pero para las personas que padecen ac¨²fenos, los tonos fantasmas que sienten en el interior de su cabeza son m¨¢s ruidosos que todo lo dem¨¢s.
Los zumbidos pueden ser intensos en personas con p¨¦rdida auditiva
El uso de aparatos de m¨²sica port¨¢tiles propicia a menudo estas molestias
Los tratamientos se basan en los nuevos hallazgos sobre la actividad cerebral
A menudo, causados por la exposici¨®n prolongada o repentina a ruidos fuertes, los ac¨²fenos se est¨¢n convirtiendo en un problema cada vez m¨¢s com¨²n, en especial entre los usuarios de aparatos de m¨²sica port¨¢tiles y los nuevos ancianos criados en la ¨¦poca del rock and roll. Otras causas pueden ser la tensi¨®n nerviosa, algunos tipos de quimioterapias, traumas en la cabeza y en el cuello, sinusitis y esclerosis m¨²ltiple.
Aunque no hay cura, los investigadores afirman comprender mejor que nunca la cascada de mecanismos fisiol¨®gicos y psicol¨®gicos responsables de los ac¨²fenos. Como resultado, los nuevos tratamientos que se est¨¢n investigando -algunos ya en el mercado de EE UU- prometen ayudar a los pacientes a asumir el tintineo, el golpeteo y el siseo que de otro modo les provoca distracciones.
Adam Edwards, de 34 a?os, copropietario de una tienda de reparaci¨®n de ruedas en Dallas, empez¨® a padecer ac¨²fenos hace cuatro a?os, despu¨¦s de disparar al blanco con una pistola. "Ten¨ªa todos los factores de riesgo", dice. "Empec¨¦ a cazar de peque?o, tocaba la bater¨ªa en un grupo, iba a conciertos ruidosos, tengo un entorno de trabajo ruidoso, todo excepto vivir al lado de un campo de lanzamiento de proyectiles". Sus ac¨²fenos, que ¨¦l describe como un "pitido de ordenador", eran tan intensos y persistentes que necesitaba sedantes para dormir.
Edwards ha obtenido alivio gracias a un dispositivo creado por un audi¨®logo australiano, que empez¨® a distribuirse en EE UU el a?o pasado. Fabricado por la firma Neuromonics, parece un reproductor de MP3 y emite un sonido que abarca todo el espectro auditivo, digitalmente inserto en m¨²sica relajante.
Similar al sonido blanco, el sonido de banda ancha, adaptado a la capacidad auditiva de cada paciente, enmascara los ac¨²fenos. (La m¨²sica est¨¢ pensada para aliviar la ansiedad que a menudo acompa?a al trastorno.) Los pacientes llevan este dispositivo, que cuesta 3.200 euros, un m¨ªnimo de dos horas al d¨ªa durante seis meses. Desde que complet¨® el tratamiento el a?o pasado, Edwards dice que sus ac¨²fenos "se parecen m¨¢s a la m¨²sica de fondo de una tienda; la oyes si piensas en ella, pero de lo contrario no te fijas".
Un estudio peque?o financiado por la empresa y publicado en la revista Ear & Hearing en abril de 2007 indicaba que el m¨¦todo de Neuromonics ten¨ªa el 90% de eficacia para reducir los ac¨²fenos. Se est¨¢ realizando un estudio m¨¢s amplio para determinar su eficacia a largo plazo.
Anne Howell, audi¨®loga del Centro Callier para Trastornos de la Comunicaci¨®n, de la Universidad de Tejas en Dallas, afirma que este aparato supone una gran mejora respecto a las anteriores terapias sonoras, que exig¨ªan llevar permanentemente algo parecido a un aud¨ªfono durante 18-24 meses.
"La duraci¨®n del tratamiento desanimaba a muchos pacientes", dice. "Y muchos me dijeron que llevar algo parecido a un aud¨ªfono les causar¨ªa problemas en su vida profesional".
Otros tratamientos prometedores incluyen electrodos implantados quir¨²rgicamente y estimulaci¨®n magn¨¦tica no invasiva, ambos pensados para interrumpir y posiblemente restablecer las se?ales cerebrales defectuosas que son responsables de los ac¨²fenos. Usando una resonancia magn¨¦tica para guiarse, neurocirujanos de B¨¦lgica realizaron el implante a varios pacientes el a?o pasado y afirman que ha eliminado por completo los ac¨²fenos.
Pero el tratamiento es controvertido. "Es una opci¨®n radical y todav¨ªa no probada", opina Jennifer R. Melcher, profesora de otorrinolaringolog¨ªa en la Escuela de Medicina de Harvard.
La terapia magn¨¦tica, similar a los tratamientos usados para la depresi¨®n y los dolores cr¨®nicos, supone sujetar un im¨¢n en forma de ocho sobre el cr¨¢neo. Los m¨¦dicos usan una resonancia magn¨¦tica funcional para dirigir los impulsos del im¨¢n de modo que lleguen a las regiones del cerebro responsables de interpretar el sonido. Los pacientes reciben un impulso por segundo durante unos 20 minutos. "Funciona en algunos pacientes pero no en otros", reconoce Anthony Cacace, profesor de ciencias de la comunicaci¨®n y trastornos nerviosos en la Universidad del Estado de Wayne, en Detroit. Dado que los ac¨²fenos tienen tantas causas, dice Cacace, el objetivo ahora es descubrir "a qu¨¦ tipos de pacientes beneficia este tratamiento".
Un equipo de cient¨ªficos brasile?os ha publicado un estudio que indica que un tratamiento llamado terapia del punto de activaci¨®n sacrocraneal puede aliviar los ac¨²fenos en algunos casos de trauma de cabeza y cuello, al relajar los m¨²sculos que constri?en las sendas auditivas y neuronales.
Adem¨¢s, hay f¨¢rmacos que alteran niveles de diversos neurotransmisores cerebrales como la serotonina, la dopamina y el ¨¢cido gamma-aminobut¨ªrico, pensados para tratar el alcoholismo, la epilepsia, el Alzheimer y la depresi¨®n, y que han conseguido disminuir los ac¨²fenos en varios estudios efectuados en animales y en humanos.
"Nunca hemos tenido tantas esperanzas", dice Salvi, de la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo, "de encontrar tratamientos para un trastorno que atormenta a los pacientes y los sigue all¨¢ donde vayan".
? The New York Times
Un tintineo en el cerebro
Las terapias m¨¢s prometedoras para tratar o enmascarar estos molestos ruidos que se sienten en el interior de la cabeza se basan, seg¨²n los expertos, en los descubrimientos realizados en los ¨²ltimos cinco a?os sobre la actividad cerebral de los pacientes que padecen ac¨²fenos.
Con equipos de toma de im¨¢genes cerebrales como la resonancia magn¨¦tica, grupos de investigadores de Estados Unidos y Europa han descubierto de manera independiente que las ¨¢reas cerebrales responsables de interpretar el sonido y generar emociones de miedo se mantienen excepcionalmente activas en las personas que se quejan de ac¨²fenos.
"Hemos descubierto que los ac¨²fenos no son tanto un tintineo en los o¨ªdos como un tintineo en el cerebro", dice Thomas J. Brozoski, investigador de los ac¨²fenos en la Facultad de Medicina de la Universidad del Sur de Illinois, en Springfield (Estados Unidos).
De hecho, los ac¨²fenos pueden ser intensos en personas con p¨¦rdida de capacidad auditiva e incluso en aqu¨¦llas con nervios auditivos completamente seccionados.
En ausencia de estimulaci¨®n auditiva normal, el cerebro es como un conductor que intenta sintonizar una emisora de radio situada fuera de onda. Sube el volumen intent¨¢ndolo, pero s¨®lo obtiene molestos ruidos est¨¢ticos. Richard Salvi, director del Centro de Audici¨®n y Sordera en la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo, dice que la est¨¢tica puede ser "ruido neuronal": el sonido de los nervios al dispararse. O, dice, podr¨ªan ser restos de los recuerdos del sonido.
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