Esperando el derribo
El barrio de l'Erm, en Manlleu, inicia su rehabilitaci¨®n y el fin de los pisos de Can Garc¨ªa
El barrio de l'Erm de Manlleu dispone de un centro c¨ªvico nuevo, los patios del CEIP Puig-Agut se han reformado y recuperado para los vecinos y se est¨¢ trabajando en el desarrollo social y econ¨®mico de la comunidad. Pese a todo, la percepci¨®n de mejoras entre los vecinos es escasa. El reequilibrio de poblaci¨®n inmigrante y las grandes reformas urban¨ªsticas, las actuaciones m¨¢s visibles y esperadas de la Ley de Barrios, a¨²n est¨¢n por hacer. Y entre ellas est¨¢ la guindilla del proyecto, el derribo de los pisos de Can Garc¨ªa.
"?Mejoras? ?D¨®nde? Lo que vamos es a peor". Es un vecino del barrio de l'Erm que se?ala a su alrededor. El portal del bloque donde vive, uno de los seis de los pisos de Can Garc¨ªa, presenta un aspecto deplorable. La puerta, vieja y destartalada, la mitad de los buzones reventados, la pintura cayendo a trozos y las paredes llenas de pintadas. Cerca de ¨¦l, una bolsa de basura cae al lado de los contenedores. "La tiran para no tener que bajar", explica. La convivencia en los pisos de Can Garc¨ªa es hoy por hoy imposible. Es el foco de malestar de los vecinos de l'Erm, que esperan con ansia verlo desaparecer y que se lleve con ¨¦l el estigma de barrio conflictivo.
Las actuaciones m¨¢s visibles a¨²n est¨¢n por llegar al barrio
Las viviendas, convertidas algunas en 'pateras', se tasan en 12.000 euros
Emblema del desarrollo del barrio, los dos edificios que dominan el cielo de Manlleu desde finales de la d¨¦cada de 1960 con sus 11 pisos de altura se llenaron de gente llegada de otras partes de Espa?a que a medida que fueron mejorando su nivel econ¨®mico se mudaron. Poco a poco fue morada de otra oleada de inmigraci¨®n, procedente del norte de ?frica, y el efecto llamada cada vez trajo m¨¢s reci¨¦n llegados al barrio.
Los pisos, convertidos algunos de ellos en pisos patera u okupados, se devaluaron; actualmente se tasan a unos 12.000 euros, y muchos vecinos dejaron de pagar las cuotas de escalera. La degradaci¨®n ha llegado a niveles insostenibles y en una de las escaleras hace cuatro a?os que no encienden la calefacci¨®n comunitaria por falta de dinero.
Despu¨¦s de muchos debates, el Consistorio tom¨® la decisi¨®n de derribar Can Garc¨ªa y realojar sus inquilinos en viviendas de protecci¨®n oficial. El problema: Manlleu no dispon¨ªa de pisos sociales. La envergadura de la operaci¨®n ha superado con creces el Plan de Barrios y Ayuntamiento y Generalitat firmaron en julio de 2006 un convenio para hacer viable la ejecuci¨®n y financiaci¨®n del proyecto. Incas¨°l construir¨¢ 350 viviendas en ocho solares cedidos por el Consistorio, que se quedar¨¢ con la finca de Can Garc¨ªa para destinarla a vivienda de renta libre. Actualmente, viven en los pisos de Can Garc¨ªa unas 200 familias, el 80% de las cuales son for¨¢neas. El objetivo es repartir la poblaci¨®n inmigrante en un porcentaje del 20% o el 30% en los distintos inmuebles para no reproducir el actual mapa social. El pleno de marzo del Ayuntamiento de Manlleu dio luz verde al inicio de tramitaci¨®n del proceso de expropiaci¨®n, que se prev¨¦ que dure a?o y medio.
El Instituto de Desarrollo de l'Erm (IDE), el organismo creado para la gesti¨®n del proyecto de regeneraci¨®n del barrio, es consciente de que el esfuerzo y dinero invertido -unos 5 millones de 17 del presupuesto- no se traduce en una percepci¨®n de mejora, pero su directora, Betlem Par¨¦s, no cede en el empe?o. "L'Erm iba a peor, no hab¨ªa esperanza y la Ley de Barrios ha sido un punto de inflexi¨®n, una oportunidad. Estamos ante un trabajo de hormiguitas y lo que tenemos que conseguir es ir sumando gente". Par¨¦s reconoce haber avanzado lentamente y se excusa en ser pioneros y tratarse de un Ayuntamiento peque?o que no puede asumir grandes costos de una sola vez (la mitad del presupuesto va a cargo del municipio).
Manlleu se acoger¨¢ a la pr¨®rroga de dos a?os prevista en la ley para poder terminar las 50 actuaciones previstas. Algunas est¨¢n al caer, como la reforma de la plaza de Sant Antoni y la rehabilitaci¨®n de los pisos de Ca l'Arnaus. Las mejoras de los edificios de Can Mateu y Can Casas a¨²n tendr¨¢n que esperar. Tambi¨¦n se avanza en los proyectos de accesibilidad y acondicionamiento del parque de l'Erm. "Hacer el barrio bonito es lo m¨¢s f¨¢cil -explica Par¨¦s-, pero es fundamental incidir en la mejora de la convivencia y en el desarrollo econ¨®mico de su gente". Se ha creado una escuela taller, se est¨¢ analizando la situaci¨®n y las perspectivas laborales de los habitantes del barrio para facilitar que trabajen; se ultiman programas de alfabetizaci¨®n y acogida de inmigrantes y se trabaja en la dinamizaci¨®n cultural del barrio. Miguel S¨¢nchez, presidente de la asociaci¨®n de vecinos de l'Erm, dice: "los esfuerzos est¨¢n ah¨ª, pero a¨²n existe tensi¨®n en el barrio y mucho por hacer en integraci¨®n, tanto por nuestra parte como por la suya".
Los mayores logros de la Ley de Barrios hasta ahora son el centro c¨ªvico Frederica Montseny y la reforma y apertura de los patios y pistas deportivas del CEIP Puig-Agut para uso colectivo del barrio. La asignatura no ya pendiente sino descartada es la reforma integral del mercado municipal.
Un gueto con d¨¦ficit urban¨ªsticos
Alejado del n¨²cleo urbano de Manlleu, el barrio de l'Erm naci¨® en la d¨¦cada de 1950 para albergar el crecimiento de la poblaci¨®n fruto de la inmigraci¨®n interna. Entre 1960 y 1975 los habitantes pasaron de 9.400 a 15.000, lo que requiri¨® la construcci¨®n de viviendas plurifamiliares como los pisos de Can Garc¨ªa y Can Mateu que han caracterizado la fisonom¨ªa del barrio. La precipitaci¨®n hizo que l'Erm creciera con grandes d¨¦ficit arquitect¨®nicos y urban¨ªsticos que con el tiempo se fueron incrementando y degradando. Problemas de convivencia, coincidiendo con el establecimiento de distintas oleadas migratorias extracomunitarias en el barrio, llevaron la situaci¨®n al l¨ªmite y en 2002 estall¨® con protestas vecinales, propuestas de organizar patrullas ciudadanas de vigilancia y la instalaci¨®n de videoc¨¢maras. Estas medidas no se llegaron a adoptar, aunque s¨ª se increment¨® temporalmente la presencia policial. Actualmente, el barrio es, con 3.343 habitantes, el m¨¢s poblado de Manlleu y mientras que en el global la poblaci¨®n inmigrante supone el 22%, en l'Erm es del 55%. El crecimiento de la ciudad ha reubicado el barrio en una posici¨®n c¨¦ntrica e inmejorable, cercado por las tres principales v¨ªas de circulaci¨®n y con servicios como el mercado municipal y la escuela de adultos, a los que se ha sumado el centro c¨ªvico.
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