Virtudes, l¨ªmites y riesgos de lo gratuito
Lo gratuito siempre ha estado de moda en Internet;, pero crear imperios a costa de crear contenidos gratis siembra dudas
EL DEBATE SOBRE LA ECONOM?A de lo gratuito (free economics) se est¨¢ volviendo tema de sendas discusiones en la regi¨®n de San Francisco despu¨¦s de que Chris Anderson, jefe de redacci¨®n de Wired y autor del libro La larga cola, escribiera un art¨ªculo donde adem¨¢s de promover las virtudes de lo gratuito, dice que es ineludible.
Inicia su demostraci¨®n con una referencia a King Camp Gilette, quien descubri¨® que regalar las m¨¢quinas de afeitar le permit¨ªa vender m¨¢s hojas. Lo que ha cambiado desde entonces es que "el coste de los productos est¨¢ cayendo estrepitosamente". Respecto a la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n, se lo debemos a la ley de Moore (aproximadamente cada dos a?os se duplica el n¨²mero de transistores en un circuito integrado) y al hecho de que el coste de almacenamiento y de la distribuci¨®n tiende hacia cero. Imag¨ªnense, dice, lo que pasar¨ªa si los restaurantes no tuvieran que pagar ni los alimentos ni a los empleados.
"Para entender lo que est¨¢ pasando con el dinero hay que pasar de la visi¨®n de un mercado con dos en contacto a una visi¨®n con m¨²ltiples partes".
Ciertos precios bajan lo suficiente como para ser insignificantes en las empresas. El problema, sin embargo, se plantea de manera distinta para los consumidores.
Ciertos precios bajan lo suficiente como para volverse insignificantes en las empresas. El problema, sin embargo, se plantea de manera distinta para los consumidores. "Cero define un mercado mientras todos los dem¨¢s precios constituyen otro", escribe Anderson. "La enorme brecha psicol¨®gica que separa casi cero de cero explica el fracaso de los micropagos".
Entrevistado en Advertising Age, Anderson reduce los tipos de gratuidad a tres: cuando un servicio es pagado por un tercero (la publicidad en la radio o el freemium, en el cual parte es gratis y parte pagada por los servicios Premium); cuando los costos tienden hacia cero como en el almacenamiento del correo electr¨®nico, y la econom¨ªa del regalo. Marginal hasta hace poco es ahora la base de Wikipedia, de Craigslist (el servicio de anuncios clasificados) y de una parte de la blogosfera.
"Para entender lo que est¨¢ pasando con el dinero", advierte Anderson, "hay que pasar de la visi¨®n de un mercado con dos partes en contacto -vendedores y compradores- a una visi¨®n m¨¢s ecosist¨¦mica compuesta de m¨²ltiples partes entre las cuales apenas unas intercambian efectivo". El enorme valor de Craigslist, por ejemplo (valorada en 5.000 millones de d¨®lares), est¨¢ siendo distribuido entre sus millones de usuarios.
Otra dificultad: al estimar el valor de las cosas no podemos pensar que el dinero es el ¨²nico elemento escaso. Pasa lo mismo con el tiempo y la reputaci¨®n. Google, por ejemplo, transforma la reputaci¨®n de un sitio en tr¨¢fico y de ah¨ª en publicidad. "Cualquier cosa que se pueda transformar de manera continua en efectivo es una forma de moneda y Google est¨¢ desempe?ando el papel de banco central para las econom¨ªas nuevas", estima Anderson. El planteamiento desencaden¨® una tempestad de cr¨ªticas.
En Radar, el blog colectivo de la empresa O'Reilly, Andy Oram estima que "los verdaderos costos de la informaci¨®n nunca se han debido a la producci¨®n o a la distribuci¨®n de medios. Provienen primero de la inteligencia humana requerida para producirla". Agrega que "los ingresos provenientes de la publicidad disminuir¨¢n" no solamente debido a la crisis del momento, sino porque "a menos que los consumidores compren muchos m¨¢s productos, la cantidad de dinero gastada en publicidad en conjunto disminuir¨¢ a medida que migra hacia Internet".
Ser¨ªa un error, adem¨¢s, creer que los consumidores van a seguir aceptando eternamente producir gratuitamente contenidos para empresas multimillonarias de la Web 2.0 sin pedir m¨¢s beneficios que el servicio ofrecido. Alex Iskold subraya los peligros de lo gratuito en Read Write Web. Puede constituir un arma "sucia" para destruir a la competencia. Lo que ha hecho IBM, por ejemplo, al dar gratis una tecnolog¨ªa de menor calidad, pero "suficientemente buena" para "secuestrar" a Java. Permite, de la misma manera, la construcci¨®n de nuevos imperios como el de Google. Si decidiera lanzarse en el comercio electr¨®nico, "podr¨ªa llevar Amazon a la quiebra al ofrecer libros gratis". ?Qu¨¦ pasar¨ªa con el trabajo sobre el que descansa nuestra sociedad el d¨ªa que esperemos "recibir algo a cambio de nada"?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.