Segunda vuelta
Zapatero sacrifica la primera votaci¨®n de investidura para ganar autonom¨ªa pol¨ªtica
Seg¨²n lo esperado, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ser¨¢ investido presidente del Gobierno en una segunda votaci¨®n, que tendr¨¢ lugar ma?ana. Interpretando este desenlace pol¨ªtico del debate en funci¨®n del contexto, no puede decirse que los socialistas hayan transmitido una imagen de debilidad, sino de determinaci¨®n.
Zapatero estaba en condiciones de haber pactado con otras fuerzas para obtener a la primera el respaldo de la C¨¢mara, pero prefiri¨® iniciar esta legislatura libre de compromisos. Se trata, sin duda, de una de las lecciones aprendidas durante los ¨²ltimos cuatro a?os, en los que el Gobierno pareci¨® actuar en demasiadas ocasiones condicionado por sus socios.
El gesto de autoafirmaci¨®n buscado por Zapatero al optar deliberadamente por la investidura en segunda vuelta no se ha traducido, con todo, en un desaconsejable distanciamiento de sus aliados potenciales. La prueba es que las 23 abstenciones registradas, y que suponen un cambio en el sentido del voto que hab¨ªan anunciado algunos partidos, son 10 m¨¢s de las requeridas para superar la nueva votaci¨®n, en la que s¨®lo se precisa la mayor¨ªa simple: m¨¢s votos a favor que en contra.
El de ayer fue un resultado significativo, que demuestra que la estrategia de Zapatero para la investidura puede resultar m¨¢s eficaz de lo esperado por los propios socialistas. Al no plantear su discurso como simple reflejo de un pacto previo para asegurar mec¨¢nicamente un determinado n¨²mero de votos, Zapatero tuvo que prestar una cuidadosa atenci¨®n al programa de Gobierno para el que solicitaba el respaldo, concretando las iniciativas y tratando de apoyarlas en razonamientos pol¨ªticos. Con ello ha logrado, de entrada, desarmar el voto negativo que hab¨ªan adelantado algunas fuerzas.
Est¨¢ en la l¨®gica parlamentaria que la segunda fuerza de la C¨¢mara vote en contra del candidato que presenta el partido con mayor representaci¨®n. No existiendo riesgos para el sistema, lo an¨®malo hubiera sido que el PP se abstuviera, seg¨²n lo que Rajoy hab¨ªa reclamado para s¨ª mismo en el caso de haber ganado las elecciones. Pero este voto en contra no tendr¨ªa por qu¨¦ convertirse en una irrevocable enmienda a la totalidad, seg¨²n aconteci¨® en la ¨²ltima legislatura. El PP avanzar¨¢ en su consolidaci¨®n como alternativa en la medida en que haga ver a los ciudadanos que sabe distinguir entre los asuntos de Estado, que requieren acuerdo entre Gobierno y oposici¨®n, y aquellos otros en los que la discrepancia es imprescindible para que exista pluralismo.
En cualquier caso, no es a unos socios parlamentarios que no ha tenido a quienes Rajoy tendr¨ªa que marcar su propio terreno en esta legislatura, sino a los grupos de presi¨®n que han pretendido hacer del PP su particular caballo de Troya para estar presentes en las instituciones de manera espuria. Tambi¨¦n eso contribuir¨ªa a consolidar al PP como alternativa. Y al propio Mariano Rajoy como su l¨ªder.
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