El asombro combate a la costumbre
Rafael Cadenas (Barquisimeto, Lara, Venezuela, 1930) presume de lento. Por eso choca o¨ªrle decir que procura ser "un atento 'vividor del presente". La frase es de Machado. ?l dice intenso en vez de atento. De paso redime la palabra 'vividor', que pasa a significar "vivir de veras cada momento". Asegura que detr¨¢s de su trabajo -lo llama as¨ª, "trabajo", no obra ni poes¨ªa- est¨¢ "el asombro ante lo extraordinario que es todo, pero que no vemos as¨ª porque la costumbre nos lo impide y es muy dif¨ªcil suspenderla".
Viaj¨® a Espa?a para presentar la edici¨®n de su Obra entera. Ven¨ªa de Venezuela y le segu¨ªan las noticias de all¨¢. En internet es f¨¢cil encontrar ataques contra ¨¦l por su postura contra Ch¨¢vez. "Si me atacan a m¨ª, que no tengo actividad pol¨ªtica, imag¨ªnate c¨®mo amenazan a los que s¨ª act¨²an", afirma. "Es una especie de odium theologicum porque el r¨¦gimen ha convertido el bolivarismo en una religi¨®n y combate como si fueran herejes a los adversarios". Hace ya m¨¢s de 60 a?os desde que Cadenas public¨® su primer libro, Cantos iniciales (1946). Su militancia comunista en plena dictadura le oblig¨® entonces a exiliarse: "El militarismo ha sido en Venezuela, de tiempo en tiempo, una peste", dice con resignada amargura.
Es dif¨ªcil encontrarle parentescos a Rafael Cadenas. Su poes¨ªa, despojada, parece tener la ret¨®rica por enemiga. "Lo es si se aparta de la veracidad. Estoy de acuerdo con Pound cuando dice que el poeta no debe dar informes falsos, pues 'arte inexacto es mal arte'. Simplemente, procuro serme fiel, pero si bien uno evita la gastada ret¨®rica, existe una preceptiva moderna a¨²n informulada. Es la que puede desprenderse de lo que han dicho los poetas del siglo XX y del actual sobre sus po¨¦ticas, que est¨¢n en gran parte llenas de evitaciones, de lo que no se debe hacer".
Derrota, su poema m¨¢s conocido (un verdadero hit en Venezuela: de alguna forma conect¨® con el sentimiento de su generaci¨®n), recuerda al ?lvaro de Campos del Poema en l¨ªnea recta. "A Pessoa lo le¨ª bastante", admite. "Es posible que los primeros versos de ese poema hayan quedado en mi subconsciente, pero Derrota es un poema absolutamente distinto, que escrib¨ª en un estado de gran depresi¨®n. Mejor dicho, lo escribi¨® un hombre joven de treinta y dos a?os que no soy yo, ¨¦l es el responsable del poema que est¨¢ lleno de quejas, 'la antigua maldici¨®n de los poetas', seg¨²n Rilke". Cadenas insiste a menudo en que quien escribi¨® los viejos poemas era otro. M¨¢s autores: "Mi inter¨¦s en Karl Kraus se debe al valor determinante que le asigna al lenguaje y a su lucha contra la perversi¨®n que ¨¦ste sufr¨ªa. Escrib¨ª sobre San Juan de la Cruz porque su iluminaci¨®n surge de un estado depresivo. En Whitman me interesa su 'conciencia c¨®smica', cercana al vedanta, su verso libre y su esp¨ªritu democr¨¢tico. A trav¨¦s de Rilke me expreso mucho al intentar interpretarlo. En Milosz me atrae su posici¨®n ante la poes¨ªa, que considera inc¨®moda porque 'nace cerca de las funciones que llamamos ¨ªntimas".
El primer poema de su Obra entera es toda una po¨¦tica que viene a decir: si hay vida no importa que haya o no poema, porque lo m¨¢s importante es la vida: el poema es entonces un "diamante incumplido". "La vida es el valor supremo. El poema dice: si es real tu vida / eres su encarnaci¨®n. Real aqu¨ª significa tener conciencia del misterio omnipresente. H?lderlin dice que es po¨¦ticamente como el hombre habita en la tierra, ¨¦se ser¨ªa el verdadero habitar. Para m¨ª se tratar¨ªa de estar cerca de la fuente. En H?lderlin ¨¦sta es la naturaleza creadora de todo, que ¨¦l ve¨ªa como una divinidad. Somos naturaleza -revestidos de cultura- pero lo que hacemos sigue siendo ella la que lo hace. 'La realidad es m¨¢s extra?a que la ficci¨®n' es una frase atribuida a Whitman, y eso es posible sentirlo". En la base de la poes¨ªa de Cadenas se adivina lo que podr¨ªamos llamar el cuestionamiento del yo. "No se trata de combatirlo, pues eso tendr¨ªa que hacerlo el mismo yo, lo que terminar¨ªa fortaleci¨¦ndolo. Ver¨ªamos aparecer un yo tan fuerte que ha sido capaz de vencer al yo. Hasta dar¨ªa miedo. Es el caso de algunos ascetas o fan¨¢ticos. Creo que la v¨ªa es verlo, vernos a fondo en nuestro vivir, pero tampoco para someternos a juicio por nuestras fallas. Este ver nos muestra nuestro condicionamiento, lo cual nos desabsolutiza. Desaparece el dictador".
Cadenas habla despacio. Podr¨ªa uno pensar, en su presencia, que se halla ante un viejo maestro tao¨ªsta. En su libro de traducciones El taller de al lado ha incluido una serie de frases zen extra¨ªdas de textos de autores que en principio no tienen nada que ver con esa filosof¨ªa (Russell, Jung, Gide, Dickens...). "Lo hice para indicar que existen coincidencias inesperadas entre autores de mundos tan diferentes. En Filosof¨ªa y m¨ªstica, Salvador Paniker explora lo que llama 'el tao¨ªsmo subterr¨¢neo de Occidente'. He le¨ªdo mucho sobre todas esas corrientes orientales. Siento que somos manifestaciones diferentes de una energ¨ªa; esto lo afirman el hinduismo cl¨¢sico y la f¨ªsica moderna. Personalmente, no sigo ning¨²n credo. Pienso que religiones, ideolog¨ªas, nacionalismos, en vez de unir, dividen tr¨¢gicamente a los seres humanos, como lo vemos y lo sufrimos todos los d¨ªas. ?Cu¨¢nta sangre se ha derramado en aras de esas iglesias! Todas las guerras son religiosas porque se deben a la absolutizaci¨®n de ideas".
Para acabar, le pregunto qu¨¦ le hubiera gustado cambiar con un poema. La contestaci¨®n no podr¨ªa ser m¨¢s reveladora: "La alegr¨ªa". -
Obra entera. Poes¨ªa y prosa (1958-1995). Rafael Cadenas. Pre-Textos, 2007. 776 P¨¢ginas, 35 euros.
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