Espa?a no aprovecha a sus titulados
M¨¢s de un tercio de los universitarios de 25 a 64 a?os trabaja en empleos que no precisan alta cualificaci¨®n - S¨®lo Irlanda y Estonia sacan peor rendimiento a sus titulados
Melisa Bril, de 28 a?os, se hart¨® de cobrar entre 700 y 800 euros como fisioterapeuta. Termin¨® la carrera en 2000, y eso es lo que encontr¨®, entre contratos temporales, hasta que hace unos meses acept¨® un trabajo de administrativa en el departamento de atenci¨®n al cliente de un banco. No le hac¨ªa falta ninguna carrera para acceder a ese empleo y cobra unos 1.200 euros al mes.
"La educaci¨®n va siempre por detr¨¢s del mercado", dice una experta
Melisa Bril cobraba de fisioterapeuta 800 euros; y, ahora, 1.200 de administrativa
Los m¨¢s afectados son los j¨®venes, pero mejoran su posici¨®n con los a?os
A la larga, los titulados siguen siendo los que m¨¢s cobran
Su caso es s¨®lo un ejemplo de muchos en un mercado laboral especialmente cruel con los j¨®venes. No s¨®lo por esos sueldos que no llegan al mileurismo, sino porque m¨¢s del 45% de los trabajadores espa?oles entre 25 y 29 a?os tiene un contrato temporal, el doble que la media europea. Un mercado espa?ol que tampoco perdona a los que parten con m¨¢s ventaja: m¨¢s de un tercio de los titulados universitarios de 25 a 64 a?os trabaja en empleos que no precisan una alta cualificaci¨®n, es decir, para los que no hubiera hecho falta que estudiasen hasta donde lo hicieron, seg¨²n se desprende de un estudio que acaba de publicar Eurostat (la oficina de estad¨ªstica de la Uni¨®n Europea).
El rapid¨ªsimo aumento de los titulados universitarios en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas y el desequilibrio entre las carreras que eligen los j¨®venes y las demandas concretas de un mercado de trabajo que no ofrece suficiente empleo de alta cualificaci¨®n son las principales razones que ofrecen los expertos. Pero tambi¨¦n hablan del ya proverbial alejamiento entre la empresa y la Universidad espa?ola, que se traduce en la falta de adecuaci¨®n entre lo que los alumnos aprenden en las carreras -no s¨®lo los contenidos concretos, sino las habilidades- y lo que luego necesitar¨¢n a la hora de trabajar. Un problema que la Universidad espa?ola intenta resolver en su adaptaci¨®n de sus titulaciones a Europa, pero cuyos posibles resultados tardar¨¢n en verse.
El objetivo de Eurostat con su reciente informe ha sido ver cu¨¢les son los recursos humanos con alto nivel de formaci¨®n de un pa¨ªs y si est¨¢n aprovechados. "Encajar la educaci¨®n y mercado laboral siempre ha sido un desaf¨ªo. Las personas educadas dominan y esperan un trabajo que se corresponda con su formaci¨®n, pero por el contrario, especialmente en econom¨ªas que cambian muy r¨¢pido, los empleos disponibles en el mercado sistem¨¢ticamente no encajan con la formaci¨®n de la gente", comienza el estudio.
Y el resultado es que Espa?a es el tercer pa¨ªs que peor aprovecha esos recursos (que incluyen a los que, sin carrera universitaria, tienen empleos muy cualificados), s¨®lo por delante de Estonia e Irlanda. En Espa?a, un 38% de esos trabajadores, teniendo t¨ªtulo superior, no est¨¢ empleado como profesional o t¨¦cnico de alta exigencia formativa. Aunque la cifra no se puede tomar al pie de la letra porque incluye a los directivos para homogeneizar los datos de todos los estados (si a Espa?a se le restan los directivos se queda ese porcentaje de 35% de sobrecualificaci¨®n), el resultado es que tiene m¨¢s universitarios trabajando por debajo de su formaci¨®n que la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos.
Melisa Bril ha pasado de cobrar esos 800 euros como fisioterapeuta a unos 1.200 trabajando de administrativa mientras estudia, con calma, una nueva carrera: Empresariales. Adem¨¢s, ya tiene un contrato indefinido. Casi el 40% de los titulados universitarios espa?oles no ha conseguido estabilidad laboral cinco a?os despu¨¦s de graduarse y son los segundos, s¨®lo por detr¨¢s de los checos, que perciben los salarios m¨¢s bajos (1.414 euros, de media) de una lista de 13 pa¨ªses europeos, seg¨²n un estudio de la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n de Calidad y Acreditaci¨®n (Aneca) publicado el pasado verano.
La primera lectura de estos datos es, como dice el propio informe de Eurostat, la del desajuste entre las demandas espec¨ªficas de alta cualificaci¨®n y los titulados, que en los ¨²ltimos 20 a?os han pasado de representar el 17% de j¨®venes espa?oles al 27%. Un cambio muy r¨¢pido que el mercado todav¨ªa est¨¢ digiriendo, mientras otros pa¨ªses en los que la sobrecualificaci¨®n es menor, como Noruega o Finlandia, lo vivieron hace alrededor de tres d¨¦cadas y ya lo tienen completamente asumido. En aquellos pa¨ªses hay una gran oferta de puestos de alta cualificaci¨®n que en Espa?a no existe: "Las empresas demandan pocos titulados universitarios", explica el catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra Jos¨¦ Garc¨ªa-Montalvo.
Pero los resultados actuales en aquellos estados no son casuales: "Tambi¨¦n hay cuestiones pol¨ªticas implicadas: Finlandia tuvo una gran crisis econ¨®mica en los a?os ochenta y su Gobierno apost¨® muy decididamente por impulsar las empresas tecnol¨®gicas", a?ade Garc¨ªa Montalvo. Seg¨²n el secretario del Consejo de Coordinaci¨®n Universitaria, F¨¦lix Garc¨ªa Laus¨ªn, el Gobierno espa?ol pretende hacer algo parecido ahora, en un momento en el que se apaga el motor econ¨®mico de la construcci¨®n. "Estamos impulsando un modelo de crecimiento asociado a la econom¨ªa del conocimiento, lo que va a requerir m¨¢s gente con formaci¨®n superior", asegura.
Pero, de momento, paciencia, algo a lo que tambi¨¦n alude Jos¨¦ Mar¨ªa Peir¨®, director del Observatorio de Inserci¨®n Profesional de la Universidad de Valencia, que explica que, a medida que pasan los a?os, con la experiencia, se van mitigando las situaciones de precariedad: "Se empieza en puestos peores y se va avanzando". Pero tambi¨¦n es cierto que el aumento de universitarios ha hecho que el t¨ªtulo, en muchos casos, se convierta en un mero criterio de criba de candidatos, aunque en realidad no se precisen unos conocimientos avanzados para el empleo al que se opta. "No tiene sentido formar universitarios s¨®lo para que superen un primer paso en un proceso de selecci¨®n", dice Garc¨ªa-Montalvo.
Conviene recordar, no obstante, que las grandes cifras dicen que los titulados universitarios siguen siendo, al menos a medio y largo plazo, los que m¨¢s trabajan (89%), y los que m¨¢s cobran -aunque se ha estrechado la diferencia con los que s¨®lo tienen educaci¨®n obligatoria-, y que para muchos expertos, m¨¢s que hablar de un exceso de titulados en general, hay que hacerlo de desequilibrios entre los t¨ªtulos que eligen cursar los j¨®venes y lo que necesitan las empresas. "Es evidente que el mercado es muy cambiante y que el sistema educativo siempre va por detr¨¢s, pero se da la paradoja de que, a pesar de estas cifras, las empresas aseguran que no encuentran candidatos cualificados", se?ala la directora del gabinete t¨¦cnico de la Fundaci¨®n Universidad Empresa, Marisol Pastor.
Por ejemplo, existe sobreoferta de titulados de humanidades o ciencias sociales, pero hay escasez en el ¨¢rea de ingenier¨ªa. As¨ª, las titulaciones t¨¦cnicas acaparan m¨¢s de la mitad de las ofertas de trabajo cualificado en Espa?a, seg¨²n el informe Infoempleo 2007, pero s¨®lo sacan al mercado el 21% de los graduados universitarios, seg¨²n la estad¨ªstica oficial del curso 2006-2007.
El ejemplo contrario, dolorosamente recurrente pero no por ello menos cierto, es el de las humanidades y se suele hablar, en concreto, de las filolog¨ªas. Rosa Requena (30 a?os) se licenci¨® en C¨¢diz en Hisp¨¢nicas en 2001. Desde entonces, el ¨²nico trabajo por el que ha pasado que requer¨ªa esa formaci¨®n fue una beca de ayudante ling¨¹¨ªstico en Italia de ocho meses, entre 2003 y 2004, a?o en el que se mud¨® a Madrid. El resto: azafata, teleoperadora o administrativa cobrando sueldos que nunca han llegado a los 900 euros mensuales. Su idea de salida laboral al estudiar filolog¨ªa era la de profesora -la natural-, pero ha "echado el curr¨ªculo en todos los colegios privados de Madrid", y no la han llamado, dice. Tambi¨¦n ha participado en procesos selectivos para trabajar en editoriales de libros de texto, pero tampoco ha salido. As¨ª que ahora, en paro, se est¨¢ preparando las oposiciones para ser profesora de la escuela p¨²blica.
Rosa Requena era consciente de las complicadas salidas laborales de su carrera cuando la eligi¨®, pero ten¨ªa claro que quer¨ªa dedicarse a la ense?anza. Melisa Bril, cuando empez¨® Fisioterapia, pensaba que ten¨ªa buenas salidas, pero a mitad de carrera se dio cuenta de que no eran tan buenas, y a¨²n as¨ª continu¨®, tambi¨¦n, porque era lo que le gustaba. Ellas dos demuestran que por mucho que desde las administraciones, educativas y laborales, se intente dirigir la formaci¨®n y la mano de obra hacia unos u otros sectores del cambiante mercado, cualquier iniciativa tendr¨¢ que v¨¦rselas con las distintas expectativas, preferencias y motivaciones de cada persona. Por ejemplo, desde hace a?os se intenta fomentar, con moderado ¨¦xito, la Formaci¨®n Profesional, que aunque no logra quitarse el sambenito de titulaci¨®n de segunda, tiene m¨¢s que buenas salidas laborales, sus titulados ganan buen dinero desde el principio y consiguen estabilidad antes que los universitarios -una vez m¨¢s, con muchas diferencias entre cada rama-.
Y lo que se entiende por un buen trabajo, tambi¨¦n est¨¢ sujeto a cambios. "Los valores de la actual generaci¨®n han cambiado. Valoran mucho m¨¢s a la hora de buscar trabajo, por encima de la carrera profesional, otras cuestiones como la comodidad o el tiempo libre para conciliar la vida personal y laboral", explica Marisol Pastor. Seg¨²n el mencionado estudio de la Aneca, los graduados tambi¨¦n valoran m¨¢s la estabilidad y el espacio para el tiempo libre que las buenas perspectivas profesionales. Peir¨® y Garc¨ªa-Montalvo tambi¨¦n hablan del problema de la falta de movilidad geogr¨¢fica de los titulados (el empleo cualificado est¨¢ muy concentrado en Espa?a) y de su "aversi¨®n" al riesgo de montar su propia empresa.
Miguel Casas, portavoz de la asociaci¨®n de alumnos universitarios FAEST, asegura con resignaci¨®n que el fen¨®meno de la sobrecualificaci¨®n no es nuevo, pero conf¨ªa en la reforma universitaria europea, en la que est¨¢ metida de lleno Espa?a. Uno de los pilares de los cambios que ya est¨¢n en marcha es hacer que la empresa colabore m¨¢s con los campus para conseguir mejores salidas laborales de los titulados, que se supone que tendr¨¢n una formaci¨®n m¨¢s pr¨¢ctica. Adem¨¢s, Garc¨ªa Laus¨ªn recuerda que las nuevas leyes facilitan la transici¨®n de la Formaci¨®n Profesional a la Universidad -muchos j¨®venes empiezan asegur¨¢ndose una salida laboral con FP antes de pensar en el campus-. Y, sobre todo, los expertos hablan de un futuro en continuo movimiento, en el que los trabajadores cambiar¨¢n muchas veces de trabajo e, incluso, de profesi¨®n, y en el que el mejor profesional no ser¨¢ s¨®lo el que m¨¢s sepa, sino el m¨¢s capaz de adaptarse y de seguir aprendiendo toda la vida.
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