La burbuja del teatro valenciano
Una decena de profesionales de las artes esc¨¦nicas analizan la situaci¨®n del sector
La Generalitat aprovech¨® la conmemoraci¨®n del D¨ªa Mundial del Teatro para anunciar que destinar¨¢ 1.430.000 euros para ayudas al sector en 2008. La cifra, que supone unos 100.000 euros m¨¢s respecto al a?o anterior, es notablemente inferior a la de las autonom¨ªas que han apostado por el teatro, a aquellos territorios en los que hay una intenci¨®n de crear industria teatral, como Catalu?a, Andaluc¨ªa o el Pa¨ªs Vasco. Y eso que la Comunidad Valenciana se mantiene como la tercera autonom¨ªa en n¨²mero de espectadores de teatro, por detr¨¢s de Madrid y Catalu?a. Pero la tendencia parece estancada en los ¨²ltimos a?os: desde 2001, un 10% de los espectadores de teatro de toda Espa?a son valencianos, un porcentaje que, en t¨¦rminos absolutos, no llega al mill¨®n y medio de personas anuales. 22 de cada 100 valencianos confiesan haber asistido al teatro en el ¨²ltimo a?o, un porcentaje que ha sufrido muy pocas variaciones en el ¨²ltimo lustro y que concuerda, en estabilidad, con el n¨²mero de salas, que fluct¨²a entre 130 y 140. Lo ¨²nico que ha crecido notablemente es el n¨²mero de compa?¨ªas: en 2007 eran 253, 32 m¨¢s que seis a?os atr¨¢s. Y, por supuesto, las recaudaciones, por el aumento del precio de las entradas.
Rosana Pastor cree que el teatro debe respetar y potenciar la cultura propia
Policarpo defiende una pol¨ªtica "que no dependa del gobierno de turno"
22 de cada 100 valencianos admite haber ido al teatro el a?o pasado
El pasado marzo se cumplieron 20 a?os del nacimiento del Centre Dram¨¤tic de la Generalitat, el organismo que naci¨® con la intenci¨®n de impulsar la actividad teatral en la Comunidad Valenciana desde el sector p¨²blico. Parece que, dos decenios despu¨¦s, la profesi¨®n esc¨¦nica sigue en crisis, pese al repunte de algunas compa?¨ªas privadas, aunque con matices. Diez profesionales de las artes esc¨¦nicas analizan para EL PA?S cu¨¢l es la situaci¨®n del teatro valenciano.
- Juan Vicente Mart¨ªnez Luciano. Quien fuera el director de Teatres de la Generalitat cree que la situaci¨®n "no es mejor que antes", que "se ha tocado fondo en producci¨®n y en programaci¨®n y se ha perdido creatividad". Tampoco ve que, desde el teatro p¨²blico, se hayan potenciado las alternativas a la vieja guardia, y considera "imprescindible" reformar totalmente el sistema de ayudas. Mart¨ªnez Luciano sugiere que hay empresas que despu¨¦s de tanto tiempo no pueden funcionar sin subvenciones, y est¨¢ seguro de que "hay que redefinir la funci¨®n social del teatro p¨²blico", que deber¨ªa correr mayores riesgos est¨¦ticos y propiciar el relevo generacional.
- Rodolf Sirera. El dramaturgo y guionista televisivo reconoce ver la situaci¨®n "un tanto desde lejos", porque est¨¢ menos implicado en el teatro valenciano que hace algunos a?os. Cree que "la vitalidad de la ¨¦poca de la creaci¨®n del Centre Dram¨¤tic se ha ido diluyendo". Se?ala que la ausencia de una l¨ªnea clara de producci¨®n p¨²blica "esconde una falta de ambici¨®n y de definici¨®n est¨¦tica", y, aunque se siente algo desplazado, sugiere que una de las desgracias mayores de nuestro teatro es "no dejar madurar las cosas, los proyectos, las l¨ªneas b¨¢sicas de actuaci¨®n".
- Manuel Molins. Otro de nuestros autores b¨¢sicos aduce que "se va perdiendo pluralidad, y un teatro p¨²blico tiene que armonizar diferentes criterios y no apoyar s¨®lo a un reducido grupo de dramaturgos o compa?¨ªas supuestamente privadas", ya que "la cultura y el teatro precisan de cotidianidad, pluralidad, regularidad y riesgo, constancia di¨¢logo intergeneracional, armonizaci¨®n de propuestas para consolidarse y, sobre todo, autoestima". Molins tambi¨¦n apunta a los cr¨ªticos, pues, en su opini¨®n, "no carecen de responsabilidad, ya que, excepciones aparte, no est¨¢ claro qu¨¦ tipo de teatro apoyan, defienden o saben ver; muchas veces hay detr¨¢s de todo eso intereses no siempre confesables".
- Ros¨¤ngeles Valls. La directora de Ananda Dansa constata que "hay menos compa?¨ªas de danza que de teatro, pero que eso no es excusa para no apoyar con decisi¨®n a la danza". No se queja de la situaci¨®n, "aunque tampoco es para tirar cohetes", ya que se?ala que, en la programaci¨®n del Circuit de Teatre Valenci¨¤, "apenas si hay lugar para la danza", y centra el problema en el terreno de la exhibici¨®n. Admite una cierta crisis, de la que responsabiliza en parte al teatro p¨²blico, "que deber¨ªa definir con mayor precisi¨®n sus funciones, porque la danza tiene una cierta cadencia creativa que se rompe si no est¨¢ asegurada su presencia en los escenarios".
- Rosana Pastor. La actriz de Alboraia considera, "un tanto desde la distancia", que el Centre Dram¨¤tic naci¨® "rebosante de ilusiones que, por desgracia, no se han consolidado". Lo que s¨ª se ha consolidado, indica, son las compa?¨ªas privadas con apoyo p¨²blico, "que en cierto modo ocupan las funciones que deber¨ªan corresponder al teatro p¨²blico". Eso, a?ade, "ni es bueno ni es malo, pero s¨ª parece un poco raro". Pastor considera que el proceso de integraci¨®n de nuevos espectadores ser¨ªa m¨¢s atractivo "si fuera liderado por el teatro p¨²blico, que tiene sus obligaciones con la sociedad que lo alimenta". Entre esas obligaciones, que Rosana Pastor extiende a la televisi¨®n p¨²blica, figuran "el respeto y la potenciaci¨®n de nuestra cultura, su valoraci¨®n, el apoyo decidido a los valores que nos son propios". Y, en ese sentido, pone el dedo en la llaga en la cuesti¨®n de la lengua al considerar una falacia "argumentar que las taquillas de los teatros descienden cuando se programa un espect¨¢culo" en la lengua aut¨®ctona.
- Antoni Tordera. El que fuera segundo director del Centre Dram¨¤tic echa de menos el teatro p¨²blico como unidad de producci¨®n, a la vez que detecta que las producciones que se hacen "parecen no emanar de lo que tendr¨ªa que ser la funci¨®n de nuestro teatro p¨²blico". Tambi¨¦n desear¨ªa que las producciones de Teatres "enlazaran con la programaci¨®n del Circuit de Teatre Valenci¨¤", algo que en su opini¨®n no se ha conseguido, y a?ade que se crean empresas "sin generar lo que llamar¨ªamos un tejido industrial". Adem¨¢s, afirma que "la proyecci¨®n exterior de las producciones del teatro p¨²blico es casi inexistente, y poco puede enriquecer a nadie esa falta de intercambios".
- Rafael Calatayud. El director de La Pavana est¨¢ persuadido de que lo importante son las ofertas cuando se vive "un buen momento de p¨²blico". Calatayud observa la "insuficiencia de espacios de exhibici¨®n, tanto alternativos como, digamos, normales", ya que la escena es un conglomerado donde todo el mundo puede coexistir sin exclusiones, pero, para ello, "ser¨ªa necesario crear m¨¢s infraestructuras". La cultura cuesta dinero al contribuyente, "y la oferta p¨²blica diversifica a veces de manera exagerada sus opciones".
- Jaume Policarpo. El director de Bambalina Titelles defiende "una pol¨ªtica teatral que no dependa del Gobierno de turno, ya que el dinero que maneja es de todos, incluso de los que no le votaron". Pero hablamos de una Comunidad que "est¨¢ lejos de su vertebraci¨®n teatral", y que necesita de un tempo creativo dif¨ªcil de conseguir por la urgencia del momento. Por lo dem¨¢s, echa de menos "un mayor compromiso esc¨¦nico con los problemas de ahora mismo", y no ve crisis, sino "un cierto conformismo creativo, como si ya todo estuviera hecho y no hubiera m¨¢s que a?adir". Y eso es letal para la creaci¨®n art¨ªstica.
- Tom¨¢s Ib¨¢?ez. El presidente de Avetid (Asociaci¨®n Valenciana de Empresas de Teatro y Circo) afirma que la asociaci¨®n "ha estabilizado y mejorado la situaci¨®n teatral desde sus inicios", porque ha promocionado la actividad de muchos profesionales. Para ¨¦l, la situaci¨®n es estable y tiende a mejorar, gracias a la confecci¨®n de un Plan General del Teatro, un plan a nivel estatal elaborado por varias asociaciones esc¨¦nicas sometido al criterio del gobierno central.
- Toni Benavent. Productor y cofundador de Albena Teatre, Benavent cree que en Valencia no hay salas de referencia como pueden ser Teatro de la Abad¨ªa en Madrid o el Lliure en Barcelona, y que se trata de llegar a ese nivel de infraestructuras. Apunta que consolidar la oferta y la presencia de los espectadores depende de la colaboraci¨®n entre instituciones p¨²blicas y privadas, "ya que eso es un enorme factor de dinamismo con efectos multiplicadores".
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