Presos del abandono pol¨ªtico
Miles de enfermos mentales siguen 'aparcados' en prisi¨®n
Diez a?os despu¨¦s de que el Defensor del Pueblo Andaluz, Jos¨¦ Chamizo, denunciara en un informe el abandono asistencial que sufren los enfermos mentales en prisi¨®n, a quienes describi¨® como "los marginados entre los m¨¢s marginados", la situaci¨®n empeora d¨ªa a d¨ªa. De los cerca de 14.000 reclusos andaluces, 1.120 padecen trastornos mentales graves y otros 5.600 sufren des¨®rdenes leves, una proporci¨®n siete veces superior a la del resto de la poblaci¨®n. Las prisiones han acabado por sustituir a los antiguos manicomios, pero sin ofrecer tratamiento.
Maribel Mora, abogada de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Andaluc¨ªa, lleva 12 a?os siguiendo de cerca el problema de los enfermos mentales en prisi¨®n. "Tras la desaparici¨®n de los manicomios con la reforma psiqui¨¢trica de los a?os 80, las personas all¨ª tratadas han ido engrosando las estad¨ªsticas penitenciarias y las c¨¢rceles se han convertido en almacenes de enfermos mentales", asegura. Estas personas con trastornos severos de personalidad que han cometido delitos, muchas veces asociados a drogodependencia, no reciben tratamiento en la mayor¨ªa de los casos. En muchas ocasiones porque ni siquiera se les ha diagnosticado.
"La mayor¨ªa de los enfermos mentales pasan desapercibidos en los procedimientos penales", afirma la letrada, que responsabiliza en parte a sus compa?eros del turno de oficio, que tratan a la mayor¨ªa de estas personas, con escasos recursos econ¨®micos. "Los abogados de oficio solamente hablan con el cliente justo antes de entrar en el juicio, cuando ya no pueden aportar ninguna prueba, y suelen desconocer por completo sus dolencias o sus circunstancias familiares", asegura Mora.
A pesar de que la ley contempla numerosas alternativas a la prisi¨®n para que el preso con enfermedad mental pueda ser tratado, como las salidas terap¨¦uticas en segundo grado penitenciario, o el control con medios telem¨¢ticos, seg¨²n Mora, "no existen recursos para derivarlos". Los psic¨®logos penitenciarios, que forman parte de los cuadros m¨¦dicos de las c¨¢rceles y dependen del Ministerio del Interior, apenas si dan abasto para valorar la peligrosidad potencial del interno dentro de prisi¨®n, pero no proporcionan tratamiento, afirma la abogada.
La ¨²nica soluci¨®n desarrollada hasta ahora dentro del ¨¢mbito penitenciario en Andaluc¨ªa es el Hospital Psiqui¨¢trico Penitenciario de Sevilla, donde son ingresados los enfermos "inimputables", es decir, aquellos que no son conscientes de la gravedad de sus delitos ni de c¨®mo los cometieron. A ¨¦stos se les impone una "medida de seguridad" en lugar de una pena. El centro dispone de 112 plazas, pero en la actualidad alberga a 180 internos, afirma su director, el psiquiatra Jos¨¦ Plaza. "El gran problema es que falla en las prisiones es la asistencia sanitaria paralela. Instituciones Penitenciarias no puede permitirse la atenci¨®n integral a enfermos mentales en prisiones, que depende del Sistema Nacional de Salud", considera.
La falta de atenci¨®n sanitaria mental en prisi¨®n se extiende al momento en que el preso es puesto en libertad. En muchos casos, la persona, con su patolog¨ªa agravada, acaba malviviendo en la calle.
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