Las minor¨ªas se acercan a Broadway
'La gata sobre el tejado de zinc caliente' triunfa con un reparto de actores negros
En un pa¨ªs que por primera vez en su historia se plantea la posibilidad de tener un presidente de raza negra, y en el que el voto latino ser¨¢ decisivo en las elecciones presidenciales de noviembre, mirar hacia sus gustos culturales puede dar algunas pistas sobre hasta qu¨¦ punto las divisiones raciales a¨²n est¨¢n presentes y como s¨®lo el paso del tiempo est¨¢ ayudando a superarlas.
Tanto el cine como la televisi¨®n o la m¨²sica tienen desde hace d¨¦cadas sus propias producciones dirigidas al p¨²blico de raza negra. Pero atraer a los afroamericanos hasta Broadway -y a los latinos, que desde 2004 son la minor¨ªa dominante del pa¨ªs- ha sido particularmente dif¨ªcil y s¨®lo ahora parece que esa brecha comienza a cerrarse.
Hasta hace apenas cuatro d¨¦cadas los afroamericanos viv¨ªan segregados
Tambi¨¦n la poblaci¨®n hispana ha empezado a acercarse al teatro
La versi¨®n con actores negros de La gata sobre el tejado de zinc caliente, de Tennessee Williams, producida por Stephen C. Byrd, se ha convertido esta temporada en un fen¨®meno de masas para las audiencias de esa raza. Byrd calcula que entre un 70% y un 80% del p¨²blico que ha acudido a ver la obra son negros, una cifra inusual entre los adictos a Broadway.
El a?o pasado ocurri¨® algo similar con el montaje de Julio C¨¦sar que protagonizaba el oscarizado Denzel Washington. En el caso de La gata..., el protagonista tambi¨¦n es un actor c¨¦lebre, Terrence Howard, lo cual podr¨ªa ser uno de los motivos que han hecho que ese sector de la poblaci¨®n comience a interesarse por Broadway. Si ¨¦sa fuera la raz¨®n, habr¨ªa que esperar al pr¨®ximo estreno de dos montajes para confirmarlo: el de Country girl, protagonizado por Morgan Freeman, y el de Thurgood, con Lawrence Fishburne, que llegar¨¢n a Broadway en breve. "Con el reparto adecuado una producci¨®n se puede convertir en un evento para audiencias de color", se?alaba Byrd recientemente en The New York Times.
Visto el ¨¦xito que ha tenido La gata..., este productor tambi¨¦n est¨¢ preparando Un tranv¨ªa llamado deseo y Muerte de un viajante con actores de raza negra, lo cual suena particularmente ambicioso si se tiene en cuenta que hasta hace cinco a?os los afroamericanos apenas pisaban Broadway, ni siquiera para ver a los de su color.
En 1987 el montaje Fences, del dramaturgo August Wilson (el m¨¢s importante entre los dramaturgos negros del siglo XX), fue un ¨¦xito pero s¨®lo entre blancos. Tuvo que llegar el productor Russell Simmons (fundador de la discogr¨¢fica Def Jam Records), en 2002, para hacer el primer intento serio de atraer afroamericanos hasta el teatro con Def Poetry Jam, donde el hip-hop socialmente comprometido se mezclaba con la llamada spoken word. No obstante, esa corriente musico-literaria a¨²n hoy no ha hecho excesiva mella entre los negros, por lo que la obra se convirti¨® en un ¨¦xito, pero sobre todo entre intelectuales blancos.
Fue A Raisin in the sun, en 2004, con Sean Combs como protagonista, el montaje que demostr¨® que s¨ª era posible atraer afroamericanos hasta el teatro. Su productor, David Binder, tuvo muchos problemas para conseguir financiaci¨®n pero una vez en cartelera, el boca a boca hizo que la obra se convirtiera, junto al musical El coraz¨®n p¨²rpura -producido por la estrella televisiva Oprah Winfrey, la mujer negra con m¨¢s poder de la industria del ocio-, en uno de los que mayor recaudaci¨®n ha tenido en Broadway.
Pero, quiz¨¢, entre las razones a destacar est¨¦n no s¨®lo los gustos y costumbres de una raza que hasta hace apenas cuatro d¨¦cadas viv¨ªa segregada y sin apenas acceso a la cultura, sino las diferencias econ¨®micas que la separan de los blancos. Ir al teatro en Broadway cuesta, como m¨ªnimo 80 d¨®lares, y en Nueva York donde el 17% de la poblaci¨®n es negra, uno de cada cuatro negros es pobre.
Con los latinos ocurre algo similar: el 28% vive por debajo del umbral de la pobreza por lo que tampoco se han prodigado mucho como espectadores en Broadway. Pero esta minor¨ªa que desde principios del XXI se ha convertido en una de las dianas hacia las que toda la industria del entretenimiento apunta frot¨¢ndose las manos debido a su veloz crecimiento -superan en n¨²mero a los afroamericanos, con casi 40 millones- tambi¨¦n ha empezado a acercarse a los teatros neoyorquinos.
En esta ciudad, donde se calcula que hay un mill¨®n y medio de hispanohablantes, se organiza desde 2007 un festival internacional dedicado al teatro en castellano, TeatroStageFest, en el que participan compa?¨ªas latinoamericanas, espa?olas y latinoestadounidenses. La segunda edici¨®n, que ha crecido en presupuesto y ambiciones, prevista para el pr¨®ximo junio, indica que sus organizadores, que al principio fueron tomados por locos, no se equivocaban. "Queremos crear una nueva generaci¨®n de p¨²blico", declar¨® entonces Susana Tubert, directora ejecutiva del festival al inaugurarlo.
El TeatroStageFest lleva obras de toda la geograf¨ªa hispanohablante hasta los escenarios de los barrios con mayor poblaci¨®n latina de la ciudad -East Harlem, Bronx, Queens- a precios m¨®dicos, lo cual ayuda a atraer audiencias sin muchos recursos.
Pero lo latino tambi¨¦n ha llegado al elitista Broadway. Con pinceladas de spanglish, la versi¨®n de West Side Story titulada In the heights (porque retrata la vida de los latinos de Washington Heights) se ha convertido en un fen¨®meno entre ese grupo de poblaci¨®n con llenos casi diarios desde su estreno el pasado febrero. En el circuito Off Broadway otro musical, Celia, basado en la vida de Celia Cruz, lleva casi un a?o en cartelera en ingl¨¦s y en espa?ol, seg¨²n el d¨ªa. Comenz¨® como un proyecto modesto que iba a permanecer s¨®lo un par de meses en cartel, pero el ¨¦xito entre el p¨²blico latino ha hecho que se prolongue en Broadway hasta el pr¨®ximo 25 de mayo. Cuando baje el tel¨®n en Nueva York la obra comenzar¨¢ una gira por diversos pa¨ªses latinoamericanos e incluso, seg¨²n su productor, llegar¨¢ a Espa?a.
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