Un comentario sobre la amargura del desempleo pone a Obama a la defensiva
Hillary Clinton y el republicano McCain acusan a su rival de elitista y radical
Un comentario de Barack Obama sobre los efectos pol¨ªticos y sociales que los problemas econ¨®micos producen, a veces, entre las clases menos favorecidas ha desatado una tormenta pol¨ªtica de tal magnitud que se ha llegado a comparar con hist¨®ricos fiascos electorales que arruinaron antes las carreras m¨¢s consistentes. Sus rivales, Hillary Clinton y John McCain, le han acusado de elitista y radical, y algunos columnistas pol¨ªticos lo sit¨²an repentinamente a la defensiva y hasta le acusan de comunista.
El desliz del senador ha desatado una tormenta pol¨ªtica
El impacto se podr¨¢ comprobar ma?ana en un cara a cara de Obama y Clinton
El comentario, hecho por Obama el 6 de abril en una reuni¨®n de recolecci¨®n de fondos en San Francisco, es el siguiente: "En esas peque?as ciudades de Pensilvania, como en muchas otras peque?as ciudades del Medio Oeste, se han estado perdiendo puestos de trabajo durante 25 a?os sin que otros los reemplacen. Y cayeron durante la Administraci¨®n de Bill Clinton y durante la Administraci¨®n de George Bush, y cada Administraci¨®n, sucesivamente, les iba diciendo que esas comunidades se iban a regenerar, pero no ha sido as¨ª. Y no es sorprendente, por tanto, que se amarguen, que se amarren a las armas o a la religi¨®n o a la antipat¨ªa de gente que no son como ellos o al sentimiento antiinmigrante o al sentimiento contra el libre comercio como una forma de explicar sus frustraciones".
Esas palabras, discutibles, por supuesto, pero en absoluto ajenas a la dif¨ªcil realidad que se vive desde hace a?os en esa regi¨®n maltratada por la nueva econom¨ªa, han sido suficientes para que los rivales de Barack Obama le acusen de despreciar los valores de la clase trabajadora, poner en duda su fe religiosa, insultar a los cazadores, extender el odio racial y defender los tratados de libre comercio.
Desde que Obama pronunci¨® esa frase, la campa?a de Clinton ha estado dedicada al 100% a repetirla y criticarla en discursos, anuncios televisivos y entrevistas. "Creo que son comentarios elitistas y divisivos, y el Partido Dem¨®crata, desafortunadamente, ha sido visto por mucha gente en la ¨²ltima ¨¦poca como un partido elitista y desapegado de la gente", ha comentado la candidata dem¨®crata.
Su marido, el ex presidente Bill Clinton, dijo el domingo que algunas personas le han parado por la calle para decirle: "Quiero que sepa algo sobre la clase trabajadora de Pensilvania. No estamos amargados por nada. Estamos orgullosos de c¨®mo somos".
Hillary Clinton, que ha recordado los fuertes valores religiosos que vivi¨® en el seno de su familia y el adiestramiento a las armas que, desde muy ni?a, recibi¨® de su padre, ha asegurado que ella comparte ese orgullo por el estilo de vida de los trabajadores de las peque?as ciudades.
Durante todo el fin de semana, esta historia ha estado en las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos y ha abierto los informativos de las televisiones. The Washington Post dec¨ªa que este asunto "refuerza el estereotipo de que Obama est¨¢ desconectado de la clase media". USA Today afirmaba que Obama es ahora m¨¢s "vulnerable a los ataques republicanos". La cadena ABC informaba de que Clinton est¨¢ presentando a Obama como "un campe¨®n de la pol¨ªtica de la amargura". En el extremo, el columnista conservador William Kristol comparaba, en The New York Times, la declaraci¨®n del candidato dem¨®crata con el texto de Carlos Marx sobre la religi¨®n como el opio del pueblo.
Obama no ha tenido m¨¢s remedio que pedir disculpas "por no haber elegido las palabras m¨¢s adecuadas" para expresar lo que pretend¨ªa reflejar, las graves consecuencias que una crisis econ¨®mica puede tener sobre la convivencia ciudadana.
Pero tambi¨¦n ha denunciado que todo esto no es m¨¢s que una burda manipulaci¨®n pol¨ªtica, que admite como regla del juego en el caso del candidato republicano, pero no en el caso de Clinton. "Deber¨ªa de avergonzarse de lo que ha hecho", dijo Obama.
Todo se explica, desde luego, por el momento trascendental en que se encuentra la campa?a electoral para la presidencia y por la proximidad de las primarias en Pensilvania, donde, precisamente, el voto de esa clase trabajadora de peque?as ciudades dormitorio, resulta decisivo.
Para Hillary Clinton es imperativo ganar -y ganar con holgura- el pr¨®ximo martes en Pensilvania para continuar en esta carrera. Durante semanas su ventaja en las encuestas ha sido en torno a los 20 puntos. En los ¨²ltimos siete d¨ªas ese margen se redujo a cinco. Su victoria sigue siendo muy probable hoy, pero un margen estrecho no le dar¨ªa una diferencia significativa en n¨²mero de delegados.
Ahora hay que ver cu¨¢l es el impacto que esta pol¨¦mica sobre la amargura de la clase media tiene en los resultados finales. Ma?ana habr¨¢ una primera oportunidad de comprobarlo en el debate cara a cara que Obama y Clinton sostendr¨¢n en Filadelfia.
Las campa?as electorales en Estados Unidos son tan intensas como sensibles al m¨¢s m¨ªnimo movimiento. Hace cuatro a?os, el claro favorito a la Casa Blanca, Howard Dean, se hundi¨® por un grito exagerado tras el triunfo en unas primarias. La historia est¨¢ llena de casos similares.
La pol¨¦mica
- Barack Obama: "Y no es sorprendente, por tanto, que [los habitantes de las peque?as ciudades del Medio Oeste] se amarguen, que se amarren a las armas o a la religi¨®n o a la antipat¨ªa de gente que no son como ellos o al sentimiento antiinmigrante o al sentimiento contra el libre comercio como una forma de explicar sus frustraciones".
- Hillary Clinton: "Creo que son comentarios elitistas y divisivos, y el Partido Dem¨®crata, desafortunadamente, ha sido visto por mucha gente en la ¨²ltima ¨¦poca como un partido elitista y desapegado de la gente".
- John McCain: "La gente de las peque?as ciudades es el coraz¨®n y el alma de este pa¨ªs. Fueron ellos quienes sobrevivieron a la Gran Depresi¨®n, lucharon en la II Guerra Mundial y construyeron una fuerte econom¨ªa tras la guerra. La religi¨®n ha dado un sentido y un prop¨®sito a sus vidas".
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