El problema de un presidente electo

Una vez finalizada la votaci¨®n que convierte a un presidente de gobierno electo en presidente, y cuando parece haber logrado lo m¨¢s dif¨ªcil, que era llegar hasta all¨ª, ha de enfrentarse a un complejo proceso, como es el de la formaci¨®n del gobierno. Ha de prever no s¨®lo que se trate de un personal cualificado, sino que deber¨¢ anticipar las consecuencias que conllevar¨¢ su elecci¨®n, tanto dentro del partido pol¨ªtico en el que milita como fuera.

Todos conocemos, m¨¢s o menos, c¨®mo dentro del personal que forma un partido pol¨ªtico podemos distinguir a los militantes "practicantes" con vocaci¨®n de servicio de los militantes "arribistas" que sobre todo buscan cargos que le promocionen en sus ambiciones de poder. Estos ¨²ltimos alargan su figura para salir en la foto y siempre se ubican como fondo de la entrevista que se hace al pol¨ªtico protagonista de ese momento. Son d¨®ciles en la obediencia a aquel que les promociona, no cuestionan al l¨ªder, y tienen la capacidad de situarse siempre, cuando diferentes facciones dentro de un partido se enfrentan, en la parte vencedora.

Ante esto, la realidad que se est¨¢ produciendo, en la mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos, es que, muchos de los que podr¨ªan ejercer con profesionalidad la pol¨ªtica, con responsabilidad, con eficacia, y mirando siempre a los intereses de los ciudadanos, est¨¢n abandonando. Desisten frustrados, al comprobar que muchos de los que van ascendiendo y ocupando puestos son mayoritariamente los que mejor juegan el comp¨¢s de quienes tratan de controlar la organizaci¨®n, y no los que mejor sirven a los ciudadanos.

Los partidos pol¨ªticos tienen un problema personal, porque cuando Ostrogorski los estudi¨®, comprob¨® las ambiciones de estos en alcanzar el poder, o cuando Michels habl¨® de las oligarqu¨ªas que se formaban en los partidos y los problemas que conllevaba para la participaci¨®n de las bases. En ambos casos, no percibieron cuan peligroso podr¨ªa ser el que a la pol¨ªtica se dedicasen los que dentro del partido pol¨ªtico s¨®lo luchan por ellos mismos. O que sin recursos suficientes dentro del partido y acudiendo a los de fuera del mismo, se hiciera en base a criterios de amistad personal, simpat¨ªa, o por provocar efectos especiales de moda, como ahora ocurre con la paridad o con el cambio clim¨¢tico.

?D¨®nde buscan y d¨®nde encuentran los presidentes a los profesionales de la pol¨ªtica o al pol¨ªtico profesional? ?Busca al profesional de la pol¨ªtica que ha llegado a serlo por sus a?os de entrega al servicio de la ciudadan¨ªa?, ?o busca el pol¨ªtico profesional porque su capacitaci¨®n o titulaci¨®n acad¨¦mica acreditan su gesti¨®n?

Chaves lo tiene dif¨ªcil, ?Sigue los pasos de Zapatero? ?Reparte 50% partido, 50% profesionales de prestigio? ?Oye las reivindicaciones de las diferentes agrupaciones provinciales, repartiendo el poder como si fuese una tarta donde la cereza nunca estar¨¢ en sinton¨ªa con el chocolate? ?Se deja persuadir por aquellos que codean a empujones su posici¨®n para salir en la foto?

Dif¨ªcil tarea, pero no tanto como para poder discernir con responsabilidad e inteligencia sobre quienes son los consejeros-as que conjuntamente pueden abordar el proyecto de Andaluc¨ªa que quieren los andaluces, que ponen a Andaluc¨ªa por encima de sus carreras personales, que tratan de impulsar pol¨ªticas p¨²blicas que abordan problemas comunes, que utilizar¨¢n pr¨¢cticas de buen gobierno como la transparencia, la eficacia, la responsabilidad, el dar cuentas, y sobre todo, que propicien la participaci¨®n ciudadana como m¨¦todo eficaz para corregir los errores que en el d¨ªa a d¨ªa se suceden cuando uno mira al punto equivocado.

Porque el ¨¦xito no est¨¢ en incrementar el n¨²mero de kil¨®metros de carretera, sino en mejorar las comunicaciones. El ¨¦xito no est¨¢ en aumentar el n¨²mero de filtros en las urgencias de los hospitales con m¨¦dicos residentes de distintos cursos, sino en atender dignamente a los enfermos, porque algunos de ellos, los terminales, desgraciadamente, tienen poco tiempo para esperar, y sus familias todo el tiempo del mundo para recordar en qu¨¦ condiciones se fue su ser querido. El ¨¦xito est¨¢ en una pol¨ªtica sanitaria bien administrada, y tanto los ciudadanos como los m¨¦dicos pueden aportar sus lecciones aprendidas para mejorarla. El ¨¦xito, aunque pudiera parecerlo, no est¨¢ en aumentar el n¨²mero de becas, sino en aumentar la igualdad de oportunidades con esas becas. Por eso el presidente tendr¨¢ que apuntar bien, porque lo que finalmente llega a los ciudadanos no es la cara de un consejero, si es hombre o mujer, o si pertenece o no a una agrupaci¨®n territorial, sino si las pol¨ªticas p¨²blicas tienen los efectos que los ciudadanos esperan.

Dif¨ªcil decisi¨®n la de un presidente, porque tiene que elegir condicionado por el partido pol¨ªtico, por el contexto medi¨¢tico, por sus promesas y compromisos, pero sobre todo, porque tendr¨¢ que optar: elegir a pol¨ªticos dispuestos a trabajar para mejorar las pol¨ªticas p¨²blicas andaluzas con criterio, con opini¨®n, con trabajo, con entereza; o elegir a pol¨ªticos que aplaudir¨¢n con euforia al presidente, viajar¨¢n para inaugurar obras p¨²blicas, y morir¨¢n de placer al haber llegado a tocar el poder, siendo su ¨²nica finalidad ya el no dejar de hacerlo.

Que tenga mucho acierto, digo, suerte, Sr. Presidente, en su elecci¨®n.