Un obispo amenaza los 61 a?os de poder del Partido Colorado en Paraguay

Gracias a los votos en unas ocasiones o por la intervenci¨®n de las botas en otras, desde que fuera fundado en 1887 el Partido Colorado, de tendencia conservadora, ha estado casi siempre en el poder en Paraguay.

De los 121 a?os transcurridos desde entonces, apenas ha pasado cuatro d¨¦cadas sin sujetar las riendas del pa¨ªs y de eso hace ya 61 a?os. Por eso el pr¨®ximo domingo este pa¨ªs de seis millones de habitantes puede vivir una jornada hist¨®rica si se confirman los sondeos y Fernando Lugo, un obispo suspendido ad divinis por el Vaticano, se alza con la victoria en las elecciones presidenciales derrotando a la colorada Blanca Ovelar, quien tambi¨¦n aspira a hacer historia convirti¨¦ndose en la primera presidenta de la Rep¨²blica.

Con un territorio azotado por el dengue y la fiebre amarilla, una riada constante de emigrantes que han cambiado a la cercana Argentina por la m¨¢s lejana pero m¨¢s rentable Espa?a, un nivel de corrupci¨®n reconocido como problema n¨²mero uno por el Gobierno y un producto interior bruto entre los m¨¢s bajos de Latinoam¨¦rica, Paraguay vive las ¨²ltimas horas antes de un cambio dr¨¢stico en la manera de gestionar lo p¨²blico que ha permanecido igual durante decenios. Continuismo es una palabra prohibida y todos los candidatos, oficialismo incluido, proclaman que encarnan el cambio, y eso que casi el 20% de los aspirantes a uno de los 45 esca?os de senador o a los 80 esca?os de diputado reconoce que tiene un familiar directo que trabaja en la Administraci¨®n p¨²blica.

El obispo Lugo, que se presenta por la Alianza Patri¨®tica por el Cambio (APC), lidera las encuestas con el 34,5% de las preferencias, seguido por Blanca Ovelar con el 28,9% y con un porcentaje similar por el ex general -condenado por golpista, exiliado en Brasil y Argentina y posteriormente perdonado- Lino Oviedo, l¨ªder de la Uni¨®n Nacional de Ciudadanos ?ticos (UNCE).

Con un programa basado en la reforma agraria, la revisi¨®n de los acuerdos energ¨¦ticos con Brasil y Argentina y el apoyo de las clases populares, Lugo, un prelado pr¨®ximo a la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, ha conseguido hacer temblar los cimientos de un sistema que parec¨ªa inmutable. Sus posibilidades de victoria son tan reales que en las ¨²ltimas horas el Vaticano estudia la posibilidad de levantarle la suspensi¨®n y concederle una dispensa -dicho llanamente cambiar la sanci¨®n por un despido pactado-, para no comenzar con mal pie las relaciones con el nuevo jefe de Estado latinoamericano en caso de que venza.

Sin embargo, tambi¨¦n a medida que se aproxima la hora de votar aumentan las voces que advierten que el Partido Colorado no dejar¨¢ escapar la victoria y menos si la distancia se reduce, tal y como est¨¢ sucediendo en las ¨²ltimas semanas. Fraude es un t¨¦rmino repetido a menudo y la APC ya ha presentado denuncias por supuestas actas falsificadas.

Y en la campa?a nadie est¨¢ ahorrando munici¨®n gruesa. El presidente saliente, Nicanor Duarte, cuyas salidas de tono traen de cabeza al equipo de la candidata oficialista, denunci¨® ayer la presencia en Paraguay de grupos de venezolanos y ecuatorianos dispuestos a incendiar gasolineras y propiedades privadas para provocar des¨®rdenes y sembrar el caos cuando se confirme la derrota de Lugo.

Tambi¨¦n se han multiplicado las apariciones en televisi¨®n de la madre de Cecilia Cubas, hija del ex presidente Ra¨²l Cubas, secuestrada y asesinada en 2005 por un grupo vinculado a las FARC. La mujer pide que no se vote a Lugo recordando el ambiguo papel del obispo en el secuestro y su relaci¨®n con los secuestradores. En tono literalmente m¨¢s apocal¨ªptico, en Asunci¨®n abunda la carteler¨ªa que proclama a Lugo como la bestia que lleva el pa¨ªs al infierno. Lo peor para el Partido Colorado es que si pierde el poder despu¨¦s de 61 a?os ser¨¢ merced a un convulso proceso de elecciones primarias para elegir candidato donde Blanca Ovelar se impuso al vicepresidente Luis Castiglioni entre acusaciones de fraude. Castiglioni no le ha perdonado a su partido el haberle apartado de la carrera y ha hecho bueno el dicho de que "tu peor enemigo es tu hermano".