Ciudades libres de emisiones

Zonas de Bajas Emisiones (Low Emission Zones) es el nombre de la iniciativa destinada a evitar la presencia en el interior de las ciudades europeas de veh¨ªculos contaminantes. La lista de las que ya han puesto en marcha la iniciativa es significativa: Londres, Berl¨ªn, Estocolmo, G?teborg, Hannover, Maastrich, Rotterdam, Utrecht... Otras como Oslo, Amsterdam, Bremen, Friburgo... se preparan para aplicarla.

A la vista de los impactos que sobre la salud de las personas tiene el deterioro de la calidad del aire de las ciudades como resultado de la masiva presencia de coches circulando por sus calles, lo que sorprende es que algo as¨ª no se haya puesto en marcha antes. S¨®lo en el caso de Espa?a, datos oficiales hablan de m¨¢s de 16.000 muertes prematuras al a?o como resultado de la mala calidad del aire que se respira en los entornos urbanos. La reacci¨®n de las ciudades europeas de referencia ten¨ªa que llegar y, por lo que se ve, ya ha comenzado. La iniciativa pivota sobre la prohibici¨®n directa de circulaci¨®n en el entorno urbano de aquellos veh¨ªculos que sobrepasan determinados est¨¢ndares de emisiones definidos por la Uni¨®n Europea. Complementariamente, algunas ciudades aplican peajes a los veh¨ªculos que acceden a sus espacios centrales.

En el Pa¨ªs Vasco, estudios recientes del Gobierno muestran el alcance de los problemas asociados al transporte y la movilidad. En un d¨ªa de labor, m¨¢s de 150.000 conductores se ven afectados por atascos en las carreteras vascas, con una p¨¦rdida media de tiempo de 20 minutos diarios, equivalentes a unas ocho jornadas de trabajo anuales por conductor. Las emisiones de part¨ªculas (PM10) debidas al transporte han aumentado significativamente desde 1990. Su relaci¨®n con las afecciones respiratorias, especialmente de los sectores m¨¢s vulnerables como la infancia y la gente mayor, est¨¢ clara para la medicina.

Se ha calculado, asimismo, que en el conjunto de Euskadi en torno a 380.000 personas est¨¢n expuestas de manera regular a ruidos por encima de los 55 decibelios procedentes del tr¨¢fico de las carreteras. En el caso de Vizcaya esa proporci¨®n es de una cada cuatro personas. Las externalidades del transporte en nuestro pa¨ªs han sido estimadas en 2.000 millones de euros al a?o, la mitad del presupuesto total de la Y ferroviaria.

Los datos de movilidad de las capitales vascas son, asimismo, significativos. Seg¨²n el reciente Estudio de la movilidad de la Comunidad Aut¨®noma Vasca, 2007 del Departamento de Transportes y Obras P¨²blicas del Gobierno, el 82% de los desplazamientos diarios que acceden del exterior a la ciudad de Vitoria-Gasteiz se hacen en veh¨ªculo, 67.293. En el caso de Donostia-San Sebasti¨¢n, el porcentaje es del 65%, con un total de 102.473 veh¨ªculos. En Bilbao, la proporci¨®n es del 51%, con un total de 153.896 coches. La penetraci¨®n del transporte p¨²blico ha alcanzado en Bilbao el 29%, en Donostia es del 21% y en Vitoria-Gasteiz del 6%. En definitiva, el veh¨ªculo privado "sigue ganado espacio en el conjunto de la movilidad, con una presencia generalizada en todos los ¨¢mbitos geogr¨¢ficos y con independencia del motivo", dice el estudio.

El diagn¨®stico es de sobra conocido por las instituciones. A la hora de las medidas para enfrentar el problema y avanzar hacia una gesti¨®n inteligente y ambientalmente positiva de la movilidad, el Gobierno vasco ha planteado en el Programa Marco Ambiental 2007-2010 que "para luchar contra el cambio clim¨¢tico y el impacto en la salud debido a la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica se avanzar¨¢ en medidas que limiten la utilizaci¨®n del veh¨ªculo privado, especialmente en los n¨²cleos urbanos m¨¢s congestionados, mediante la puesta en marcha de peajes o limitaciones de circulaci¨®n".

Es hora de coger el toro por los cuernos y dar pasos concretos que nos permitan avanzar hacia unos entornos urbanos amigables para las personas, en lugar de amigables para las m¨¢quinas. La propuesta es que las tres capitales vascas asuman conjuntamente el liderazgo de las ciudades y pueblos de Euskadi, adhiri¨¦ndose a lo largo de 2008 a la iniciativa europea Low Emission Zone. Que comiencen por limitar, tirando de ordenanza, la presencia en su interior de aquellos veh¨ªculos cuyas emisiones contaminantes superen determinados est¨¢ndares fijados por la Uni¨®n Europea.

Al mismo tiempo, que promuevan y dinamicen un amplio debate social a lo largo de dos o tres a?os destinado a crear las condiciones para que, tras una labor de pedagog¨ªa social, se implanten peajes de acceso al centro de las tres capitales, siguiendo el exitoso y transparente modelo protagonizado por Estocolmo y, antes, por Londres. Si las capitales dan el paso, los dem¨¢s ir¨¢n detr¨¢s. Es hora de visi¨®n y liderazgo tambi¨¦n en el tema del transporte y la movilidad sostenibles.

Antxon Olabe es analista ambiental y socio de Naider.