Hereu no es Olof Palme
El alcalde Jordi Hereu vet¨® la semana pasada una declaraci¨®n institucional del Ayuntamiento de Barcelona que, a iniciativa de CiU, hab¨ªa sido pactada entre todos los grupos municipales (tambi¨¦n los que apoyan al Gobierno bipartito) y que ten¨ªa como objetivo que el Ayuntamiento de Barcelona se pronunciase sobre el conflicto del T¨ªbet. Esta declaraci¨®n final contemplaba conceptos tan b¨¢sicos como la petici¨®n al Gobierno chino de que respetase los derechos humanos, la democracia, la integridad f¨ªsica y moral de los detenidos, la ense?anza en tibetano y otras consideraciones, vinculadas a la resoluci¨®n aprobada por el Parlamento Europeo el pasado 10 de abril, con relaci¨®n a la necesidad que se abriera el di¨¢logo con el Dalai Lama para encontrar una soluci¨®n justa al conflicto. No se hac¨ªa ninguna referencia a hipot¨¦ticos boicoteos ol¨ªmpicos ni a la independencia del T¨ªbet. Por supuesto, el tono de la declaraci¨®n se modul¨® desde su redacci¨®n inicial con el objetivo de que el grupo del PSC pudiera sumarse al acuerdo. Era de esta forma una declaraci¨®n que, en beneficio del consenso, buscaba un pronunciamiento un¨¢nime de la ciudad de Barcelona. Pues bien, en una decisi¨®n que como m¨ªnimo se puede calificar de incomprensible, Jordi Hereu dijo a ¨²ltima hora que no, que de ninguna manera, que el Ayuntamiento no se pronunciar¨ªa en el pleno de este mes de abril sobre el T¨ªbet.
?Es el alcalde Hereu insensible al dolor f¨ªsico, moral y espiritual de los centenares de detenidos por la represi¨®n en el T¨ªbet? ?Es el alcalde Hereu insensible a los atentados a la libertad de expresi¨®n y de opini¨®n? ?Es el alcalde Hereu insensible a la represi¨®n de la lengua tibetana? ?Es el alcalde Hereu partidario de mantener en arresto domiciliario a la escritora tibetana Tsering Woeser? ?Es el alcalde Hereu partidario de prohibir la exhibici¨®n de la bandera tibetana y de la fotograf¨ªa del Dalai Lama? Creo, sinceramente, que no. Pero si tenemos que hacer caso de este ¨²ltimo episodio municipal, tambi¨¦n podr¨ªamos concluir que s¨ª. O al menos, que es m¨¢s sensible a las presiones pol¨ªticas, diplom¨¢ticas y econ¨®micas que a las que afectan a la dignidad de las personas y de los pueblos.
Alguien me podr¨ªa decir que la figura institucional del alcalde no puede incomodar a los representantes de otro Estado. Alguien incluso podr¨ªa defender que no se pueden despreciar las relaciones econ¨®micas y comerciales de Barcelona y Catalu?a con China. Y podr¨ªa tener parte de raz¨®n. Pero el l¨ªmite que tenemos la obligaci¨®n de marcarnos es el de la dignidad de las personas, el de nuestra dignidad. ?O es que, por el hecho de que existan relaciones pol¨ªticas, tur¨ªsticas, comerciales y econ¨®micas de todo orden con Estados Unidos, no podr¨ªamos continuar condenando que mantengan la aplicaci¨®n de la pena de muerte o su actitud en la guerra de Irak? ?O qu¨¦ pensar¨ªamos si ahora nos encontr¨¢semos -como as¨ª fue hace unas d¨¦cadas, cuando viv¨ªamos bajo una dictadura- en una situaci¨®n parecida a la del T¨ªbet y asisti¨¦semos al silencio c¨®mplice -ya sea por miedo, convencimiento o un mal entendido inter¨¦s estrat¨¦gico- de aquellos cuya solidaridad esper¨¢bamos? Disponemos de un caso ejemplar: Olof Palme sali¨® a la calle (¨¦l personalmente) vestido de hombre anuncio para denunciar la dictadura franquista y recaudar fondos en favor de los presos pol¨ªticos. Probablemente, para Palme hubiese sido mucho m¨¢s c¨®modo no hacerlo. Probablemente, Palme tambi¨¦n incomodaba a empresas suecas con negocio en Espa?a y conviv¨ªa con la contradicci¨®n de saber que para muchos de sus conciudadanos Espa?a era tan s¨®lo un buen destino tur¨ªstico. Pero Palme supo estar en su sitio. Entre inhibirse o apoyar de forma decidida la democracia y la libertad, Palme no dud¨®. A veces, lo que se pide a los l¨ªderes pol¨ªticos es que sean capaces de transmitir mensajes a la ciudadan¨ªa.
La causa del T¨ªbet no es una causa contra China. Es una causa a favor de la libertad, de la dignidad, de los derechos humanos, de la democracia. Tampoco es una causa ¨²nicamente territorial. Es una causa universal. Y Hereu no lo ha entendido. Pero, claro est¨¢, Hereu no es Olof Palme.
Xavier Trias es presidente del grupo de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona.
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