"El Ateneo fue la instituci¨®n cultural m¨¢s antigua del pa¨ªs"
Es m¨¢s antiguo que los partidos pol¨ªticos actuales y s¨®lo le supera en tres o cuatro meses una sociedad popular donostiarra, la Uni¨®n Artesana. La historia del Ateneo Guipuzcoano, que el escritor Javier Mina (Pamplona, 1950) ha recogido en un libro editado por Txertoa que se present¨® ayer, se remonta nada menos que a 1870. "Fue la instituci¨®n cultural m¨¢s antigua del pa¨ªs", resalta.
En esa historia m¨¢s que centenaria hay, evidentemente, momentos negros, pero tambi¨¦n ¨¦pocas de oro -en concreto entre 1916 y 1936-, cuando conect¨® con las vanguardias culturales espa?olas y europeas y se convirti¨® en una referencia clave de las inquietudes creativa que han caracterizado desde siempre a San Sebasti¨¢n.
"En el primer tercio del siglo pasado vivi¨® su ¨¦poca de gloria"
Nacido tras la Tercera Guerra Carlista, el que se inici¨® como c¨ªrculo cultural apoyado por el consistorio donostiarra que en ese momento eclosionaba con la construcci¨®n de la nueva ciudad m¨¢s all¨¢ de la muralla, conoci¨® su primer tropiezo apenas una d¨¦cada m¨¢s tarde, tambi¨¦n entonces por "cuestiones ideol¨®gicas".
"El n¨²cleo central de aquella instituci¨®n era liberal, republicano y de izquierdas", rememora Mina. "Por eso, cuando en 1882 se producen en Espa?a coletazos de la reacci¨®n de los neocat¨®licos, hay un choque de las dos ideolog¨ªas, liberales e integristas. El Ateneo no pudo superar ese debate y se cerr¨®".
Resurge en 1908 y en esos a?os ya se prepara la que ser¨¢ su edad de oro, entre 1916 y 1936, hasta la guerra civil. "El Ateneo conoce en aquel primer tercio de siglo su ¨¦poca de gloria, con 4.000 socios que avalan aquel momento en el que fue polo de atracci¨®n de los intelectuales espa?oles, escritores de vanguardia y pol¨ªticos que frecuentaban los salones donde daban sus conferencias", a?ade.
En estas dos d¨¦cadas el Ateneo tuvo una influencia decisiva en la actividad art¨ªstica, literaria, musical y arquitect¨®nica y fue una tribuna de primera l¨ªnea por la que pasaron, entre otras muchas, figuras europeas como el arquitecto Walter Gropius o espa?olas, con escritores como Unamuno, Valle Incl¨¢n, Garc¨ªa Lorca, Gabriel Celaya, Mara?¨®n, Salinas, Jos¨¦ Bergam¨ªn o P¨ªo Baroja y su hermano Ricardo.
"Tras la guerra civil, fue Leandro Mart¨ªn Santos, padre del escritor Luis Mart¨ªn Santos, quien recuper¨® para la ciudad el permiso para su apertura en 1944" relata Mina. En estos a?os de penuria cultural, el Ateneo pudo mantener la llama de la inquietud creativa por m¨¢s que esta estuviese tutelada por el r¨¦gimen franquista. "En sus salones dio en los a?os cincuenta las primeras clases de euskera la hist¨®rica andere?o Elvira Zipitria y hasta el mismo Koldo Mitxelena", recordaba el escritor.
La historia del Ateneo empieza a apagarse con la transici¨®n, "cuando las nuevas instituciones municipales y auton¨®micas financian a la cultura por canales diferentes al de esta hist¨®rica plataforma", concluye. Incluso vive momentos dif¨ªciles como la evacuaci¨®n de su hist¨®rica sede, en la calle And¨ªa, en 1992, por parte de Gobierno vasco, que destina el edificio a sus propias necesidades. Acogido en la Biblioteca Doctor Camino de la Kutxa, el Ateneo mentiene la llama de lo que fue con ciclos de conferencias semanales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.