Y va a m¨¢s

Aunque las calles de Barcelona se bloquean siempre por Sant Jordi, ayer fue todav¨ªa m¨¢s espectacular. ?Podr¨ªa haber salido m¨¢s gente a la b¨²squeda del libro y la rosa? Posiblemente. S¨®lo as¨ª puede explicarse que en una jornada en la que se tem¨ªa por la avalancha de los 7.000 hooligans ingleses del Manchester, tuvieron que ser ellos los que se refugiaran en las terrazas de los bares del final de La Rambla, absortos ante el espect¨¢culo popular.

A la sensaci¨®n del llenazo barcelon¨¦s ayud¨®, y c¨®mo, Carlos Ruiz Zaf¨®n, que en su carpa solitaria instalada en el paseo de Gr¨¤cia consigui¨® atraer las colas m¨¢s largas nunca vistas en una festividad del libro, con m¨¢s de 1.200 personas y no menos del doble de ejemplares dedicados.

La eclosi¨®n de p¨²blico acentu¨® fen¨®menos que se vienen advirtiendo en las ¨²ltimas ediciones. As¨ª, qued¨® claro que ante la masificaci¨®n hay que desmarcarse como sea. Por ello, Joan Barril quiso mantener el t¨ªtulo del m¨¢s madrugador instal¨¢ndose a las 8.15 horas cerca del check-in del AVE en la estaci¨®n de Sants. Tambi¨¦n intentaron el desmarque los escritores Jordi Coca y Jaume Benavente, que durante dos horas se instalaron en el jard¨ªn rom¨¢ntico del Ateneo Barcelon¨¦s. En ambos casos el beneficio fue puramente medi¨¢tico.

Otro elemento destacable lo aport¨® la cada vez m¨¢s alta proliferaci¨®n de tenderetes de toda condici¨®n, que en algunos tramos, como el de la Rambla de Catalunya a partir de la calle de Arag¨®, se convierten en una variante del top manta catal¨¢n: grupos de universitarios que recaudan fondos para sus viajes de fin de carrera, colectas para enfermos, gente de raza gitana con sus cubos llenos de rosas y hasta una comisi¨®n de festejos de un pueblo de Cuenca ayudaron ayer a dar un irrepetible ambiente a la fiesta, m¨¢s multicolor que nunca gracias a las rosas con p¨¦talos coloreados a la manera del aco iris, la novedad floral de un hecho que ya no es noticia: se volvieron a vender seis millones de unidades.

"Si morimos alg¨²n d¨ªa en la calle ser¨¢ en un apretuj¨®n de Sant Jordi", le comentaba ayer una madre a su hija en plena Rambla. Dramatismos aparte: la fiesta es ¨²nica. "No tiene nada que ver con el f¨²tbol. La gente es m¨¢s abierta y no te pegan cortes", bromeaba Reixach, uno de los triunfadores de la jornada (firm¨® hasta una entrada enmarcada de Basilea y al mism¨ªsimo Pep Guardiola).

Los libreros reconocen que les fue mejor este Sant Jordi que el del a?o pasado, porque Ruiz Zaf¨®n triplic¨® las ventas de los libros m¨¢s vendidos de ediciones anteriores. Por tanto, la crisis econ¨®mica no pareci¨® influir en el buen ritmo de ventas registrado durante todo el d¨ªa, algo que no sorprendi¨® al escritor Juan Jos¨¦ Mill¨¢s. "Las crisis siempre benefician a la venta de libros, porque las crisis se pasan en casa y una de las pocas cosas que se puede hacer en casa para distraerse es leer".

En esta edici¨®n, adem¨¢s, nada de pol¨¦micas: todos juntos, autores televisivos y escritores de casta. Y si la experiencia es un grado, Josep Maria Espin¨¤s tendr¨ªa ya rango de capit¨¢n general en el ej¨¦rcito de Sant Jordi. "Llevo 54 a?os seguidos participando y en todos ellos he presentado un libro. Es un r¨¦cord". A Espin¨¤s no le molesta la mezcla que se da en Sant Jordi entre autores medi¨¢ticos y escritores de gran calidad literaria. "La libertad est¨¢ por encima de todo. Me parece muy bien que los que no son escritores, tengan tantas ganas de hacer un libro en un momento en el que se habla tanto de su desprestigio frente al empuje de la inform¨¢tica. El lector tiene que distinguir entre unos y otros, pero nada m¨¢s. Sant Jordi debe ser lo que la gente quiere que sea. Es la fiesta de la gente, del p¨²blico".Algunos escritores mostraron tanto entusiasmo como sus lectores. Noah Gordon no falt¨® a la cita, a pesar de su avanzada edad y a verse obligado a firmar como pod¨ªa los libros porque necesita llevar en las dos manos sendos aparatos ortop¨¦dicos.

La colaboraci¨®n entre autores y admiradores de su obra fue una de las constantes de la diada. A mediod¨ªa, por ejemplo, Quim Monz¨® espet¨® a uno de sus lectores: "Hoy es el d¨ªa del libro y de la rosca". La frase, a la que se adhiri¨® con entusiasmo, no era suya en realidad, sino un lapsus de un locutor de radio. "Lo ha dicho esta ma?ana Carles Francino, pero enseguida ha rectificado. A m¨ª me encanta, porque no entiendo qu¨¦ hacen aqu¨ª los gremios de floristas. Hoy es el D¨ªa del Libro. Los de las rosas se apuntaron despu¨¦s". Monz¨® se lo tomaba con calma: "Es un d¨ªa muy rutinario, siempre pasa lo mismo", explicaba, aunque se llevase a casa un regalito: un disco que le regalaron unos uruguayos.

El pregonero de Francfort coincidi¨® puntualmente en la mesa con Ferran Torrent, que tambi¨¦n tir¨® del sentido de humor. "De momento nadie me ha agredido, ni tampoco ha venido Naomi Campbell a pedirme un aut¨®grafo. Esperar¨¦ unas horas a ver si hay suerte. Me refiero a lo segundo claro, la agresi¨®n puede esperar".

Torrent se sum¨® a la firma de libros porque este a?o ten¨ªa novedad editorial, una nueva aventura del detective Butxana. De lo contrario, no asistir¨ªa. Cuando pasa eso, se queda sin fiesta en la calle. "En Valencia no hay forma de celebrar Sant Jordi, a no ser que lo hagas de manera individual y te vayas a comer un buen arroz a Casa Carmina. Los libreros valencianos intentaron hace tiempo exportar la diada, pero no han tenido ¨¦xito. Pero bueno... Creo que tambi¨¦n se est¨¢ tratando de exportar a Jap¨®n y tampoco va bien, aunque los japoneses sean disciplinados".

El que no hace novillos desde hace a?os es Emili Teixidor. Ayer le hizo especial ilusi¨®n recibir la visita de una pareja de ?vila que se disculpaba por haber le¨ªdo Pa negre en castellano. "Estaban muy preocupados por entender bien el final. Me han preguntado si era abierto. Dicho con mucho cari?o, ten¨ªan cara de payeses castellanos".

La que tampoco pod¨ªa disimular su felicidad era la escritora Najat El Hachmi, que firmaba disciplinadamente con una hermosa caligraf¨ªa de letra redonda. De un veterano como Teixidor a una debutante como El Hachmi: un Sant Jordi, de nuevo, masivo y en el que cabe todo.