Cosas que hacer con Ibsen cuando est¨¢ muerto
En el Romea anuncian Espectros, de Ibsen. A la salida un se?or dice: "Esto habr¨ªa que penarlo, hombre". "?Por qu¨¦?", pregunta otro. "Pues porque no es su obra". Se?or m¨ªo, tiene usted toda la raz¨®n. Esto est¨¢ muy feo. Esto no se le hace a un muerto indefenso. Esto es un atropello. Bueno, ahora le llaman "dramaturgia". Las m¨¢s de las veces, el asunto consiste en meter y sacar, con perd¨®n, lo que se les antoja a los responsables. Trocear, extirpar, amorcillar. Cambios de personaje, de situaci¨®n, de lenguaje, de sentido. Tambi¨¦n le llaman "actualizar", se?ores del Jurado. Les presento, en el banquillo de los acusados, a la se?ora Magda Puyo, que dirige la funci¨®n, y al se?or Carles Mallol, que firma la versi¨®n con ella. El montaje es, seg¨²n la se?ora Puyo, "un intento de aproximaci¨®n a la obra de Ibsen desde nuestras vidas de hombres y mujeres del siglo XXI". Yo no ir¨ªa tan lejos: a m¨ª me pareci¨® una lecci¨®n pr¨¢ctica de c¨®mo convertir el texto de Ibsen en una mala obra de Buero con unos toques de Alonso Mill¨¢n.
A m¨ª me ha parecido una lecci¨®n pr¨¢ctica de c¨®mo convertir el texto de Ibsen en una mala obra de Buero con unos toques de Alonso Mill¨¢n
La escenograf¨ªa es de Ram¨®n Sim¨®. Clich¨¦ B¨¢sico n¨²mero 1 del montaje "moderno": todas las familias, si son ricas y tienen m¨¢s secretos que dinero, viven en casas con paredes de metacrilato. Lo del techo de cristal, ya me entienden. Si el director es alem¨¢n se pueden a?adir espejos: no es el caso. El metacrilato tambi¨¦n sirve para que cuando los actores est¨¦n detr¨¢s se les vea pero apenas se les oiga, aunque lleven micros. En lo alto no puede faltar la consabida pantalla. Si hay una pareja quilando y no queda claro, ya se lo ampliaremos a ustedes, que hay mucha miop¨ªa. A continuaci¨®n se procede a cambiar el sentido de casi todo. ?Subtextos? ?Qui¨¦n necesita esa antigualla? Jakob Engstrand (Mingo R¨¤fols, que ha tenido mejores veladas) le mete mano a su hija Regina desde el minuto uno. Regina es una chica muy moderna, que dice "hostia", "hijo de puta" y "vas a montar un puticlub". Regina es Queralt Casasayas. Dif¨ªcil resulta juzgar su actuaci¨®n cuando se reduce a 1) levantar el culito en pompa, 2) bailar estilo Bada-Bing, 3) chupar piruletas con intenci¨®n (o las tres cosas al mismo tiempo). Luego se pasea desnuda y folla mucho. ?Es denigrante que la obliguen a comportarse como una zorrita de manual? Oh, no: la funci¨®n la dirige una mujer. La dirige un t¨ªo y es que lo lapidan. Regina/Casasayas tiene una escena con Manders en un sof¨¢ en la que luce todas sus habilidades y que no la firmar¨ªa ni Ray Cooney, otro se?or del siglo XXI. Manders (Jordi Boixaderas), les informo, ya no es un cura sino un asesor financiero muy de derechas y peinado a lo Zaplana. Le han quitado todo el texto que han podido y han a?adido por un tubo: cuando habla de las "lecturas nocivas" y, sobre todo, en su enfrentamiento con Oswald, el artista rebelde. Ah¨ª se debaten los matrimonios gay, el concejal mallorqu¨ªn que se iba de putos a costa del erario, los megaburdeles isle?os y dem¨¢s actualidades. Boixaderas est¨¢ estupendo: sobrio, convincente, uno de los mejores trabajos de su carrera. Tiene un momento peligroso: Magda Puyo le planta en mitad del escenario a poner cara de mucho pasmo cuando la se?ora Alving le revela la verdad. Emma Vilarasau interpreta a la susodicha como si se hubiera metido un tripi. O se hubiera ca¨ªdo en un caldero de ¨¢cido, directamente: histeria constante, chillidos, cloqueos. Una actuaci¨®n muy, muy fatigosa. Y, siento decirlo, con escasa verdad, salvo en la escena final. Claro que lo tiene complicado. Es muy dif¨ªcil que el p¨²blico no se parta el pecho cuando la se?ora Alving ve a su reto?o y a Regina en carnal abrazo (y repetidos en la pantalla) y ha de gritar: "?Oh, Dios m¨ªo, espectros! ?Todo vuelve a repetirse!". Bueno, y para repetici¨®n la de la palabrita, que es de r¨¦cord Guinness: en un mismo p¨¢rrafo se la hacen decir ocho veces. Tiene mucho m¨¦rito. Tambi¨¦n ha de haber incesto evidente entre madre e hijo: que no falte de n¨¢. Y m¨¢s frases a?adidas: "Tus manos en mis labios, tus ojos en mis labios", musita el chaval, muy a la venezolana, mientras su mami le palpa los pectorales (y el ombliguito) y le casca un beso de tornillo. La sobreactuaci¨®n y el morcillismo se dan la mano en otra escena donde la Vilarasau se ve obligada a leerle a Oswald un buen cacho de, dir¨ªa, La campana de cristal, de Sylvia Plath, otra muerta damnificada. La clave, por lo que me pareci¨® atisbar, es el exceso. En el original, la madre pide media botella de champ¨¢n para aventar los negros pensamientos del hijo de sus entra?as: aqu¨ª, entre ella y Regina le traen veinte, que las cont¨¦ yo. Oswald, el hijo, el artista rebelde, es Ramon Pujol: un actor muy interesante, con fuerza, al que convendr¨¢ seguir. Tambi¨¦n lo tiene crudo con la actualizaci¨®n de marras. La s¨ªfilis, eje del original, ya no cuela. Oswald lo explica con gran sutileza: "Los vicios de los padres los heredan los hijos. Me lo dijo un m¨¦dico. Deb¨ªa ser del Opus aquel hijo de puta". Acto seguido, se mete un pico. ?Jaco, morfina, sedantes? No sabr¨ªa qu¨¦ decirles, porque se queda tan pancho. Parece que lo que ha heredado de su papi es una enfermedad mental. No s¨®lo era putero y yonqui, es que adem¨¢s... Bah. Podr¨ªa citar muchos m¨¢s desafueros, pero estoy harto ya. ?No est¨¢n ustedes hartos tambi¨¦n, se?ores del Jurado? ?Tanta lata con el canon y la protecci¨®n a los autores vivos y nadie controla el pisoteo a los difuntos? ?No hay un organismo para eso? Yo creo que la cosa es muy sencilla. Se?ora Puyo, se?or Mallol: ?les gusta a ustedes Espectros? Pues la hacen. La recortan un poquito si quieren, pero no se la inventan. ?Qu¨¦ no les gusta? ?La consideran anticuada, aburrida, ret¨®rica, melodram¨¢tica? Muy santo y muy bueno: pues montan otra. Funciones no faltan, hombre. Lo que hacen ustedes (y la empresa) es enga?ar al espectador, sobre todo si es jovenzuelo, porque tampoco es que la obra se haya representado mucho en los ¨²ltimos a?os. Lo dicho: es que no la venden como "una relectura" (o como diablos quieran llamarla), sino como Espectros a secas. Luego van a verla los que no se han le¨ªdo a Ibsen ni por el forro y salen diciendo que si tanto cl¨¢sico y f¨ªjate lo malo que era.
Espectros. Teatro Romea. Barcelona. Hasta el 22 de junio
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