Chema Madoz, de profesi¨®n inventor de poemas visuales
Letras sueltas y relojes de sol. O, lo que podr¨ªa ser lo mismo, el tiempo y la escritura. Dos temas inspiran la ¨²ltima exposici¨®n del fot¨®grafo Chema Madoz (Madrid, 1958). Dos temas para un prop¨®sito constante. Convertir los objetos que enmarcan nuestras vidas en las turbadoras met¨¢foras marca de la casa. En un mundo en s¨ª mismo. Y por esta vez no es un clich¨¦.
La negra huella de un oso que ha atravesado una alfombra persa, el retrato de un arco apoyado en la pared, un reloj solar, letras volanderas que juegan con pompas de jab¨®n, cuelgan de las paredes de la Galer¨ªa Moriarty de Madrid. La exposici¨®n coincide con la reedici¨®n de Fotopoemario (La F¨¢brica), el libro que firm¨® con el poeta Joan Brossa en 1996. En ¨¦l, cada cual hace lo propio. Un poema por cada una de las 12 fotograf¨ªas realizadas por Madoz. El resultado hoy, igual que el d¨ªa de su publicaci¨®n, posee la aplastante l¨®gica de la belleza. ?O acaso, desde siempre, los campos sem¨¢nticos aplicables a la fotograf¨ªa art¨ªstica de Madoz no fueron los mismos de la poes¨ªa?
Hac¨ªa dos a?os que Madoz no mostraba su trabajo en p¨²blico. Quiz¨¢ porque la ¨²ltima vez fue a lo grande. Se comprende que tras la exposici¨®n restrospectiva que en 2006 le dedic¨® la Fundaci¨®n Telef¨®nica, con 120 piezas, quedara agotado.
"He escogido parte de las im¨¢genes con las que he trabajado a lo largo de los ¨²ltimos a?os. No hay un antes y un despu¨¦s de aquella exposici¨®n. Tampoco hay continuismo. Cada una de estas obras son im¨¢genes particulares que se abren y se cierran sobre s¨ª mismas. Es una mirada permanente que busca v¨ªnculos", aclara.
?Y c¨®mo elige los temas, los lugares adonde dirigir esas rotundas y originales miradas sobre la cotidianeidad? "Es una mezcla de posibilidades. Mi encuentro con las im¨¢genes es fortuito, me tropiezo con ellas. No surgen de un concepto o una idea preconcebida. Trabajo con mi entorno, con lo que me envuelve y me conmueve".
Las emociones aguardan en lugares como la literatura, de lo que se deduce del contenido de la exposici¨®n, que contiene cuatro trabajos con la escritura como motivo. "Convivo con la escritura, aunque nunca he escrito", explica. Quiz¨¢ porque la poes¨ªa la crea con la c¨¢mara y por eso se le considera uno de los mejores fot¨®grafos art¨ªsticos del mundo, aunque ¨¦l no le da ninguna importancia. "Son opiniones, exageraciones que no me afectan nada".
A Joan Brossa lo conoci¨® en 1995, durante la exposici¨®n antol¨®gica que le dedic¨® el Reina Sof¨ªa. La reedici¨®n del resultado de aquel feliz encuentro le trae gratos recuerdos a este inventor de los poemas visuales y objetuales. "La armon¨ªa fue perfecta. Cada uno trabaj¨® de manera individual, pero el resultado fue de un entendimiento absoluto. Pensamos uno en el otro sin tener que hablar".
As¨ª fue como, en blanco y negro y versos libres, la poes¨ªa de ambos qued¨® conectada. Cada cual, con su visi¨®n y sus ¨²tiles de trabajo. Lo que, en lo concerniente a Madoz es, una vez m¨¢s, un acto de fidelidad a s¨ª mismo. Desde sus comienzos utiliza una Hasselblad, una c¨¢mara con una excelente ¨®ptica que sali¨® al mercado el mismo a?o de su nacimiento.
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