Los ni?os regresan a Ay¨®dar
El pueblo sortea vivienda, trabajo y 1.000 euros para evitar el cierre del colegio
El colegio del municipio castellonense de Ay¨®dar no se ver¨¢ obligado a cerrar el curso que viene gracias a la iniciativa de su ayuntamiento, que ayer concedi¨® vivienda, trabajo y un cheque de 1.000 euros al matrimonio Mart¨ªn Vives, a cambio de que se quede a vivir junto a sus 4 hijos en la localidad. El consistorio lanz¨® su oferta el pasado diciembre "porque para el pr¨®ximo curso s¨®lo quedaban cuatro ni?os y nos cerraban el colegio", recuerda el alcalde Ram¨®n Balaguer. Recibi¨® unas 500 solicitudes de familias de toda Espa?a. Rafael Mart¨ªn y Mar¨ªa Vives, casados desde hace 12 a?os y que viv¨ªan en Vilanova i la Geltr¨² (Barcelona), ganaron "por el n¨²mero y la edad" de sus hijos y afirman sentirse "felices" con el cambio.
Ay¨®dar es un pueblo de 245 habitantes, enclavado en un profundo valle al que se accede desde la vecina Onda por 17 kil¨®metros de una carretera tortuosa entre las impresionantes moles del parque natural de la Serra d'Espad¨¤. Rodeado de bosques de pinos y ba?ado por el r¨ªo Chico, el pueblo es tranquilo. Apenas hay coches en sus calles estrechas, y casi todas conducen a la plaza Mayor. All¨ª, justo encima de la casa consistorial, el ayuntamiento ha habilitado la antigua vivienda del maestro para que acoja a los nuevos vecinos. Rafael y Mar¨ªa viv¨ªan en un 4? piso en Vilanova i la Geltr¨² "y los ni?os ni pod¨ªan bajar a la calle si no los acompa?¨¢bamos". "Busc¨¢bamos tranquilidad para nuestros hijos", dice Mar¨ªa, rodeada de su hijo mayor Rafa, con 11 a?os, Paula de 8, y las gemelas Mar¨ªa y Judith, de 5. S¨®lo llevan un d¨ªa en Ay¨®dar pero ya parecen hermanos del resto de ni?os del pueblo. Andrea, Alba, o Ana Mar¨ªa se los llevan a "jugar a pillar, al escondite y a cacos y polis" porque "aqu¨ª se juega en la calle, en el castillo, y en verano nos ba?amos en el r¨ªo". "Yo tengo la Playstation", dice Ana Mar¨ªa, "pero a¨²n est¨¢ desmontada en casa". En la plaza contemplan la escena Joaqu¨ªn, su hermana Felicidad y la esposa de aqu¨¦l, Dolores. Tienen entre 91 y 94 a?os pero aparentan 75, y dicen que "ojal¨¢ vinieran m¨¢s ni?os porque eso de que s¨®lo haya viejos es muy triste". El alcalde tiene pensado traer a otra familia y querr¨ªa "que viniesen muchas m¨¢s" pero el presupuesto de Ay¨®dar "es limitado" y "lamentablemente" no han recibido ayuda alguna de la administraci¨®n.
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