"La din¨¢mica sindical de los ¨²ltimos tiempos ha sido muy negativa"
Mart¨ªn Auzmendi Aierbe (Ataun, 1950), abogado, ha sido parlamentario de Euskadiko Ezkerra y consejero de Trabajo y Seguridad Social del Gobierno vasco en 1991 y un buen conocedor de la realidad sindical vasca. De hecho, la sufri¨® directamente en los cinco a?os (de 2002 a 2007) que estuvo al frente del Consejo de Relaciones Laborales (CRL).
Pregunta. ?Se puede decir que existe en Euskadi un problema sindical?
Respuesta. Lo espec¨ªfico de Euskadi es al grado de desencuentro sindical que se ha puesto de manifiesto en los ¨²ltimos a?os y que no tiene parang¨®n. Frente al resto del Estado, donde hay dos grandes sindicatos, aqu¨ª tenemos cuatro organizaciones representativas con participaci¨®n en la negociaci¨®n colectiva y en los ¨®rganos de participaci¨®n sociolaboral. En cuanto a los factores de esa desuni¨®n, hay uno esencial, basado en el diferente ¨¢mbito de actuaci¨®n de dos organizaciones, UGT y CC OO, que son de ¨¢mbito estatal, y otras dos, ELA y LAB, de ¨¢mbito exclusivamente vasco, y que se sienten constre?idas por un marco y unas reglas de juego que no consideran suyas.
P. Pero este marco estaba desde la transici¨®n, y no ha sido hasta hace unos a?os cuando ha dado lugar a una confrontaci¨®n exacerbada.
R. Efectivamente. Ha sido en los ¨²ltimos a?os cuando esa divisi¨®n se ha dado de forma tan acusada. Yo creo que tambi¨¦n ha influido que, a partir de 2002, y sobre todo por parte de ELA, se produce un cambio en el modo de abordar la negociaci¨®n colectiva. Estima que la negociaci¨®n que se estaba dando era poco exigente, poco reivindicativa, y se lanza a un nuevo escenario, que supone una mayor divisi¨®n entre los sindicatos, de modo que ni siquiera mantienen contactos a nivel confederal entre s¨ª.
P. ?Por qu¨¦ se produce?
R. Creo que obedece a una preocupaci¨®n por los cambios estructurales que se estaban produciendo en el mercado de trabajo y a la percepci¨®n de un cierto estancamiento organizativo. Pero la pregunta ser¨ªa si ese cambio ha producido efectos positivos para las relaciones laborales y los intereses de los trabajadores.
P. Y en su opini¨®n, ?los ha producido?
R. Hombre, teniendo en cuenta la evoluci¨®n de la negociaci¨®n colectiva sectorial, que ha estado pr¨¢cticamente bloqueada desde 2002 a 2007, parece evidente que los efectos no han sido precisamente positivos para el mundo del trabajo. El nuevo escenario que se pretend¨ªa conseguir no existe, o por lo menos, yo no he visto grandes cambios en el contenido de los convenios que se han firmado en este tiempo respecto a los anteriores. Un dato: 2007 es el a?o que m¨¢s convenios colectivos se firman y el que registra menos conflictividad laboral.
P. Podr¨ªa pensarse que el motivo de esa radicalizaci¨®n no era s¨®lo confrontarse con la patronal. Existe mucha carga ideol¨®gica en la pugna planteada entre los propios sindicatos.
R. La carga ideol¨®gica es mucho mayor aqu¨ª, s¨ª. Y en algunos casos la confrontaci¨®n deriva de ese factor. Pero a m¨ª me sigue sorprendiendo la guerra de pancartas que se produce para protestar contra algo tan b¨¢sico como un accidente laboral.
P. ?La estrategia de choque puesta en marcha ha podido pretender simult¨¢neamente el afianzamiento de la hegemon¨ªa sindical conseguida por ELA?
R. Ser¨ªa bueno que los propios protagonistas hicieran un balance de lo sucedido. Pudo obedecer a un error de c¨¢lculo. En esta vida las apuestas no siempre salen como pensabas. Su ¨¦xito depende, primero, de que los trabajadores te sigan en tu estrategia; y luego, es dif¨ªcil alcanzarlo si no vas unido con las dem¨¢s fuerzas sindicales y no est¨¢s dispuesto a negociar con la contraparte, con la representaci¨®n laboral.
P. ?Y usted, qu¨¦ balance hace?
R. Desde 1980 la representatividad de ELA hab¨ªa crecido de forma ininterrumpida hasta 2002, cuando se estanca y decrece levemente. Yo espero que, como m¨ªnimo, esto est¨¦ siendo un tema de reflexi¨®n. La pregunta ser¨ªa qui¨¦n est¨¢ ganando con este estado de cosas. Yo creo que el movimiento sindical es fuerte en la medida en que tenga capacidad de di¨¢logo, negociaci¨®n y pacto, y mantenga un m¨ªnimo com¨²n denominador.
P. ?Los sindicatos son ahora m¨¢s fuertes o m¨¢s d¨¦biles?
R. A m¨ª me parece que son m¨¢s d¨¦biles que hace cinco a?os en t¨¦rminos de poder y de influencia. Porque el poder del sindicalismo est¨¢ en la capacidad de negociar y llegar a acuerdos. Por supuesto que tambi¨¦n en algunas circunstancias hay que llegar a la confrontaci¨®n, pero si no negocias y no llegas a pactos, de poco le sirves a tus representados. Los trabajadores no quieren la bronca por la bronca.
P. Una conclusi¨®n de este periodo es que la econom¨ªa y las empresas pueden funcionar sin mayores problemas aunque no haya convenios sectoriales.
R. Efectivamente, esto viene a corroborar lo que dec¨ªa. Se ha demostrado que, salvo a los directamente afectados, la ausencia de negociaci¨®n colectiva no ha perjudicado demasiado a la econom¨ªa en su conjunto. De hecho, su impacto sobre la patronal y las empresas ha sido bastante relativa. Han sabido gestionar las dificultades y darle la vuelta a la situaci¨®n sin grandes costes. Y esto deber¨ªa ser bastante preocupante para las organizaciones sindicales.
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