Sicofante
La Rep¨²blica es la forma natural de gobierno. En democracia deber¨ªa ser normal elegir a nuestros gobernantes en todos los niveles, desde la jefatura del Estado al Gobierno de la naci¨®n, el auton¨®mico o el local. Cosa distinta es si ¨¦ste es el principal problema que debemos abordar en este momento los espa?oles o si el Rey ha hecho bien su trabajo. Dec¨ªa V¨¢zquez Montalb¨¢n, militante comunista hasta su muerte, que Juan Carlos de Borb¨®n era un buen profesional. Es una obviedad decir que el Rey pasar¨¢ a la historia como uno de los mejores jefes de Estado de Espa?a y por haber reinado en el periodo de paz, bienestar y libertad m¨¢s prolongado de nuestra historia. Es compatible ser republicano y analizar la actuaci¨®n del Rey con objetividad: ha hecho bien su trabajo. Otro asunto es determinar si es oportuno que exista en el C¨®digo Penal el delito de injurias al jefe del Estado. Es posible que sea conveniente modificarlo y adaptarlo al momento presente en el que las cr¨ªticas a la Corona no deben escandalizar a nadie. Conviene tener en cuenta que el Rey no es un ciudadano cualquiera, no puede defender su honor a t¨ªtulo individual frente a insultos o calumnias como podemos hacer los dem¨¢s. El hecho es que el C¨®digo Penal contempla el delito, lo que ha permitido la condena a los humoristas de El Jueves y el procesamiento a quienes quemaron fotos del Rey en Gerona. Por tanto, es normal que la fiscal¨ªa abra diligencias por las declaraciones del alcalde de Puerto Real. Por este motivo, no comprendo la reacci¨®n de Diego Valderas, por lo dem¨¢s un dirigente prudente y respetable. No se puede descalificar, como ¨¦l ha hecho, a la fiscal jefe de C¨¢diz, ?ngeles Ayuso, por hacer su trabajo. M¨¢xime cuando, por primera vez en muchos a?os, tenemos en C¨¢diz al frente de la fiscal¨ªa a una mujer profesionalmente brillante y de convicciones progresistas. Descalificar a la fiscal es m¨¢s f¨¢cil que ir al fondo de la cuesti¨®n: no se pueden hacer ese tipo de declaraciones y ninguna organizaci¨®n puede aceptar que sean dichas en su nombre.
Asunto diferente es que el alcalde de Puerto Real ha montado el circo para su propio beneficio. Es probable que ni siquiera crea en lo que dice, pero sabe que le proporciona publicidad. Est¨¢ entusiasmado con la idea de que le procesen e incluso que le condenen con lo que aparecer¨ªa como una v¨ªctima de la libertad de expresi¨®n y no como lo que es, un sicofante. Con toda esa palabrer¨ªa altisonante contra la Casa Real adquiere la notoriedad que no tiene por su gesti¨®n al frente de su ayuntamiento. En las pasadas elecciones municipales ha sacado los peores resultados de su historia y s¨®lo ha podido seguir al frente del ayuntamiento porque Izquierda Unida se convirti¨® en la llave de la Diputaci¨®n, con lo que los dirigentes del partido socialista no aprobaron un gobierno de coalici¨®n PSOE-PA en Puerto Real. En la decadencia de su dilatada vida pol¨ªtica, acosado por los esc¨¢ndalos de los negocios inmobiliarios de su hermano, ha visto en los insultos al Rey una la fama que la pol¨ªtica le niega. Es parad¨®jico que quien pregunta por los negocios de la Familia Real no aclara los de la suya. Le es indiferente hacer una llamada a que los saharauis empu?en las armas o acusar al Rey de corrupci¨®n y a toda su familia de todo tipo de perversiones econ¨®micas y sexuales. Reitera sus frases como una invitaci¨®n a que le procesen. Tanta revoluci¨®n y nada dice de que sigue de alcalde gracias al PSOE y que gobierna en coalici¨®n con ese partido, aunque luego acuse a Llamazares de venderse al socialismo. Es complicado que la Rep¨²blica llegue de la mano de personajes de este tipo. No se trata ya de defender la Rep¨²blica sino de la imputaci¨®n de delitos al jefe del Estado rematados al m¨¢s puro matonismo con el "si tiene reda?os que me replique" a sabiendas de que es imposible. Con su engolamiento caracter¨ªstico llega a utilizar una r¨¢faga de insultos gruesos del tipo "cr¨¢pula, deleznable y licencioso" fruto de la desesperaci¨®n de quien se ve al final de su carrera. Con gente as¨ª ni llegar¨¢ la tercera Rep¨²blica ni renacer¨¢ IU.
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