La sangre fr¨ªa de Valverde
El ciclista murciano logra su segunda Lieja-Bastogne-Lieja, la decana de las cl¨¢sicas
Fue un golpe de genio. Tambi¨¦n un fogonazo.
Primero, la explosi¨®n.
Joaquim Purito Rodr¨ªguez, su luminoso maillot de campe¨®n de Espa?a, un destello en la cabeza del pelot¨®n, ech¨® un vistazo a su alrededor y le gust¨® lo que vio, as¨ª que sin siquiera avisar a su jefe, Alejandro Valverde, aceler¨® con fuerza. A sus espaldas, el caos y dos seguidores, Frank Schleck y Davide Rebellin. Faltaban 21 kil¨®metros para la meta de Lieja y el pelot¨®n de clasic¨®manos de las Ardenas descubr¨ªan una nueva subida, la Roca de los Halcones, que, seguramente, dentro de nada simbolizar¨¢ tanto el car¨¢cter de la Lieja-Bastogne-Lieja como el Cauberg marca la Amstel, el muro de Huy la Flecha Valona, el muro de Grammont el Tour de Flandes, el Ghisallo el Giro de Lombard¨ªa y el bosque de Arenberg la Par¨ªs-Roubaix.
Hac¨ªa sol y Valverde disfrutaba de un nuevo estado de ¨¢nimo descubierto este a?o, el de la tranquilidad. Valverde ya es padre (de dos gemelos), ya tiene 28 a?os, ya pas¨® la etapa de ser el Bala, el ganador de todo; ya, incluso, puede pensar que el c¨®digo Piti, que la Operaci¨®n Puerto, desencadenada hace justo dos a?os, son asuntos del pasado. "He corrido m¨¢s tranquilo, s¨ª", dice el ciclista murciano, que hace 13 d¨ªas gan¨® la Par¨ªs-Camembert y hace siete qued¨® tercero en la Amstel. "Quiz¨¢s porque ya hab¨ªa ganado la Lieja hace dos a?os, y quiz¨¢s, sobre todo, porque este a?o las cl¨¢sicas no son un objetivo, sino que forman parte de mi camino hacia el Tour. Pero para ganar aqu¨ª hay que estar a un 90-95%, por lo menos".
Estaba tan calmo Valverde, tan bien alimentado -recordando sus penurias gluc¨¦micas en 2005, cuando su debut en la decana, en el equipo no pararon de recordarle que comiera, que comiera; incluso, por la ma?ana, antes de la salida, la b¨¢scula se?alaba 63,5 kilos, dos m¨¢s de lo habitual, consecuencia de la sobrecarga de hidratos de los ¨²ltimos d¨ªas para evitar problemas-, que ni siquiera parpade¨®, ¨¦l, que antes se mov¨ªa tras el vuelo de una mosca, cuando Bettini, esclavo de su personaje, atac¨® en La Redoute y luego en Sprimont justo delante de ¨¦l. "Estaba condenado", dice Valverde. "Arranc¨® con tanta fuerza y faltaba tanto...".
Y tampoco se movi¨® al principio detr¨¢s de su amigo Purito. "Prefer¨ª quedarme con Cunego y Evans, ver qu¨¦ hac¨ªan", explica. Vio, con la sabidur¨ªa t¨¢ctica que le da la calma, que los m¨¢s fuertes el mi¨¦rcoles bajo la lluvia de la Flecha no estaban muy all¨¢, as¨ª que cambi¨® y se fue con el tr¨ªo Purito-Schleck-Rebellin, donde se jugar¨ªa la victoria.
El golpe de genio, despu¨¦s.
Alcanzado Andy Schleck, el hermano peque?o de Frank, el luxemburgu¨¦s que gan¨® el a?o pasado la Amstel, Purito, s¨²bitamente, levant¨® el pie. "Hombre, podr¨ªa haber aguantado unos kil¨®metros m¨¢s con el grupo, pero pens¨¦ que en vez de exprimirme, podr¨ªa guardar unas cuantas fuerzas, descolgarme al grupo de atr¨¢s y volver a estar al final con Alejandro", les dijo Rodr¨ªguez a los del equipo. Lo que consigui¨®, sin embargo, fue m¨¢s decisivo: fue un lastre para los perseguidores, que nunca cazaron al grupo de Valverde, y fue un peso t¨¢ctico que se quitaba de encima el murciano. Delante, asisti¨®, pura sangre fr¨ªa, aliado con el veterano Rebellin, al hermoso intento fraterno de los Schleck en Saint Nicolas -pocas veces se ve a dos hermanos en el grupo selecto a 10 kil¨®metros de la llegada de un monumento-, y, tranquilamente, sabore¨® el ¨²ltimo kil¨®metro como un intocable: sus compa?eros le hicieron los honores, le dejaron llegar a su distancia ideal para atacar, pasada la curva, a 200 metros de la l¨ªnea, y s¨®lo les falt¨® aplaudirle.
"Frank era el m¨¢s fuerte, pero yo el m¨¢s r¨¢pido", dice Valverde. "Si en 2006, cuando mi primera Lieja, no era consciente del valor de una cl¨¢sica, ahora s¨ª que lo s¨¦, y quiz¨¢s por eso he disfrutado m¨¢s con esta victoria. Por eso y por todo lo que he pasado".
Rebellin -ganador en Lieja en 2004- acab¨® segundo, Frank tercero y Andy, cuarto; Purito, octavo, Bettini, noveno, y el sorprendente Freire, que vale para todo, 11?.
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