El escoc¨¦s irreductible
El orgullo patri¨®tico y el autoritarismo definen a Alex Ferguson, t¨¦cnico del Manchester
Cuando despierta el d¨ªa, un Audi S8 negro atraviesa la barrera y la calle Sir Matt Busby para acabar en el manto verde de Carrington, la ciudad deportiva del Manchester United. Luego, Alexander Chapman Ferguson (Govan, Escocia; 1941) se prepara un t¨¦ en la cocina de las oficinas y se mete en su despacho. As¨ª, cada d¨ªa; el primero de todos. Dos horas m¨¢s tarde aparecen los futbolistas. Y, si est¨¢ de buen humor, Fergie suelta su habitual parrafada dentro del vestuario. "?Sab¨¦is cu¨¢l es el pa¨ªs m¨¢s importante?", cuestiona al tiempo que esboza una sonrisa. "S¨ª¨ª¨ª¨ª, jefe", contestan unos cuantos como si simularan abatimiento; "Escocia". "?Exacto!", reemprende Ferguson; "somos los inventores del mundo. ?D¨®nde pens¨¢is que nacieron la penicilina, el tel¨¦fono, la televisi¨®n y la anestesia?" Los jugadores, con la lecci¨®n aprendida, no osan rechistar. Sir Alex -t¨ªtulo que ostenta desde 1999, cuando logr¨® el triplete (Liga, Copa y Copa de Europa)-, el t¨¦cnico que bate tantos registros como rivales, no da opci¨®n a la r¨¦plica. Manda el Boss.
"Somos los inventores del mundo", bromea el entrenador con sus jugadores
Pone multas por la impuntualidad, por los tacos y por adelantarle en la carretera
Para Ferguson, hijo de un estibador del puerto de Glasgow, no hay nada como el f¨²tbol. Aunque de carrera discreta como delantero bregador de olfato agudizado, se labr¨® su nombre en Escocia al convertirse en el traspaso m¨¢s caro entre dos equipos escoceses (del Dunfermline al Rangers por el equivalente a 82.500 euros en 1967). Lo suyo, sin embargo, era ordenar desde los banquillos. "Nunca me ha gustado la indisciplina", afirm¨® en su primera rueda de prensa como t¨¦cnico del East Stirlingshire.
Para Fergie, la ley es algo tan intangible como moldeable. Normal que en el Saint Mirren, su siguiente club, le despidieran. Seg¨²n The Sunday Herald, fue porque incumpli¨® puntos del contrato como dar pagas extra sin autorizar a los jugadores o intimidar a la secretaria por buscarle futbolistas que no quedaban libres. "Es mezquino e inmaduro", concluy¨® el tribunal una vez que rechaz¨® su apelaci¨®n por despido improcedente. Pero Ferguson no cambi¨® y obvi¨® el consejo de su mentor, Jock Stein: "No te busques problemas porque los problemas te encontrar¨¢n a ti". Stein falleci¨® y ¨¦l le sustituy¨® como seleccionador de Escocia en el Mundial de M¨¦xico 1986.
En noviembre de ese a?o, un Mercedes aparc¨® en The Cliff, las antiguas instalaciones del United. "?Esto no puede seguir as¨ª!", exclam¨® Ferguson tras recoger el testigo de Ron Atkinson. Se refer¨ªa a las malas costumbres de jugadores como Norman Whiteside, Paul McGrath o Bryan Robson de beber cervezas en el vestuario. Fue el primer mandamiento de Ferguson en Inglaterra, pero le preced¨ªan unos cuantos en Escocia, donde hizo historia con el Aberdeen al ganar nueve t¨ªtulos, entre ellos una Recopa (1983) y la Supercopa europea (1984). As¨ª, mult¨® a un futbolista por rebasarle en la carretera al interpretarlo como una falta de respeto.
Hoy en d¨ªa, no ha variado sus costumbres. "?Ma?ana os quiero a todos aqu¨ª!", grit¨® hace un mes y medio despu¨¦s de que el equipo perdiera en Old Trafford ante el Portsmouth en la Copa. Neg¨® de un plumazo los seis o siete permisos que hab¨ªa dado a sus jugadores para volver a casa. Nada en comparaci¨®n con el chancletazo que dio a David Bellion cuando le pill¨® imit¨¢ndole o el botazo que le propin¨® a David Beckham, que se sald¨® con una brecha en la cabeza. ?ltimamente, eso s¨ª, parece m¨¢s suave. Sus castigos se limitan a poner multas por cada insulto de los jugadores, por cada conversaci¨®n de m¨®vil que caza en el vestuario o por cada impuntualidad.
S¨®lo una vez sali¨® Ferguson trasquilado de un pulso. Fue por culpa de su otra pasi¨®n, las carreras de caballos. En 2004, cuando se enfrent¨® con los magnates irlandeses McManus y Magnier por la propiedad de un semental llamado Rock Gibraltar (Pe?¨®n de Gibraltar). Los empresarios, molestos, no s¨®lo compraron un 28% de las acciones del United y desvelaron los negocios irregulares de su hijo como agente de futbolistas del club, sino que le amenazaron con el despido. Pero, firmada la paz, hicieron mutis por el foro y dieron plenos poderes a Malcolm Glazier, el due?o actual.
Su autoritarismo le ha valido para reventar casi todos los r¨¦cords del banquillo del Manchester. Ha sido el ¨²nico en lograr el doblete (Liga y Copa) dos a?os consecutivos y en obtener el treble. En total, ha ganado nueve Ligas, cinco Copas, dos Copas de la Liga, siete Community Shield y una Champions, una Copa de la UEFA, una Intercontinental y una Supercopa. Pero tambi¨¦n le hacen gracia los premios individuales, que exhibe en una repisa -siete veces manager del a?o, 21 del mes- junto a su preciada colecci¨®n de botellas de vino.
A Ferguson apenas se le ve por el c¨¦sped de Carrington. Se limita a bajar un minuto cada d¨ªa para charlar con Carlos Queiroz, su segundo, y los jugadores prefieren no aparecer por su despacho, el ¨²nico con la puerta tintada. As¨ª es Fergie, un orgulloso escoc¨¦s que impone su ley y que, tras 22 a?os en Old Trafford, se equipara a las leyendas del banquillo como Matt Busby, Bob Paisley, Bill Shankly y Jock Stein. "Llevo a?os viendo jugar al Bar?a y nunca cambia su sistema. Domina el bal¨®n y casi hace que te desmayes con el intercambio de pases", analiz¨® ayer. Hoy quiere engrandecer su historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.