Dos almas gemelas por el mismo sue?o
El Barcelona pretende aprovechar las dudas de un Manchester United tambi¨¦n en horas bajas
Dos almas gemelas se baten en Old Trafford por el mismo sue?o de alcanzar la final de la Champions del 21 de mayo en Mosc¨². Aunque compiten con equipos distintos, el uno directo y fogoso y el otro rebuscado y paciente, el Manchester United y el Barcelona son hist¨®ricos que comparten m¨ªstica. A ambos les avala la liturgia de las instituciones m¨¢s rom¨¢nticas y populares, una relaci¨®n pasional con jugadores exquisitos y una popularidad sorprendente si se atiende a su palmar¨¦s. Nadie dir¨ªa que s¨®lo han ganado dos Copas de Europa cada uno, y en condiciones extremas, si se tiene en cuenta su extraordinario impacto mundial.
No siempre responden a las expectativas que generan y a menudo les ha podido el v¨¦rtigo, por no decir el miedo, de manera que el papel de favorito que asumieron los diablos rojos antes de la ida se ha rebajado desde que Cristiano Ronaldo fall¨® un penalti en el Camp Nou. El error arm¨® de fe al Bar?a, que adivin¨® tantas dudas en el rival que la vuelta se presenta especialmente abierta y fant¨¢stica, para utilizar palabras de Alex Ferguson. Los dos equipos llegan invictos a la cita y, al tiempo, v¨ªctimas de una din¨¢mica negativa.
El United suma tres partidos sin ganar, el Chelsea le igual¨® a puntos en la Liga y sus n¨²meros positivos son tan concluyentes como los negativos. A un lado est¨¢ una cuenta disuasoria: 11 victorias europeas consecutivas en casa, 14 encuentros invicto en el torneo y una ¨²ltima derrota en febrero de 2005 con el Milan. El problema est¨¢ precisamente en que cay¨® en siete de las nueve semifinales jugadas.
Cincuenta a?os despu¨¦s de la tragedia de los Busby babes en M¨²nich, Old Trafford suspira para que Cristiano Ronaldo se convierta en el heredero de George Best, Bobby Charlton y Denis Law, iconos de la entidad con Duncan Edwards, Bryan Robson, Roy Keane o Eric Cantona. Nombrado mejor jugador del a?o y autor de 38 goles en 44 partidos, el portugu¨¦s lidera un equipo joven y vitalista, de gran riqueza t¨¢ctica, siempre a gusto en el intercambio de golpes y preocupado ahora por la salud de Rooney y Vidic. Lesionado Ronaldinho, la bandera del Bar?a la lleva Messi.
En un equipo incapaz de marcar en los ¨²ltimos tres partidos y excesivamente fr¨¢gil, la verticalidad del argentino es la mejor alternativa al empacho de bal¨®n de los medios y la falta de ¨¦pica de defensas y delanteros. Necesita el Bar?a de jugadores que marquen la diferencia, de Messi, Eto'o y Henry, as¨ª como de Iniesta, que asegura la posesi¨®n y la circulaci¨®n. El plan de la ida sirve para la vuelta.
"Si no marcamos, se puede llegar a los penaltis", concluye el director deportivo, Txiki Begiristain; "hay que ser optimistas y jugar con inteligencia". El control emocional y la concentraci¨®n defensiva ser¨¢n tan necesarios como acelerar las transiciones en el ataque. El Bar?a sabe que sus goles valdr¨¢n m¨¢s en caso de empate, circunstancia que le remite a los duelos de los 90, cuando igual¨® a dos y a tres. Hoy no hay t¨¦rmino medio que valga. El Bar?a se juega la temporada a un partido, signo inequ¨ªvoco de su extrav¨ªo. La sepultura o la resurrecci¨®n en un partido extremadamente exigente y en un escenario ¨²nico, el teatro de los sue?os.
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