El cura m¨¢s expedientado
El p¨¢rroco Rodr¨ªguez Pati?o rompe t¨®picos desde su parroquia en Monfero
"Una parroquia es como una franquicia, pero hace tiempo que me dejaron por imposible", confiesa. Y no es extra?o, porque oy¨¦ndole hablar sin tapujos de aborto, celibato, homosexualidad en los seminarios religiosos y desfase moral entre la Iglesia y la sociedad actual, es f¨¢cil imaginar que la curia eclesi¨¢stica lo ha llamado a cap¨ªtulo en m¨¢s de una ocasi¨®n. "Ya no recuerdo cu¨¢ntos expedientes me abrieron", asegura. Desde su "destierro" en Val Xestoso, en el coraz¨®n del municipio coru?¨¦s de Monfero, Luis ?ngel Rodr¨ªguez Pati?o (A Coru?a, 1957), rompe t¨®picos sobre el papel de un cura rural, al cuestionar con mordacidad los preceptos de una jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica que "se aleja de los hombres".
"Ahora tengo incluso a los caciques del pueblo a mi lado", presume
Su estudio sobre la homosexualidad en los seminarios levant¨® ampollas
"Mientras la sociedad viaja en AVE, la Iglesia todav¨ªa va en expreso", afirma. "Se rigen por normas del siglo IV. No son normas de derecho divino", agrega. Tiene a su cargo cinco parroquias de dos di¨®cesis distintas, repartidas en cuatro ayuntamientos y dos provincias. Le corresponden siete misas en menos tres horas cada domingo y m¨¢s de 70 kil¨®metros de enrevesadas carreteras. "El sueldo
no me llega ni para la gasolina", asegura este religioso matriculado en Trabajo Social, su s¨¦ptima carrera, tras Filosof¨ªa y Teolog¨ªa, Derecho y Derecho Can¨®nico, Criminolog¨ªa, Ciencias Pol¨ªticas y tres a?os de Medicina.
Quiso opositar a juez, pero un magistrado del Opus Dei se cruz¨® en su camino "otra vez" y su trabajo sobre la homosexualidad en los seminarios diocesanos levant¨® ampollas. En sus 25 a?os de p¨¢rroco en Xestoso "con vocaci¨®n de misionero", Pati?o se ha convertido en el dinamizador social de una aldea despoblada y envejecida, donde se sobrepuso a la desconfianza inicial hacia el nuevo cura "con el pelo largo y pinta de revolucionario cubano". "Ahora tengo incluso a los caciques del pueblo de mi lado", presume.
Al poco de ordenarse di¨¢cono, en 1981, el obispo lo envi¨® a Cedeira. "Las malas lenguas me casaron y me abortaron no s¨¦ cu¨¢ntas veces. Me tuve que ir", dice con cierta amargura. As¨ª fue como acab¨® en Xestoso, un peque?o n¨²cleo casi aislado donde su trabajo silencioso comenz¨® a dar frutos "creando lazos entre la gente". En 2000 fund¨® y legaliz¨® el primer Consejo de Ancianos de Espa?a, impuls¨® la Plataforma Pro Monfero y potenci¨® la cooperativa local para hacer del grelo aut¨®ctono la bandera comercial del municipio. Cada Semana Santa organiza una gran tractorada y en Carnaval abri¨® las puertas de la iglesia a los feligreses para oficiar la misa. Ahora intenta crear la primera universidad del rural.
Medi¨¢tico como pocos, este p¨¢rroco acapar¨® titulares cuando en un control de alcoholemia pidi¨® a la Benem¨¦rita que enviaran la factura al Obispado por todos los vinos consagrados que tomaba cada domingo de misa en misa. "No llegu¨¦ a soplar", matiza, "pero me sirvi¨® para llamar la atenci¨®n sobre el estado de las carreteras de la zona". Orquest¨® una caravana de solteros a Cuba aprovechando la promoci¨®n de una multinacional de refrescos, aunque se quedaron en tierra. "Nos ganaron los universitarios", recuerda. De la experiencia le queda la colaboraci¨®n de Coca-Cola, que cede bebidas para los encuentros gastron¨®micos que organiza para los feligreses. Confiesa que hace tiempo le pic¨® el gusanillo de la pol¨ªtica, pero desisti¨® porque prefiri¨® "ser el cura de todos". "Tengo dos alcaldes del PP y otros dos del PSOE. A todos les pido cosas. Antes el BNG me dec¨ªa que pidiera, ahora me dicen que no paro de pedir, as¨ª que no me caso con ninguno", sentencia.
Hijo de familia numerosa y defensor del celibato opcional, confiesa que no haber formado su propia familia es una de sus mayores frustraciones. "No tener un hijo es como romper la cadena humana. Nos prefieren solteros, as¨ª somos m¨¢s manejables y han perdido gente muy valiosa por esto. Pero es como una empresa privada. Hay unas normas, si no las acatas, te vas". Le suena el m¨®vil. "Me llama el Se?or", se despide
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