Cuba y M¨¦xico, historia de una hermandad
Tres ciudades, que son puertos, guardan no pocas semejanzas y por muchos a?os han estado vinculadas. Ellas son C¨¢diz, puerto de salida; La Habana, lugar de enlace, y Veracruz, puerto de llegada. Cuantos viajaban de Espa?a a M¨¦xico ten¨ªan que pasar por La Habana. En ocasiones algunos miembros de una familia se quedaban en Cuba. Lazos de parentesco y tambi¨¦n de cultura se afianzaron as¨ª entre los habitantes de la isla y de M¨¦xico. De muchas formas M¨¦xico y Cuba han compartido una misma historia, ello desde que Hern¨¢n Cort¨¦s sali¨® de Cuba para consumar la Conquista. Acercamiento muy distinto fue el de fray Bartolom¨¦ de Las Casas, que hab¨ªa sido encomendero en Cuba y luego emprendi¨® en M¨¦xico y en Espa?a la defensa de los indios.
Con Guant¨¢namo y el bloqueo contra la isla, EE UU no puede dar lecciones a nadie
El situado, la suma de dinero que el virreinato de la Nueva Espa?a enviaba y situaba cada a?o en Cuba y otras posesiones espa?olas contribuy¨® grandemente durante siglos al fortalecimiento de la econom¨ªa isle?a. Cuba, por su parte, dio a M¨¦xico gobernantes que contribuyeron a su prosperidad. Uno fue Juan Francisco G¨¹emes y Horcasitas que, tras ser gobernador en Cuba, pas¨® a M¨¦xico como virrey a mediados del siglo XVIII. Otro fue un hijo suyo, nacido y criado en La Habana, que lleg¨® a conocerse como Conde de Revillagigedo y tambi¨¦n fue virrey en la Nueva Espa?a. Destac¨® ¨¦l como gobernante probo y acertado promotor en obras p¨²blicas.
En la siguiente centuria Cuba y M¨¦xico iniciaron sus respectivas luchas para alcanzar la independencia. En ambos casos los independentistas estuvieron en contacto. Si bien para los cubanos el triunfo estuvo lejano, no por ello se debilitaron las relaciones con M¨¦xico. Muchos distinguidos cubanos vivieron en el M¨¦xico independiente. Uno fue secretario y yerno del presidente ind¨ªgena Benito Ju¨¢rez. Tambi¨¦n Jos¨¦ Mart¨ª estuvo en M¨¦xico donde encontr¨® apoyos para su causa. Conociendo y amando a M¨¦xico, Mart¨ª poco antes de morir escribi¨® una certera advertencia: "Oh M¨¦xico querido, M¨¦xico adorado, ve los peligros que te cercan. Oye el clamor de un hijo tuyo que no naci¨® de ti. Por el norte un vecino avieso ya cuaja, pero t¨² ordenar¨¢s, t¨² entender¨¢s y t¨² guiar¨¢s".
Ese vecino avieso del norte intervino a su manera para separar a Cuba de Espa?a y lo logr¨® apropi¨¢ndose de la isla y de otras posesiones ultramarinas espa?olas en 1898, medio siglo despu¨¦s de arrebatarle a M¨¦xico la mitad de su territorio.
Cuba inici¨® entonces un largo periodo de sujeci¨®n al avieso vecino. Tan s¨®lo, a mediados del siglo XX, con Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y otros exiliados cubanos en M¨¦xico, pudo planearse en este pa¨ªs la expedici¨®n que culmin¨® con la victoria sobre el corrupto r¨¦gimen que imperaba en la isla. La partida del Granma, con 82 esforzados, entre ellos el mexicano Guill¨¦n Celaya, ocurri¨® desde el puerto de Tuxpan, Veracruz, el 25 de noviembre de 1956.
Consumada la victoria de la revoluci¨®n cubana, las relaciones con M¨¦xico se desarrollaron, como ninguna otra, de manera ejemplar. Al declarar Cuba el car¨¢cter socialista de su revoluci¨®n, la actitud ya hostil de Estados Unidos en su contra se manifest¨® abiertamente al promover en la Conferencia de los Estados Americanos en Punta del Este, Uruguay, su expulsi¨®n de dicho organismo internacional. M¨¦xico fue el ¨²nico pa¨ªs que, oponi¨¦ndose a ello, sigui¨® manteniendo relaciones con el gobierno y el pueblo cubanos.
Y no s¨®lo esto sino que M¨¦xico hizo defensa de la soberan¨ªa y libre determinaci¨®n de los cubanos en todos los foros del mundo. En abril de 1961, frente a los intentos de Estados Unidos de promover una invasi¨®n de la isla, L¨¢zaro C¨¢rdenas se ofreci¨® a acudir en su defensa en una gran concentraci¨®n popular en la plaza principal de la capital del pa¨ªs. Estados Unidos inici¨®, y mantiene desde hace mucho, un bloqueo econ¨®mico y pol¨ªtico en contra de Cuba en flagrante violaci¨®n del derecho internacional. Contraproducente para los estadounidenses ha sido tal medida pues ha fortalecido la cohesi¨®n interna del pueblo cubano y el apoyo a su r¨¦gimen.
El vecino avieso del norte ejerce adem¨¢s su imperial voluntad de incluir en la lista negra de los violadores de los derechos humanos a Cuba. S¨®lo que en esa lista deber¨ªa incluirse a s¨ª mismo. Bastar¨ªa con recordar que en la misma Cuba mantiene la prisi¨®n de Guant¨¢namo, enclave execrable donde se violan los derechos humanos y s¨ªmbolo macabro de la supuesta justificaci¨®n de sus acciones con la idea de un eje del mal inventado por ellos. Y la lista negra de las acciones del avieso del norte incluye adem¨¢s muchas intervenciones en el pasado y tambi¨¦n las actuales agresiones, con miles de v¨ªctimas, en Irak y Afganist¨¢n, al lado de sus amenazas en contra de Ir¨¢n, Corea del Norte y otros pa¨ªses.
Frente a todo esto y ante la apertura del Gobierno de Ra¨²l Castro, ?cu¨¢l es la postura de la Uni¨®n Europea? Interesante es citar aqu¨ª lo manifestado por el titular de la Comisi¨®n Europea de Desarrollo, St¨¦fano Manservisi. ?ste ha declarado "estar m¨¢s convencido que nunca de que la actual situaci¨®n de inmovilismo en la Uni¨®n Europea en este contexto
[el del bloqueo de Estados Unidos en contra de Cuba] es un gran error". M¨¦xico, comprometi¨¦ndose con los cubanos con quienes por siglos ha vivido hermanado, debe sumarse a esa actitud.
Miguel Le¨®n-Portilla es antrop¨®logo e historiador mexicano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.