Los viejos sindicalistas no olvidan
Ya se sabe, all¨ª donde haya burgueses habr¨¢ tambi¨¦n obreros, porque ¨¦sta s¨ª es una pareja indisoluble. En el marco del 50? aniversario de la creaci¨®n de ESADE, la escuela para la formaci¨®n de empresarios y ejecutivos, ha podido apreciarse una interesante visi¨®n de esta relaci¨®n de pareja: los dirigentes del movimiento sindical clandestino de la empresa Seat en las d¨¦cadas de 1960 y 1970 rindieron p¨²blico homenaje a la acogida, protecci¨®n e incluso formaci¨®n que recibieron durante la dictadura franquista en la instituci¨®n docente de sus adversarios de clase, como dijo uno de los propios sindicalistas.
La cosa tiene su miga. ESADE surgi¨® hace medio siglo, en plena dictadura franquista, como encargo de un grupo de empresarios barceloneses a la Compa?¨ªa de Jes¨²s para disponer de una escuela de alto nivel donde formar a sus reto?os y a sus cuadros dirigentes. Pero result¨® que pocos a?os despu¨¦s, al mismo tiempo que escuela de futuros dirigentes empresariales, ESADE era tambi¨¦n refugio para la vanguardia del activismo sindical de aquella izquierda.
El nido de los sindicalistas en ESADE fue el Instituto de Estudios Laborales (IEL), creado en 1967 por el jesuita Juan N. Garc¨ªa-Nieto y el soci¨®logo Alfonso Carlos Com¨ªn. En la declaraci¨®n de principios que anima a ESADE desde su nacimiento figura que su misi¨®n es formar directivos empresariales para que sean "profesionales competentes y personas responsables socialmente". Lo record¨® el director de ESADE, Carlos Losada, en el emotivo acto al que acudieron varias decenas de los sindicalistas de Seat que, encabezados por Carlos Vallejo y Silvestre Gilaberte, han querido dejar constancia de su agradecimiento por la ayuda recibida cuando eran ferozmente perseguidos por la dictadura. No era un juego de ni?os. Hubo c¨¢rcel, tortura, exilio y alg¨²n trabajador de Seat muerto a tiros por la polic¨ªa, recordaron.
Eran los tiempos del sindicalismo vertical controlado por la burocracia falangista, que en la d¨¦cada de 1960 comenzaba a ser desbordado por la izquierda clandestina, en particular la comunista en sus varias escisiones. Y Garc¨ªa-Nieto y Com¨ªn, que fueron tambi¨¦n animadores principales de la plataforma Cristianos por el Socialismo y de la Organizaci¨®n Comunista de Espa?a-Bandera Roja, consideraban que por "responsabilidad social" deb¨ªa entenderse en aquel momento la interlocuci¨®n con el sindicalismo no domesticado por el franquismo. Apoyaron las entonces nacientes Comisiones Obreras, que pronto ser¨ªan el principal sindicato del pa¨ªs, y el di¨¢logo de ¨¦stas con algunos de los m¨¢s destacados empresarios catalanes del momento, como Pere Duran Farell, por ejemplo.
El agradecimiento de los sindicalistas se materializ¨® en forma de un diploma y un adoqu¨ªn de la factor¨ªa Seat de la Zona Franca que Vallejo y Gilaberte entregaron al actual director del IEL, Carlos Obeso, en presencia de la consejera de Trabajo, Mar Serna, y del secretario de Relaciones Institucionales del Gobierno catal¨¢n, Josep Vendrell. "La d¨¦cada de 1960 fue un tiempo de claroscuros, y el IEL fue uno de los claros", dijo Serna, adem¨¢s de felicitar a ESADE por mantenerlo y por seguir impulsando la responsabilidad social de la empresa. Vendrell record¨® tambi¨¦n que lo que ahora parecen gestos no muy relevantes, como prestar locales para reuniones a unos sindicalistas, era delito durante la dictadura. Y que los derechos de que ahora disfruta el pa¨ªs, entre ellos los sindicales, "no fueron regalo de nadie", sino "una contribuci¨®n esencial de los que sin embargo son los peatones de la historia, los trabajadores".
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