Albert Hofmann, el qu¨ªmico que descubri¨® el LSD
Defend¨ªa el uso de la droga para fines terap¨¦uticos
El anciano cient¨ªfico recibi¨® al cronista diciendo con gesto perplejo: "No entiendo muy bien cual es el inter¨¦s de hacerme una entrevista". Era el 10 de enero de 2006. Un d¨ªa m¨¢s tarde, la ciudad suiza de Basilea iba a celebrar con honores casi de Estado los cien a?os de vida de uno de sus habitantes m¨¢s ilustres: Albert Hofmann, m¨¢s conocido como "el padre del LSD".
A pesar de su humor¨ªstica queja sobre "el constante acoso de periodistas de todo el mundo", accedi¨® finalmente a hablar aquel d¨ªa con EL PA?S en su casa de Leimental, en las elegantes afueras de la ciudad a orillas del Rin. Hofmann muri¨® el pasado martes 29 de abril en su casa de un ataque cardiaco.
Nacido en Baden el 11 de enero de 1906, Albert Hofmann creci¨® en una familia modesta aunque vivi¨® "una infancia id¨ªlica". Su padre era obrero en una f¨¢brica local, pero eso no impidi¨® al joven Albert realizar estudios de Qu¨ªmica en la Universidad de Z¨¹rich. Estudios que le permitir¨ªan ingresar en 1929 en la hoy desaparecida firma Sandoz, antecesora del actual coloso farmac¨¦utico Novartis. Fue en esos laboratorios donde comenz¨® en 1938 sus investigaciones sobre estimulantes circulatorios. En sus ensayos encontr¨® un derivado del hongo del cornezuelo del centeno y logr¨® sintetizar su principio activo. Sus jefes no le encontraron utilidad pr¨¢ctica alguna y se olvidaron de la sustancia.
Pero el 19 de abril de 1943 pasar¨ªa a la historia de la contracultura como "el d¨ªa de la bicicleta". Fue entonces cuando por accidente, como ocurre tan a menudo en los descubrimientos cient¨ªficos, Hofmann absorbi¨® unas gotas a trav¨¦s de la piel, seg¨²n explic¨® a este diario, aunque otras versiones difieren y afirman que la sustancia fue intencionalmente ingerida.
"Sent¨ª angustia, v¨¦rtigo y visiones sobrenaturales, al mismo tiempo que un profundo sentimiento de paz y libertad", recordar¨ªa d¨¦cadas m¨¢s tarde. Todo ello montado en su bicicleta de vuelta a casa, de all¨ª el nombre con el que se conoce esa jornada. Nac¨ªa as¨ª la dietilamida del ¨¢cido lis¨¦rgico, o LSD.
Su descubrimiento marcar¨ªa de forma indeleble todos los movimientos culturales y sociales que surgieron en la d¨¦cada de los sesenta, y ser¨ªa parte esencial en la obra de m¨²sicos, escritores y poetas como Timothy Leary, Allen Ginsberg o Aldous Huxley. Pero Hofmann expres¨® una cierta distancia respecto a usos populares de la droga. "Es una droga que tiene algo de sagrado. En el pasado fue usada por chamanes y sacerdotes", explic¨®, "pero si se la convierte en una droga de moda, se la descontextualiza". Y con la moda, lleg¨® la ilegalizaci¨®n de la sustancia en 1968. Seg¨²n su descubridor, por motivos pol¨ªticos. "Fue la sustancia de culto entre los hippies y los movimientos anti-guerra de Vietnam. O sea, que molestaba al poder establecido", coment¨®.
Hofmann defendi¨® siempre el uso de su descubrimiento con fines terap¨¦uticos. En su opini¨®n, "los psiquiatras son nuestros nuevos chamanes, y deber¨ªan tener el derecho de usar LSD. Mi mayor deseo es que la ciencia pueda volver a experimentar con el LSD". En los d¨ªas posteriores al encuentro con EL PA?S, cient¨ªficos de todo el mundo se reunieron en Basilea para obtener la legalizaci¨®n de las investigaciones y de su uso terap¨¦utico. El congreso se llam¨® "100 a?os de LSD", en clara alusi¨®n al aniversario de Hofmann.
Al final de la charla, la ¨²ltima pregunta fue: ?C¨®mo desea ser recordado? A lo que el cient¨ªfico respondi¨®: "Como un abuelo que ama jugar con sus cuatro bisnietos en los jardines y los bosques".
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