Un coto semicerrado
CSKA, Maccabi y Panathinaikos se reparten cinco de los seis ¨²ltimos t¨ªtulos
![Robert ?lvarez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fff38f270-e1f5-420b-b28d-2104701943fb.jpg?auth=303544fb943223675b58ca08dcbe961263d0862eee8a1aada708dced91da811b&width=100&height=100&smart=true)
Hacerse un hueco en la ¨¦lite del baloncesto europeo es una tarea cicl¨®pea. Los filtros del Top 16 y el playoff de cuartos de final apenas dejan resquicio para la sorpresa. La competencia cada vez es mayor. Este a?o qued¨® atrapado en el ¨²ltimo corte nada menos que el campe¨®n vigente, el potent¨ªsimo Panathinaikos de Obradovic, y en el pen¨²ltimo escal¨®n tropez¨® de mala manera el Real Madrid, con la particularidad, adem¨¢s, de que pod¨ªa optar al t¨ªtulo en casa. Lo dicho, no es f¨¢cil. Y precisamente el Madrid es un buen ejemplo de ello. Desde 1996 no logra billete para el ¨²ltimo baile. Y, mucha atenci¨®n, porque algunos de los grandes equipos europeos pueden tener problemas incluso para disputarse la pr¨®xima edici¨®n de la Euroliga, caso del Barcelona, que habida cuenta de que el Madrid, el Unicaja, el Tau y el DKV Joventut ya tienen una plaza segura, puede quedarse fuera del cupo espa?ol. Todo apunta a que tendr¨¢ que ganar la ACB para estar el a?o pr¨®ximo en la Euroliga.
La cuesti¨®n es que la calidad de los equipos que se plantan en la Final Four est¨¢n fuera de toda discusi¨®n. Tres clubes, por presupuesto y plantilla, conforman la punta de lanza y, desde 2000, se reparten el t¨ªtulo: Panathinaikos, CSKA de Mosc¨² y Maccabi. S¨®lo el potent¨ªsimo Bar?a de Pesic, Bodiroga, Jasikevicius, Fucka y Navarro logr¨® romper la hegemon¨ªa del triunvirato en 2003.
El Tau maniobra en la antesala del t¨ªtulo. Acceder por cuarto a?o consecutivo a la Final Four tiene un m¨¦rito extraordinario. Demuestra la solidez de su proyecto, por encima incluso de nombres, sea de t¨¦cnicos (Ivanovic, Perasovic, Maljkovic) o jugadores (Scola, Macijauskas, Calder¨®n, David). Para empezar, le aguarda un CSKA que tratar¨¢ de exprimir las ¨²ltimas gotas al magno proyecto que emprendi¨® hace seis a?os cuando contrat¨® a Dusan Ivkovic como entrenador y que renov¨® en 2005 cuando lo reemplaz¨® Ettore Messina. Papaloukas, Smodis, Siskaukas, Holden, Langdon, Andersen... El CSKA posee un arsenal que asusta. Pero el Tau, impecable en la Euroliga y discreto en la ACB, ya demostr¨® en 2005 y en Mosc¨² de lo que es capaz. Entonces arruin¨® la ilusi¨®n del CSKA. Ahora, se trata de repetir la gesta en Madrid.
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