El Atl¨¦tico se agarra a otro 'Ni?o'

Nacho Camacho se llama el chico, tiene 17 a?os, debut¨® con el primer equipo ante el mism¨ªsimo Bar?a, con nota adem¨¢s, y ayer se hizo mayor de edad como futbolista. ?l, Camacho, el mediocentro en el que Aguirre no se atrev¨ªa a confiar, por la calidad de Cl¨¦ber, quiz¨¢, fue junto a Ag¨¹ero la ¨²nica luz de un equipo que logr¨® un triunfo tan gris como incontestable. El Atl¨¦tico sali¨® ileso de un espanto de partido, en el que el Recreativo demostr¨® una inocencia may¨²scula. Logr¨® el equipo de Aguirre, am¨¦n de vivir una tarde tranquila (algo ins¨®lito en el Calder¨®n), darle lustre a su cuarto puesto, ¨¦se que le va a llevar a la Liga de Campeones por m¨¦ritos (antiguos) suyos y dem¨¦ritos (muchos) ajenos.

El partido, muy flojo, sirvi¨® para que el Atl¨¦tico se asentara en el cuarto puesto...

... Y para dar por fin los galones a un chico preparado para dirigir a este equipo

Que conste que el Atl¨¦tico logr¨® abrir la lata gracias a Sorrentino, que se comi¨® el c¨®rner remitido por Pern¨ªa desde la izquierda. Se lo comi¨® todo: el bal¨®n, el cabezazo y el gol de Camacho. Se encontr¨® el Atl¨¦tico con el tanto del chico y se ech¨® a dormir, lo que bien pudieron hacer algunos de sus seguidores, que era a lo que invitaba el partido, de no ser porque a la grada del Calder¨®n le da p¨¢nico que un bal¨®n, aunque sea de playa, sobrevuele el ¨¢rea de su equipo. Lo que no deja de ser l¨®gico dada la hoja de servicios que presenta esta defensa. Ayer, sin embargo, el p¨²blico apenas sufri¨® un par de sobresaltos, dado que el Recre no lanz¨® a puerta hasta el minuto 90. De ah¨ª que Pablo y Perea vivieran la tarde m¨¢s pl¨¢cida que recuerdan. El caso es que el Atl¨¦tico se encontr¨® con el certero cabezazo de Camacho y pleg¨® velas. Hizo lo que acostumbra, comenzar a tontear. Que invente el Kun, debieron pensar sus compa?eros. Lleg¨® el equipo incluso a recular, algo absurdo porque el Recre jam¨¢s le empuj¨® a ello. E invent¨® el Kun, claro, que el chico y su imaginaci¨®n son incansables.

Y as¨ª transcurrieron los minutos de un choque de aspecto decadente. Hasta que Maxi tuvo una de esas singulares apariciones que le han llevado donde est¨¢. Progres¨® por la banda derecha, pero el bal¨®n se le fue largo. A¨²n as¨ª, persever¨®, algo habitual en ¨¦l, y por eso lleg¨® a tiempo al error de Poli, que se pas¨® de frenada antes de resbalar. Maxi se llev¨® la pelota por la l¨ªnea de fondo y la mand¨® abajo, a la llegada de Ag¨¹ero, que fusil¨® desde la raya de gol. El Atl¨¦tico, acunado en sus dos dianas de ventaja, vivi¨® entonces sus mejores momentos (sin exagerar), a lo que le ayud¨® que Camacho tomara el mando definitivamente. Un par de pases de 30 metros del chaval provocaron el jolgorio en la grada. Pero lo mejor estaba por llegar. Pern¨ªa envi¨® una falta al coraz¨®n del ¨¢rea que la defensa rechaz¨®. Luis Garc¨ªa remat¨® a botepronto, la pelota sali¨® envenenada y Camacho, en el punto de penalti, la envenen¨® a¨²n m¨¢s, disparando de primeras, a la media vuelta, abajo, espectacular. El Atl¨¦tico cerr¨® as¨ª un partido vital, que le asienta en ese cuarto puesto del que parec¨ªa empe?ado en huir. Y que le debe servir, adem¨¢s, para dar por fin los galones a un chico de 17 a?os preparado, con permiso de Aguirre, para dirigir a un equipo que, con o sin f¨²tbol, jugar¨¢ la Champions.