Cumplea?os nacional
No deja de ser un privilegio el que los espa?oles, a diferencia de nuestros vecinos, hayamos llegado a establecer la fecha de nacimiento de nuestra naci¨®n. Por el momento no se sabe si este hallazgo fenomenal es resultado del milagro econ¨®mico, justo ahora que empezaba a conocerse que tambi¨¦n tuvo algo de magia negra, o de esa imperecedera man¨ªa de los nuevos ricos que, en cuanto se ven con capital, quieren adem¨¢s engalanarse con blasones. Pero los datos son los datos y, seg¨²n se ha venido a saber con certeza cient¨ªfica, la Historia se debi¨® poner de parto en la madrugada del 1 al 2 de mayo de 1808 y, a eso de las nueve, justo cuando una comadre grit¨® "?que nos lo llevan!" al paso de dos carrozas que sal¨ªan del Palacio Real, rompi¨® aguas por la parte de la plaza de Oriente. La naci¨®n espa?ola vio entonces la luz como suelen verla las naciones, en medio de cargas de fusileros y mamelucos debidamente respondidas por h¨¦roes y hero¨ªnas populares. La criatura naci¨® sana, aunque, a falta de otras investigaciones, se ignora el peso y la medida.
Como todo avance tiene su reverso, el hallazgo de la partida de nacimiento de la naci¨®n espa?ola permite celebrar su cumplea?os, pero crea una extraordinaria confusi¨®n. Pero c¨®mo, se han dicho algunos espa?oles, quiz¨¢ los m¨¢s patriotas. Si nuestra naci¨®n hasta ahora milenaria vino al mundo el 2 de mayo de 1808, ?qu¨¦ hacer con Ind¨ªbil y Mandonio, qu¨¦ hacer con S¨¦neca, con Isabel y Fernando, con Felipe II, con Hern¨¢n Cort¨¦s, con tantas y tantas glorias nacionales que se ten¨ªan por espa?olas y que, de pronto, aparecen como personajes anacr¨®nicos, que se precipitaron a comparecer en el teatro de la Historia antes de que la naci¨®n espa?ola hubiera nacido?
Coincidiendo con el 200 cumplea?os de nuestra criatura colectiva, las m¨¢s altas magistraturas del Estado fueron convocadas en M¨®stoles bajo un lema tomado de los viejos concursos de redacciones escolares: "?Qu¨¦ es para su excelencia nuestra naci¨®n?". El pueblo lo celebraba en la calle vestido con trajes goyescos. M¨¢s que una evocaci¨®n del pasado, parec¨ªa una regresi¨®n colectiva a la infancia. Pero es lo que tienen los cumplea?os, que nos hacen a todos un poco m¨¢s ni?os.
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