Obama y Clinton buscan hoy el golpe de gracia de la campa?a
Una doble victoria en Indiana y Carolina del Norte podr¨ªa ser decisiva
Apurando sus ¨²ltimas fuerzas y sus ¨²ltimos argumentos, Barack Obama y Hillary Clinton vuelven a competir hoy en otra dram¨¢tica jornada de elecciones primarias en la que, por distintas razones, ambos necesitan imperativamente la victoria. Obama, que llega a esta cita con las encuestas en contra, tiene que ganar para superar la crisis de credibilidad provocada por el caso del reverendo Jeremiah Wright. Clinton, para empujar un poco los n¨²meros a su favor y presentarse como el candidato m¨¢s en forma.
Los candidatos dem¨®cratas apuran sus ¨²ltimas fuerzas y argumentos
La buena noticia en v¨ªsperas de las elecciones en Carolina del Norte e Indiana es que, despu¨¦s de esto, s¨®lo quedan seis Estados por votar en todo el pa¨ªs. La mala noticia es que, probablemente, habr¨¢ que esperar a que todos ellos lo hagan antes de anunciar un ganador, e incluso para entonces est¨¢ por ver si eso es posible.
Una victoria de Obama o de Clinton en los dos Estados tendr¨ªa, no obstante, importantes consecuencias. En el caso de una victoria de Obama supondr¨ªa, pr¨¢cticamente, la confirmaci¨®n de su triunfo final en cuanto al n¨²mero de delegados (los que eligen finalmente al candidato en la convenci¨®n del partido en agosto) y ser¨ªa el argumento definitivo para que los pesos pesados dem¨®cratas empujaran a Clinton a dejar la carrera. Por su parte, una victoria de Clinton, aunque no tuviera gran impacto en el recuento de delegados, dejar¨ªa a Obama extraordinariamente debilitado y cuestionado por su propio partido.
Pero esa posibilidad, la de una doble victoria de alguno, es la menos probable. Lo que las encuestas est¨¢n anticipando es un triunfo de Obama en Carolina del Norte y de Clinton en Indiana. Con lo cual, la situaci¨®n ma?ana no ser¨ªa muy distinta de la de hoy. Con una diferencia, Clinton habr¨ªa perdido otras dos opciones para acercarse a Obama y, por tanto, sus aspiraciones de ser la candidata dem¨®crata a la presidencia de EE UU habr¨ªan disminuido.
Como es natural, todos estos c¨¢lculos y predicciones han conseguido ya agotar la resistencia de los asesores, analistas y periodistas que llevan ya en esto m¨¢s de seis meses. No de los votantes. Como en cada jornada los electores son distintos, cada Estado est¨¢ viviendo esta campa?a con excitaci¨®n renovada. En Indiana, como en Carolina del Norte, se han batido r¨¦cord de personas registradas para votar.
Los candidatos intentan responder a ese inter¨¦s con una energ¨ªa que nadie sabe de d¨®nde pueden sacar. Obama particip¨® ayer en media docena de actos en Indiana y ten¨ªa previsto concluir alrededor de la medianoche aqu¨ª, en Indian¨¢polis. Hillary Clinton hizo una gira de semejante magnitud en otra regi¨®n del Estado m¨¢s rural y conservadora, donde est¨¢ su principal caudal de votos. Obama habl¨® en una escuela, en una obra, en una gasolinera... Clinton estuvo en una plaza, en otra escuela, en un polideportivo... Participaron en grandes m¨ªtines, en peque?as reuniones, visitaron caf¨¦s, tiendas, casas particulares... Y por si alguien se lo pierde, ambas campa?as emiten constantemente anuncios en radio y televisi¨®n.
Los medios de comunicaci¨®n ya no tienen espacio ni presupuesto para cubrir todo esto. Los periodistas, que son los que m¨¢s se relamieron al principio de la campa?a por el dulce espect¨¢culo que se avecinaba, son los que m¨¢s agotados est¨¢n y los que m¨¢s ganas tienen de que termine.
Pero eso no parece f¨¢cil ni inmediato. Obama pod¨ªa empezar a sonre¨ªr ayer con una encuesta de The New York Times-CBS en el que un 60% de los electores aprueban la forma en que ha manejado la crisis provocada por las declaraciones radicales de Wright, su antiguo pastor. Pero, tambi¨¦n ayer, otra encuesta de USA Today-Gallup confirmaba que ese asunto ha da?ado considerablemente a Obama, que est¨¢ ahora por detr¨¢s de Clinton en intenci¨®n de voto en siete puntos despu¨¦s de haber estado por delante durante dos meses.
?ste es el principal argumento de Clinton y, seguramente, su raz¨®n ¨²ltima para seguir en esta carrera: permanecer al acecho por si el caso Wright u otra situaci¨®n similar debilita la candidatura de Obama hasta el punto de que el Partido Dem¨®crata necesite mirar al banquillo.
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