"En mi rodaje, 'marines' e iraqu¨ªes acabaron amigos"
Una botella de Chablis, una docena de ostras y un par de lubinas frescas a la sal en un restaurante del bohemio barrio londinense de Covent Garden no ofrecen necesariamente el contexto m¨¢s apropiado para moralizar sobre las masacres de la guerra de Irak. Pero para Nick Broomfield, de 60 a?os, el documentalista de cine m¨¢s osado y original del Reino Unido, esto es normal: su vida oscila permanentemente entre extremos.
El cineasta que retrat¨® a Thatcher o Cobain narra la matanza de civiles en Irak
Se sumerge en su trabajo, filmando con impertinente proximidad a personajes tan variados como Kurt Cobain, Margaret Thatcher, el rapero Tupac Shakur, y Aileen Wuornos, una asesina en serie americana que entrevist¨® el d¨ªa antes de su ejecuci¨®n en la silla el¨¦ctrica, y despu¨¦s va y edita su trabajo en su mansi¨®n, al lado de un r¨ªo, en el buc¨®lico condado ingl¨¦s de Sussex.
Su ¨²ltima pel¨ªcula, La batalla de Hadiza, gan¨® el premio al mejor director en el ¨²ltimo festival de cine de San Sebasti¨¢n. No es en este caso un documental sino una ficcionalizaci¨®n, narrada con el fr¨ªo candor de un reality show, de lo que pas¨® en la ciudad iraqu¨ª de Hadiza en noviembre de 2005 cuando un pelot¨®n de marines masacr¨® a 24 civiles como represalia por la muerte de uno de los suyos. Broomfield rod¨® la pel¨ªcula en Jordania y utiliz¨® como actores a ex marines y refugiados iraqu¨ªes.
"Los marines estaban cagados de miedo al principio, y con cierta raz¨®n", recuerda Broomfield, un individuo con el equilibrado encanto de alguien que lo ha visto todo y ha decidido que, en vez de amargarse, se va a tomar la vida con optimismo y serenidad. "Hubo un choque violento cuando uno de los iraqu¨ªes enloqueci¨® al enterarse de que entre los marines hab¨ªa cuatro que hab¨ªan combatido en Faluya, donde hab¨ªan matado a su hermano". Entendi¨® Broom-field que para los iraqu¨ªes los marines eran unos asesinos monstruosos y para los marines los iraqu¨ªes eran "sucios y traicioneros".
Tras tres semanas de tensa convivencia, uno de los asistentes de Broomfield sac¨® un bal¨®n de f¨²tbol. "Ese d¨ªa se rompi¨® el hielo. Jugaron todos juntos, empezaron a hacerse bromas, a verse mutuamente como seres humanos". Broomfield volvi¨® a Jordania meses despu¨¦s a mostrar la versi¨®n final de la pel¨ªcula a su elenco iraqu¨ª. "Me qued¨¦ at¨®nito ante la calidez que expresaron por los marines. Me preguntaron por cada uno de ellos: que c¨®mo estaban; que si los de Faluya se hab¨ªan recuperado del trauma que les hab¨ªa supuesto la experiencia iraqu¨ª".
Las conclusiones que saca Broomfield, cuya pel¨ªcula ha sido calificada por el Financial Times como "la mejor que se har¨¢ sobre la ocupaci¨®n de Irak", son dos. "Que en una situaci¨®n de guerra es imposible avanzar en las relaciones humanas. Y que en una guerra, en cualquier guerra, es inevitable que se produzcan atrocidades contra civiles. Sabiendo esto, los arquitectos de la guerra de Irak -Bush, Rumsfeld, Cheney, Blair y compa?¨ªa- deber¨ªan ser procesados por cr¨ªmenes de guerra, del mismo modo que lo est¨¢n siendo hoy, ante un tribunal militar estadounidense, marines de 17 a?os acusados de participar en las matanzas de Hadiza. Me parece grotesco que un presidente que ha legitimado la tortura evada la justicia y pase pl¨¢cidamente al retiro, mientras que los chicos soldados bajo su mando acaben en la c¨¢rcel tachados de asesinos".
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