El Consejo de las Artes, por los pelos

El militante aplauso final de los numerosos miembros de la Plataforma por un Consejo de las Cultura y las Artes que ayer asistieron al pleno del Parlament son¨® un tanto forzado. Aplaud¨ªan porque se acababa de aprobar la Ley del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes, el organismo cuya finalidad es asegurar la independencia del apoyo a la creaci¨®n cultural respecto a los gobiernos de turno y que se ve¨ªa como un primer paso, t¨ªmido pero hist¨®rico, en la democratizaci¨®n de la cultura. Pero la alegr¨ªa no era completa porque no se hab¨ªa conseguido el consenso tan deseado y la ley hab¨ªa pasado s¨®lo con los votos (68) de los partidos que integran el tripartito catal¨¢n. CiU, el PP y Ciutadans sumaron 64 votos en contra. Despu¨¦s de casi cinco a?os de negociaci¨®n con el sector y de meses de trabajo de todos los grupos en la ponencia del Parlament (de 100 enmiendas presentadas se aceptaron 70), el resultado casi huele a fracaso. Sobre todo pol¨ªtico y de los pol¨ªticos.

El problema ser¨¢ encontrar a los 11 miembros, por las incompatibilidades

Una ley que estaba pensada para despolitizar la cultura se ha enrocado en el mismo problema que pretend¨ªa combatir. "El problema de las cuotas de los partidos hab¨ªa sido el problema, velado, que ten¨ªamos desde el principio", comentaba ayer despu¨¦s del pleno Caterina Mieras, que fue consejera de Cultura en el primer Gobierno tripartito. Y es que, como pudo verse durante el pleno, no hab¨ªa grandes discrepancias respecto a la necesidad de crear este organismo. En este aspecto, s¨®lo Antonio Robles, de Ciutadans, consider¨® que "el mejor destino de este proyecto hubiera sido no haber sido redactado" porque a la cultura "hay que dejarla en paz". Carme Vidal, de CiU, no s¨®lo defendi¨® la necesidad de esta ley, sino que se comprometi¨® a que sea reformada cuando su grupo tenga mayor¨ªa, para mejorarla y darle a¨²n m¨¢s competencias al consejo. Rafael L¨®pez, del PP, tambi¨¦n consider¨® insuficientes sus competencias y ambiciones.

La discrepancia ha venido de la manera de seleccionar a los miembros que integrar¨¢n el consejo, es decir, las cuotas de partido. Tal como ha quedado aprobado, el consejo estar¨¢ integrado por 11 miembros, tres con dedicaci¨®n exclusiva, que ser¨¢n elegidos por el presidente de la Generalitat una vez que se haya escuchado al sector y a los grupos parlamentarios. La votaci¨®n en el Parlament ser¨¢ de una lista cerrada y necesitar¨¢ mayor¨ªa absoluta en primera votaci¨®n y simple en segunda. CiU insisti¨® hasta el ¨²ltimo momento en introducir una enmienda en la que se especificara que la lista de los 11 miembros la decidir¨ªa el Parlament y que su aprobaci¨®n requirir¨ªa los dos tercios de la C¨¢mara. Seg¨²n Vidal, si realmente hab¨ªa inter¨¦s en hacer un consejo independiente y profesional, ten¨ªa que ser el Parlament el que decidiera, tal como sucede con la Ley de la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA).

Los grupos del tripartito acusaron a CiU de querer tener la misma capacidad de bloqueo que ejercieron, precisamente, en la CCMA, y la oposici¨®n les critic¨® asegurando que tanto el n¨²mero de miembros como el de vicepresidencias (dos) son una imposici¨®n del tripartito para repartirse los cargos. En este rifirrafe de mutuas acusaciones de buscar la cuota de partido y de querer imponer a sus allegados en lo que deber¨ªa ser un ¨®rgano independiente pas¨® gran parte del pleno.

"Uno de los problemas de la pol¨ªtica catalana es que hay algunas personas y partidos que entienden que cada pieza del terreno pol¨ªtico es un lugar de confrontaci¨®n, sea el que sea", se?al¨® tras el pleno el consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras. "El grupo mayoritario en el Parlament [en referencia a CiU] tiene m¨¢s de un tercio de los diputados y por eso insiste en que las votaciones requieran los dos tercios. Es una perversi¨®n del sistema democr¨¢tico, que es lo que pas¨® con la Ley de la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales. Despu¨¦s de aquella experiencia, por descontado que no quer¨ªamos repetir", a?adi¨®.

Tresserras indic¨® que prev¨¦ que dentro de poco m¨¢s de un mes pueda estar elaborada la lista, con el objetivo de que se vote antes del verano, en septiembre el consejo pueda empezar a ponerse en marcha y en 2009 funcionar ya a pleno rendimiento. Ser¨¢ el propio plenario del consejo, indic¨®, el que elaborar¨¢ junto con el Departamento de Cultura su reglamento de funcionamiento. El problema ahora ser¨¢ encontrar a los 11 miembros, ya que las incompatibilidades son muchas. Una de ellas, la que se?alaba que no podr¨ªan ser miembros las personas que tuvieran "intereses" en empresas relacionadas con la actividad del consejo, se suprimi¨® en el ¨²ltimo momento a instancias de los propios grupos del tripartito que votaron en solitario la ley. "Era demasiado general y se podr¨¢n especificar mejor los casos en el reglamento", explic¨® Marina Llansana. Podr¨ªan haberlo mirado antes.

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