Redes sociales y vigilancia participativa
LO QUE HACEMOS en l¨ªnea puede servir para vigilarnos. Constituye uno de los mayores riesgos de la vida digital. Obsesionados por Big Brother solemos pensar en la vigilancia del Estado, en la que viene de arriba. Denunciamos el hecho y seguimos haciendo lo mismo sin entender muy bien porque. Con el tiempo, sin embargo, varios autores han propuesto conceptos que ayudan a entender la complejidad de dicha vigilancia.
En los ¨²ltimos cincuenta a?os, adem¨¢s de Big Brother, este estado todo poderoso que sabe todo lo que hacemos, la imagen m¨¢s fuerte es la del pan¨®ptico imaginado por Jeremy Bentham y retomado por Michel Foucault. Se trata de una c¨¢rcel en forma de estrella en la cual un guardia ubicado en el centro basta para vigilar lo que hacen cada uno de los que est¨¢n en las puntas, en la periferia. "Ambas ilustran una relaci¨®n de poder jer¨¢rquica, vertical, entre la mirada del vigilante controlador y qui¨¦n est¨¢ siendo vigilado", estima Anders Albrechtslund, en un ensayo publicado por First Monday.
Las redes sociales llevan a una forma difusa de "exposici¨®n" en el doble sentido de dejarnos ver y de ponernos en una situaci¨®n vulnerable
Los ejemplos de vigilancia abundan. En la web, el sitio Witness.org permite a cualquier internauta publicar testimonios de violaciones a los derechos humanos
La discusi¨®n se da alrededor de la palabra surveillance utilizada tanto en franc¨¦s como en ingl¨¦s. En ella sur quiere decir "sobre" o "arriba" y veillance tiene el mismo origen que "vigilar".
El concepto se puede invertir gracias a las propiedades de la red participativa. La multiplicaci¨®n de los tel¨¦fonos celulares con c¨¢maras y la posibilidad de divulgar para una audiencia potencialmente mundial cualquier informaci¨®n, permite que los ciudadanos vigilen los poderosos y se mantengan informado de sus acciones. Jamais Cascio propuso la noci¨®n de "pan¨®ptico invertido" en la cual la periferia vigila el centro. Steve Mann habla por su parte de "surveillance invertida" y de sousveillance (sous, en franc¨¦s quiere decir "debajo"). En la primera los de abajo vigilan los de arriba. En la segunda, los miembros de una comunidad graban acontecimientos de inter¨¦s para el grupo.
Los ejemplos abundan: los blogueros vigilan los errores de los medios de comunicaci¨®n masiva, o las mentiras de los pol¨ªticos. Los ciudadanos registran abusos de autoridad. Anterior a la web, el caso m¨¢s famoso es el del video mostrando como Rodney King hab¨ªa sido golpeado por la polic¨ªa, lo cual dio lugar a hist¨®ricas protestas en la ciudad de Los ?ngeles. En la web, el sitio Witness.org permite a cualquiera publicar testimonios de violaciones a los derechos humanos. El Cambridge Mobile Urgan Sensing Project (CamMobSens) permite recopilar datos sobre contaminaci¨®n atmosf¨¦rica.
Anders Albrechtslund propone ahora la noci¨®n de "vigilancia participativa" (participatory surveillance) "para desarrollar los aspectos sociales y juguetones de la vigilancia". Estima necesario "retar la concepci¨®n jer¨¢rquica de la vigilancia".
Es m¨¢s "la pr¨¢ctica de las redes sociales puede ser vista como una forma de empoderamiento (empowering) en la medida en que es una manera de establecer relaciones voluntarias con otras personas y de construir identidades. El exhibicionismo es parte de ello pero "es liberador porque representa el rechazo de ser humilde". Implica compartir elementos de su propia vida.
Leisa Reichelt, por su parte avanza las nociones de "intimidad ambiental" y de "exposici¨®n ambiental". Propuesta en marzo del 2007, la primera se refiere al hecho de mantenerse en contacto con gente "regularmente y con un nivel de intimidad" imposible sin las herramientas de la web como son Twitter para los mensajes cortos sobre lo que hacemos en cualquier momento o Flickr para las fotos que tomamos de nuestra vida diaria.
El problema puede surgir tanto por lo que estamos compartiendo como por la lista de gente con la cual estamos compartiendo. Natural con una persona cercana, el confesar su dificultad para escribir un informe puede resultar problem¨¢tico si lo lee un cliente. No queremos "tener el mismo nivel de intimidad" con todos y, sin embargo, la visi¨®n clara de nuestra red de "amigos" se va borrando. Perdemos la noci¨®n de lo que decimos y aquien. Las redes sociales llevan a una forma difusa de "exposici¨®n" en el doble sentido de dejarnos ver y de ponernos en una situaci¨®n de vulnerabilidad potencial.
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