Adictos al vinilo y al MP3
Nuevas f¨®rmulas actualizan la pasi¨®n por el sonido anal¨®gico a la era digital
Bill Daly es un tipo entrado en carnes y en los 40 que viste camisetas ra¨ªdas de los Undertones, autores del himno para perpetuos adolescentes Teenage kicks, y ama una buena declaraci¨®n de intenciones. Ha escrito, plastificado y colocado junto a su caja registradora una lista de prop¨®sitos sobre la supervivencia de los discos y las tiendas independientes como la suya, llamada Crooked Beats. "2007 fue el primer a?o en que vendimos m¨¢s vinilos que CD, por lo que hemos decidido servir estos ¨²ltimos s¨®lo bajo pedido", reza uno de los puntos de su manifiesto.
Especial: para adictos al iPhone |
Una tarde reciente, Daly, en su establecimiento de Washington, se mostraba orgulloso de ¨¦ste y otros devenires que parecen dar la raz¨®n por fin a la tribu de los adictos al vinilo, como el hecho de que Elvis Costello, leyenda del pop, hubiese anunciado esa ma?ana que su nuevo ¨¢lbum, Momofuku, s¨®lo iba a editarse en ese formato y con "la f¨®rmula de la descarga gratuita en MP3". Sin rastro de venta de CD.
Aunque las intenciones se quedaron en eso (el disco se public¨® el mi¨¦rcoles tambi¨¦n en CD), la f¨®rmula, vieja conocida de ciertas discogr¨¢ficas independientes (Merge, Sub Pop o Touch and Go), ya ha entrado en el mainstream de la mano de Costello. La t¨¦cnica es simple: se trata de "regalar" con la compra del vinilo un cup¨®n con un c¨®digo intransferible para descargar de la Red la m¨²sica de los surcos en formato MP3.
Sub Pop, legendaria disquera a la que se debe la existencia en los noventa del nihilismo grunge, es uno de los sellos que brinda esta opci¨®n a los compradores de sus elep¨¦s (publican en ese formato un 80% de su producci¨®n). Como el espl¨¦ndido ¨²ltimo ¨¢lbum de Gutter Twins. Chris Jacobs, uno de los capos del sello, explicaba anoche desde Seattle que todo empez¨® hace un a?o. "Lo hicimos en realidad por nosotros mismos. Los que trabajamos aqu¨ª amamos los discos de pl¨¢stico, pero vivimos en el siglo XXI, tenemos iPods, o¨ªmos m¨²sica en el coche. La iniciativa ego¨ªsta obtuvo, con todo, una respuesta entusiasta de nuestros clientes".
La uni¨®n de formatos (vinilo y MP3) no s¨®lo hace una extra?a pareja, tambi¨¦n da inesperados frutos empresariales. As¨ª lo reconocen en la oficina barcelonesa de Numark, multinacional de fabricaci¨®n de tocadiscos que hace un a?o empez¨® a comercializar platos con entrada de USB. Un ingenio que permite, a partir de 155 euros, grabar los vinilos en formato digital. Numark ha vendido entre "3.000 y 4.000" unidades del cacharro (y de otro, con entrada para iPod). Un r¨¦cord inesperado. Tambi¨¦n para Daly, en cuya tienda de Washington se han quedado sin suministros de estos aparatos, "el regalo de las pasadas navidades" en lo que a ¨¦l respecta. A todo esto, Daly responde con un encogimiento de hombros dentro de su camiseta ra¨ªda: "?Qui¨¦n nos iba a decir que la revoluci¨®n digital acabar¨ªa dando la raz¨®n a los colgados del vinilo!".
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