Deslumbrante osad¨ªa
A veces, en la cartelera hay espacio para algo tan infrecuente e ins¨®lito como el avistamiento de un ovni: la llegada de una pel¨ªcula an¨®mala, deslumbrante, osada e inclasificable que invita al espectador a preguntarse por su origen y naturaleza. Es el caso de La antena, segundo largometraje del argentino Esteban Sapir, una pel¨ªcula (casi) muda que convierte la voz y la palabra en su pretexto narrativo y que articula su ficci¨®n con preciso control de la forma y escrupuloso respeto a su radical punto de partida.
La antena parece la pel¨ªcula que har¨ªa un disc¨ªpulo de Karel Zeman en los s¨®tanos sin luz de una Buenos Aires subterr¨¢nea: una ciudad imaginaria nacida de los pasos, sobre el asfalto de la superficie, de las fantas¨ªas incendiadas de H. G. Oesterheld, Macedonio Fern¨¢ndez o Bioy Casares. Sapir propone una anti-utop¨ªa pol¨ªtica algo obvia e ingenua: un poderoso magnate televisivo ha robado la voz a los ciudadanos y planea, en un golpe final, arrebatarles tambi¨¦n el manejo de las palabras. Se puede reprochar al cineasta el manejo de algunos simbolismos obvios, como esa cruz gamada o esa estrella de David que chirr¨ªan sobre un fondo de abstracciones precisas. Es, no obstante, un mal menor en un trabajo merecedor de uno de los m¨¢s raros elogios que se pueden dispensar a una pel¨ªcula tan tremendamente formalista como la presente: en ella, la forma es algo que emana necesariamente del fondo.
CASUAL DAY
Direcci¨®n: Max Lemcke.
Int¨¦rpretes: Juan Diego, Javier R¨ªos,
Est¨ªbaliz Gabilondo, Luis Tosar, Alberto San Juan, Carlos Kaniowsky.
G¨¦nero: comedia. Espa?a, 2007.
Duraci¨®n: 98 minutos.
Lejos del caligr¨¢fico ejercicio de estilo, La antena convierte su tensi¨®n entre silencio y voz en una invenci¨®n incesante de recursos formales, con una consecuente y mucho m¨¢s que ingeniosa integraci¨®n de sus r¨®tulos de texto en la acci¨®n. Figuran en el interior citas m¨¢s o menos expl¨ªcitas a Dziga Vertov, Fritz Lang y Georges M¨¦li¨¨s, pero Sapir sabe encontrar no s¨®lo un lenguaje propio, sino algo m¨¢s dif¨ªcil y esquivo: una poes¨ªa propia hecha de espirales, rostros embozados, ni?os sin ojos y globos publicitarios. El empe?o experimental no juega en contra de la accesibilidad en la que, muy probablemente, sea la pel¨ªcula visualmente m¨¢s sofisticada jam¨¢s venida del planeta Argentina.
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