Los rectores exigen la garant¨ªa de que tendr¨¢n liquidez

Los rectores exigen a la Generalitat la garant¨ªa de que tendr¨¢n liquidez este a?o y durante todo el periodo que dure la devoluci¨®n de la deuda gigantesca (891 millones de euros) que el Gobierno valenciano ha ido acumulando con las universidades p¨²blicas.

Ese es el primer punto de la contrapropuesta que los dirigentes acad¨¦micos han enviado a la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, que completan, esencialmente, dos peticiones: Uno, que el Consell se comprometa a no recortar sus fondos en el nuevo plan de financiaci¨®n (que, supuestamente, deber¨ªa estar funcionando en 2009). Y dos, que se acabe con la pr¨¢ctica sistem¨¢tica de la Generalitat de pactar con ellos unos fondos para su funcionamiento mientras consigna despu¨¦s en los presupuestos unas cantidades considerablemente menores. Ah¨ª est¨¢, aseguran, el origen de una deuda que ha ido creciendo cada ejercicio como una bola de nieve.

A estas alturas, las universidades han aceptado que el Gobierno valenciano les entregue los 891 millones de euros en 10 o en 15 a?os. Una vez reconocida la deuda, lo que de verdad les preocupa es ir a sacar dinero de la caja para pagar las facturas y encontrarla vac¨ªa. "El problema no es la financiaci¨®n, el problema es la tesorer¨ªa", han repetido incansablemente en los ¨²ltimos meses.

La garant¨ªa de liquidez significa poder recurrir a un instrumento financiero para, en caso de necesidad, convertir la deuda en dinero. Poder pedir adelantos a un banco o a una caja de ahorros. Y a esa garant¨ªa por escrito es a lo que, de momento, se resisten los negociadores de las consejer¨ªas de Educaci¨®n y de Econom¨ªa y Hacienda.

No recortar fondos

Los rectores quieren estar seguros, en segundo lugar, de que Educaci¨®n no va a forzar un plan de financiaci¨®n a la baja una vez que cierre con ellos el acuerdo sobre el agujero de deuda que tiene reconocida. Es decir, que la devoluci¨®n anual (hasta 2022) de la parte correspondiente a los 891 millones no computar¨¢ como parte de la nueva financiaci¨®n ordinaria.

Una maniobra que puede parecer marciana pero que los rectores temen que es lo que se oculta tras las declaraciones vertidas insistentemente por el secretario auton¨®mico de Universidades, Emilio Barber¨¢: que se ahogan en dinero; y que podr¨ªan trabajar m¨¢s de lo que lo hacen por el mismo sueldo.