El 'monstruo de Amstetten' se justifica: "Era una adicci¨®n"
Fritzl atribuye el encierro de su hija a la educaci¨®n nazi
El monstruo de Amstetten busca ahora la comprensi¨®n p¨²blica. En unas declaraciones que ha filtrado su abogado, Rudolf Meyer, Fritzl cuenta con bastante detalle la noche de 1985, en la que, seg¨²n ¨¦l, viol¨® a su hija por primera vez, y dice que estos abusos pronto ser¨ªan "como una adicci¨®n". Y que no usaba preservativos porque "en realidad quer¨ªa hijos de Elisabeth". Fritzl tambi¨¦n enfatiza que ¨¦l no es "hombre que abuse de ni?os" y, por eso, rechaza la acusaci¨®n de su hija sobre el abuso infantil al que la someti¨® desde los 11 a?os. Seg¨²n el hombre, no hubo violaciones hasta que la chica estuvo encerrada. Los abusos empezaron "despu¨¦s, mucho despu¨¦s, cuando estaba abajo" en el s¨®tano, insisti¨® para desmarcarse del delito de abusar de una menor.
"En realidad quer¨ªa ni?os de Elisabeth", afirma el austriaco en una entrevista
Sin embargo, reconoce Fritzl que, "visto desde fuera", hasta a ¨¦l mismo los hechos tambi¨¦n le parecer¨ªan obra de "una bestia o un monstruo", y admite: "Siempre supe que deb¨ªa de estar loco".
El protocolo del crimen que tiene estupefacto a medio mundo, se gest¨® "dos o tres a?os antes" de que encerrara a su hija. "Ser¨ªa 1981 o 1982 cuando empec¨¦ a transformar mi s¨®tano en una celda", porque Elisabeth "no se aten¨ªa a ninguna norma desde que entr¨® en la pubertad, se pasaba noches enteras en los bares, beb¨ªa alcohol y fumaba".
De nuevo con su nueva l¨ªnea de justificar lo que hizo, Fritzl afirm¨® que las "malas compa?¨ªas" de Elisabeth le llevaron a separarla del "mundo exterior" durante 24 a?os en los que permaneci¨® encerrada en un s¨®tano donde concibi¨® siete hijos fruto de las violaciones.
Los detalles de su martirio los conoce a estas alturas medio mundo. La macabra cr¨®nica se para en diversos detalles cotidianos de la mazmorra y sus habitantes.
El que (en palabras del psiquiatra Max Friedrich) fue durante 24 a?os "Lucifer de su infierno particular", expone sus principios en la conversaci¨®n publicada ayer.
Exalta Fritzl "la importancia de la buena educaci¨®n y la decencia", propia, seg¨²n dice, de su "vieja generaci¨®n", educada en "la ¨¦poca nazi, cuando el adiestramiento y la severidad eran muy importantes". No queda claro si se enorgullece de ello o m¨¢s bien culpa a los nazis de su crimen.
El abogado afirma que no recibi¨® "ni un solo groschen [antiguo centavo austriaco]" por entregar la transcripci¨®n de sus conversaciones. La intranquilidad del letrado era bien audible a trav¨¦s de su m¨®vil, al que tard¨® largo rato en contestar. Con una confusa explicaci¨®n, zanj¨® la conversaci¨®n sin aclarar qu¨¦ le llev¨® a publicar parte de sus entrevistas con Fritzl.
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