La ni?a Concha
Su voz ¨¢spera, de fumadora empedernida, un estilo musical que navega entre la copla, la m¨²sica africana y el jazz y una filosof¨ªa que ella misma denomina como "del todo a cien" convierten a Concha Buika (Palma de Mallorca, 1972) en una artista bastante inclasificable. Su nuevo trabajo, Ni?a de fuego, en el que repite con Javier Lim¨®n como productor, contiene 11 cortes, algunos compuestos por ella, en los que emociona con su particular y excesivo desgarro. El disco suena tambi¨¦n como el resultado del grado de madurez que ha alcanzado tanto desde el punto de vista personal como del profesional. Para explicarlo, Buika argumenta que sabe c¨®mo le lat¨ªa la vida antes y c¨®mo lo hace ahora, pero lo argumenta de una manera mucho m¨¢s expl¨ªcita: "?Mami!, yo ten¨ªa 18 a?os y era un bomb¨®n. Ten¨ªa una piel y unas tetas estupendas pero no me sent¨ªa segura. Intentaba parecer m¨¢s de lo que cre¨ªa que era y era incapaz de hacer ciertas cosas. Sin embargo, ahora, que mi piel ya no es tan guay, me siento mucho m¨¢s c¨®moda".
"Utilizo la m¨²sica para limpiarme, para que no me hagan decir cosas, me resulta m¨¢s f¨¢cil pedir perd¨®n cantando"
"Si eres capaz de interpretar ante la tristeza, es que has entendido la funcionalidad del cante"
Su m¨¢nager le ha pedido que se arregle para la entrevista y Mar¨ªa Concepci¨®n Balboa se ha puesto un short, una camiseta negra con un potente escote y el pelo negro suelto y ensortijado. Con esa seguridad de la que hace gala para usar el lenguaje popular, aclara que siempre ha pensado que son las canciones las que te buscan seg¨²n el momento que vives, algo as¨ª como si quisieras reencontrarte con el momento que est¨¢s pasando. "Busco la redenci¨®n a trav¨¦s de ellas", dice Buika. "Utilizo la m¨²sica para limpiarme, para que no me hagan decir cosas, me resulta m¨¢s f¨¢cil pedir perd¨®n cantando". Siguiendo esa l¨ªnea argumental, Buika se muestra desnuda en la portada del ¨¢lbum, lo que parece un anuncio del contenido del disco. Ni?a de fuego, su tercer trabajo discogr¨¢fico, recrea, adem¨¢s de sus propias composiciones, temas de Javier Lim¨®n, David Trueba y cl¨¢sicos como La falsa moneda o Volver, volver. Se trata en todos los casos de canciones en las que las pasiones, el despecho y el desamor hacen estragos a cada paso. Sin embargo, Buika se siente en un momento de su carrera en el que parece capaz de comerse el mundo. El disco nuevo es la consecuencia de una temporada bastante incre¨ªble. Su disco anterior, Mi ni?a Lola, vendi¨® m¨¢s de 70.000 copias, se edit¨® en 15 pa¨ªses y le abri¨® las puertas de Par¨ªs, Londres, Nueva York, Tokio y M¨¦xico.
Ella, que es espa?ola de primera generaci¨®n y descendiente de guineanos, donde ubica a sus ancestros, se siente heredera de muchas de las tradiciones africanas. Un primo suyo le suele decir que interpreta con el coraz¨®n abierto. "El africano siempre piensa que el fin de cantar es ¨²nicamente cantar, no hacerlo bien o mal. Si eres capaz de interpretar ante la tristeza es que has entendido la funcionalidad del cante, y eso no es algo que en ese continente se haga para ganar dinero, sino como ejercicio cat¨¢rtico, el dinero llega m¨¢s tarde". Por eso lleva tatuado en el brazo Kitailo, el nombre tribal de su abuela, con el que quiere homenajear a todas las "princesas" de su familia.
Buika ha cantado desde que era una ni?a y puede hacerlo en todos los registros. De su madre aprendi¨® a escuchar las grandes voces del jazz, pero en el barrio de Palma donde creci¨® tambi¨¦n se colaban las coplas de toda la vida. De jugar con los ni?os gitanos en la calle, donde escuch¨® sus primeras notas flamencas, pas¨® a cantar en los bares y clubes de la isla, grab¨® temas house, colabor¨® con La Fura del Baus y acab¨® en Las Vegas, donde trabaj¨® en casinos parodiando a Tina Turner y a The Supremes. Puede sonar pel¨ªn pat¨¦tico pero, una vez superado el clich¨¦, Buika aprovech¨® el momento para hacer una inmersi¨®n en el mundo del jazz, "un estado musical con un sonido que libera, atrapa y envuelve" y que le ha dado la base para entender todas las dem¨¢s m¨²sicas. Finalmente, acab¨® por hartarse de todo ese rollo y se instal¨® en Madrid -"echo mucho de menos el mar"-, donde empez¨® una carrera musical que no ha dejado de crecer. Rebelde por naturaleza, no admite m¨¢s religi¨®n que la m¨²sica. Tampoco le gustan las etiquetas ni cree que lo suyo sea un cruce entre el flamenco y el blues. "Los estilos musicales se corresponden con la manera de expresarse de los pueblos y llevan m¨¢s verdad que lo que mucha gente cree. Detr¨¢s de cualquier g¨¦nero hay gente tratando de contar algo y eso es sublime". Suelta las frases as¨ª de corrido pero al poco de acabarlas rubrica que ella es una completa ignorante y que se trata s¨®lo de su punto de vista. Conf¨ªa totalmente en el poder de una voz y unos acordes, sonidos, dice, capaces de superar incluso el racismo. Para explicarlo saca a colaci¨®n el caso de Billie Holiday, una artista que hac¨ªa llorar a blancos que se negaban a sentarse a su lado en los autobuses.
Entre pitillo y pitillo, Buika desgrana su manera de trabajar. Compone sola en su casa o en los hoteles cuando se encuentra de gira. "Nunca paro de componer, estoy haciendo m¨²sica todo el rato". Cuando cree que tiene una canci¨®n se marcha al estudio y hace que el pianista Iv¨¢n Gonz¨¢lez Lewis -su "Mel¨®n"- se haga cargo de la m¨²sica. Un ejemplo. Mi¨¦nteme bien, una especie de bolero-ranchera, compuesto por ella que se incluye en el disco y que canta sola acompa?ada del piano de Mel¨®n, es el resultado musical de una noche de despecho, cuando Chavela Vargas, reci¨¦n llegada a Madrid en octubre de 2007, decidi¨® no invitarla al escenario del teatro Alb¨¦niz a cantar con ella. "Mentiras que sientan tan bien que parecen verdades ocultas", canta Buika. La relaci¨®n con Chavela cambi¨® completamente cuando ambas volvieron a encontrarse en M¨¦xico, durante una actuaci¨®n de Buika. Ahora son buenas amigas y por eso la mallorquina ha incluido como homenaje a esta artista su particular versi¨®n de Volver, volver. En el disco brillan tambi¨¦n las composiciones de Javier Lim¨®n. "Lim¨®n y yo tenemos una relaci¨®n de amor, art¨ªsticamente hablando. ?l me sabe y me escribe y, el muy sinverg¨¹enza, es capaz de escribir lo que yo escribir¨ªa y no s¨¦ c¨®mo expresar". -
Ni?a de fuego. Concha Buika. Sale a la venta el pr¨®ximo d¨ªa 20.
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