"No se puede hablar igual de la inmigraci¨®n europea y subsahariana"
Rafael Blasco (Alzira, 1945) volvi¨® la semana pasada a las portadas de los peri¨®dicos con su pol¨¦mico compromiso de integraci¨®n. Una iniciativa inspirada en el contrato para inmigrantes de Mariano Rajoy, por la que los extranjeros ser¨¢n invitados a firmar un documento comprometi¨¦ndose a respetar las leyes y costumbres espa?olas y valencianas, pero que no tendr¨¢ consecuencias jur¨ªdicas. El plan recibi¨® un aluvi¨®n de cr¨ªticas, alguna desde su propio partido, y el consejero de Inmigraci¨®n admite su parte de culpa: "Probablemente no acert¨¦ a explicarlo adecuadamente. Aunque algunos se han precipitado al opinar sin conocer su contenido".
Blasco est¨¢ seguro, en cualquier caso, de haber "abierto un debate", de haber tocado una tecla (la de inmigrantes y costumbres de la sociedad de acogida) "que se corresponde con lo que piensa m¨¢s del 80% de los valencianos y de los espa?oles".
"Probablemente no acert¨¦ a explicar adecuadamente nuestra iniciativa"
"Hemos abierto un debate que preocupa al 80% de los ciudadanos"
"El problema es que hay culturas que no respetan los derechos humanos"
Pregunta. Al margen del compromiso para inmigrantes, ?hay alguna novedad en su ley de integraci¨®n? Todas las prestaciones previstas (vivienda, educaci¨®n...) parecen estar ya recogidas en el Plan Estrat¨¦gico de Ciudadan¨ªa e Integraci¨®n que el Gobierno aprob¨® en 2007.
Respuesta. ?C¨®mo es posible que alguien se atreva a decir que el Gobierno ha aprobado un plan de Ciudadan¨ªa y Participaci¨®n en un pa¨ªs donde seg¨²n Comisiones Obreras hay un mill¨®n de personas indocumentadas? ?D¨®nde est¨¢n las prestaciones del Gobierno de Espa?a para estas personas a la hora de ofertarles cursos para conocer las dos lenguas oficiales de la Comunidad Valenciana? ?D¨®nde est¨¢n los cursos de formaci¨®n encaminados a que los afectados por la crisis de la construcci¨®n encuentren trabajo en otros sectores? Aqu¨ª no ha llegado ni un euro de ese plan para estas cuestiones. Esta es una iniciativa singular, que no tiene precedentes en Espa?a e intenta buscar f¨®rmulas de integraci¨®n m¨¢s all¨¢ de las ensayadas hasta ahora. Y que no cuestiona ning¨²n derecho porque no son discutibles.
P. ?Qu¨¦ entiende usted por costumbres valencianas?
R. Las costumbres valencianas son aquellas que las personas normales de nuestro pueblo entiende por costumbres valencianas. Por ejemplo, la posibilidad de expresarse en valenciano y castellano. La posibilidad de saber que esta es una comunidad que tiene un Estatuto de Autonom¨ªa, un Parlamento propio, y que tiene una soberan¨ªa como pueblo propia. La necesidad de saber que tenemos unas costumbres, que est¨¢n basadas en el respeto a los derechos humanos, en que la igualdad entre el hombre y la mujer es irrenunciable y en que el respeto a los derechos humanos es consustancial a nuestro modelo de convivencia.
Todo el mundo sabe que hay personas que vienen de culturas donde eso no se tiene tan claro. Nosotros queremos incentivar que, desde la voluntariedad de asumir este compromiso, se integren en el contexto econ¨®mico, social y cultural, y tengan mejores opciones de participar en la vida p¨²blica.
P. La igualdad entre hombres y mujeres y el respeto a los derechos humanos ya est¨¢n recogidos en leyes, que son de obligado cumplimiento para extranjeros y para espa?oles.
R. Pero tambi¨¦n hay una Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos y eso no ha impedido que en Espa?a se volvieran a reafirmar con la Constituci¨®n. Buscamos f¨®rmulas complementarias a las que existen para facilitar la integraci¨®n. La inmigraci¨®n est¨¢ regida por una ley de Extranjer¨ªa, no de Inmigraci¨®n, que es del a?o 2000. Desde entonces todo ha cambiado sustancialmente. En la Comunidad Valenciana la presencia de extranjeros ha crecido m¨¢s de un 360% en siete a?os.
P. El compromiso parece poner bajo sospecha la cultura del inmigrante. Parece partir de la idea de que sus costumbres, y por tanto ellos mismos, son un problema.
R. Esa interpretaci¨®n es absolutamente falsa y capciosa. En el Reino Unido, a cualquier inmigrante se le hace un examen para que demuestre que tiene unos conocimientos sobre el ingl¨¦s y algunas tradiciones inglesas. Y eso no se puede interpretar como un rechazo al inmigrante, sino como una f¨®rmula para que se integre plenamente. Lo mismo pasa en Francia, Suecia, Holanda, B¨¦lgica, Dinamarca, las democracias m¨¢s avanzadas. Porque los inmigrantes con conocimientos b¨¢sicos de castellano y valenciano, que sepan que tenemos instituciones de autogobierno propias y unas tradiciones propias, van a tener m¨¢s posibilidades de integrarse que aquellos que acaben en un gueto.
P. Lo que acaba de describir se parece bastante a muchas comunidades de ciudadanos de la UE que viven, sobre todo, en Alicante. Pero a ellos no se les pide que firmen un compromiso.
R. Yo creo que esa es una visi¨®n un poco fr¨ªvola. No se puede comparar porque cuando hablamos de inmigraci¨®n y de extranjeros estamos hablando de cosas muy distintas. E incluso dentro de la inmigraci¨®n, no se puede hablar igual de una inmigraci¨®n que viene de Iberoam¨¦rica o de los pa¨ªses de Europa, que de una inmigraci¨®n que viene por ejemplo del ?frica subsahariana. Los perfiles son completamente distintos. Y a cualquiera con un m¨ªnimo esp¨ªritu democr¨¢tico le tendr¨ªa que preocupar tambi¨¦n que los colectivos de europeos se interesen en la realidad de la sociedad que les acoge.
P. Pero a ellos no se les pide firmar compromisos. Se les deja fuera.
R. No es que se les deje fuera. Pero ese no es el problema que tenemos aqu¨ª. Nuestro problema es que hay personas inmigrantes que vienen de culturas que no son muy respetuosas con los derechos humanos, y que vienen con un nivel de formaci¨®n con carest¨ªas importantes. Nosotros, como colectivo vulnerable que son, tenemos la obligaci¨®n de facilitarles la integraci¨®n.
P. ?Qu¨¦ opina del rechazo a su plan expresado por Esperanza Aguirre?
R. Todo depende de c¨®mo se le haya preguntado. Pero Esperanza est¨¢ en un Gobierno que tendr¨¢ que defender sus opciones. Lo que est¨¢ claro es que esto es un compromiso electoral del Partido Popular, y que nosotros no tomamos iniciativas pensando lo que hacen los gobiernos de otras comunidades.
P. La Conferencia Episcopal tambi¨¦n marc¨® distancias.
R. La Conferencia Episcopal no se ha pronunciado. Se ha pronunciado un obispo de Sig¨¹enza Guadalajara, que es responsable de migraciones pero que no habl¨® como tal y que ha reconocido que no conoc¨ªa ni el contenido ni el alcance de la iniciativa. Son opiniones respetables, pero insisto en que la Generalitat no toma decisiones en funci¨®n de lo que piensan en otros sitios.
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