Acuerdo imposible

El pr¨®ximo 20 de mayo tendr¨¢ lugar el esperado encuentro entre el presidente del Gobierno y el lehendakari, al que este ¨²ltimo piensa acudir con un documento que consistir¨¢ en una suerte de "gu¨ªa de trabajo" para cumplir los objetivos de "consolidar un proceso de paz y convivencia" y "articular un di¨¢logo pol¨ªtico entre todo el conjunto de las fuerzas pol¨ªticas que concluya en un acuerdo de normalizaci¨®n".

El encuentro est¨¢ bien que se produzca, pero creo que el lehendakari no deber¨ªa acudir a esa reuni¨®n con un documento escrito y, en el caso de que as¨ª sea, el presidente del Gobierno deber¨ªa hacerle ver que ¨¦l no puede ser el destinatario del mismo.

?ste es un terreno en el que no deben admitirse ambig¨¹edades y en el que debe dejarse meridianamente claro desde el primer momento que el acuerdo para alcanzar los objetivos a los que el documento del lehendakari parece referirse, ¨²nicamente puede ser un acuerdo entre Parlamentos y no un acuerdo entre presidentes de Gobierno.

Zapatero no puede comprometerse en nada con Ibarretxe. Porque no puede y porque no debe

Un texto escrito con propuestas de esa naturaleza no puede salir del Pa¨ªs Vasco por decisi¨®n del lehendakari, sino que ¨²nicamente puede salir por acuerdo del Parlamento. El texto tendr¨ªa que abrirse camino en el Parlamento tras la discusi¨®n del mismo entre todos los grupos parlamentarios, y ¨²nicamente cuando esto se hubiera conseguido, podr¨ªa iniciarse la discusi¨®n con las Cortes Generales para llegar a un acuerdo. ?se es el camino que contempla la Constituci¨®n y es el que necesariamente tendr¨¢ que recorrerse, si se quiere alcanzar un acuerdo pol¨ªtica y jur¨ªdicamente vinculante.

El lehendakari no tiene legitimidad para hacer una propuesta de esa naturaleza ni el presidente del Gobierno para recibirla. Ni el lehendakari es representante de los ciudadanos vascos ni el presidente del Gobierno representante de los ciudadanos espa?oles, incluidos los vascos. No pueden hablar en nombre de ellos en un asunto que es de naturaleza constitucional/estatutaria con base en una propuesta escrita que carece de cobertura parlamentaria. La apariencia que podr¨ªa quedar de que es un encuentro entre presidentes de entidades pol¨ªticas independientes la una de la otra que se ponen de acuerdo para ver c¨®mo, despu¨¦s, cada uno de ellos consigue que dicho acuerdo se abra camino en cada uno de sus sistemas pol¨ªticos, el espa?ol y el vasco, no puede ser aceptada. El presidente del Gobierno y el lehendakari son portadores de ¨®rganos constitucionales del Estado espa?ol, cada uno de los cuales puede hacer aquello que la Constituci¨®n le permite hacer y no algo distinto.

Las formas en este terreno son tan importantes como el fondo. Los destinatarios del documento del lehendakari est¨¢n en el Pa¨ªs Vasco, y no fuera del mismo. Y una vez que se haya abierto camino en el Pa¨ªs Vasco, tampoco ser¨¢ el presidente del Gobierno, sino las Cortes Generales, a las que tendr¨¢ que ser dirigido. Ni el lehendakari puede saltar por encima de su Parlamento ni el presidente del Gobierno por encima de las Cortes Generales.

Un texto escrito que, por las materias que parece que pretende abordar, no puede no ser materialmente un texto de reforma estatutaria, no puede ser discutido por el presidente del Gobierno de Espa?a con el lehendakari. Eso cae fuera de sus competencias. Hablar con car¨¢cter general de cualquier problema que est¨¦ presente en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs no solamente es posible, sino deseable, pero que la discusi¨®n entre los dos presidentes se anude a un texto escrito, en el que el lehendakari fija una suerte de hoja de ruta para la renovaci¨®n del pacto de inserci¨®n del Pa¨ªs Vasco en el Estado, que es el objeto de un Estatuto de autonom¨ªa y de su reforma, no puede ser aceptado.

El lehendakari tiene que moverse en el interior del Pa¨ªs Vasco y si no se siente capaz de recorrer el camino que tiene que recorrer all¨ª, lo que tendr¨ªa que hacer es presentar la dimisi¨®n. El presidente del Gobierno no puede comprometerse a nada con el lehendakari. Porque no puede y porque no debe. Una vez rechazado el proyecto de reforma del Estatuto de Gernika -que fue aprobado por el Parlamento vasco- por el Congreso de los Diputados, la pelota vuelve a estar en el Parlamento vasco y es all¨ª donde hay que jugarla. El presidente del Gobierno de Espa?a no tiene ning¨²n papel en ese juego.

Nadie deber¨ªa llamarse a enga?o. En el terreno al que el lehendakari se refiere en el documento que pretende entregarle al presidente del Gobierno no hay acuerdo posible en la reuni¨®n del pr¨®ximo 20 de mayo. Es mejor que se sepa y que no se conciban esperanzas infundadas. El lehendakari deber¨ªa saber a qui¨¦n tiene que dirigirse para "consolidar un proceso de paz y convivencia" y conseguir un "acuerdo de normalizaci¨®n".