El socialismo liberal / 1
En el siglo XX la lucha contra los totalitarismos nazifascistas y el desaf¨ªo que representan el marxismo y el comunismo polarizan la vitalidad ideol¨®gica derivada del antagonismo pol¨ªtico que hab¨ªan mantenido el liberalismo y el socialismo durante el XIX, atenuando considerablemente el perfil diferencial de ambos y su capacidad creadora. A ello se agregan por una parte el parlamentarismo en el que los socialistas concentran su acci¨®n y, por otra, el primado de la econom¨ªa en todos los planteamientos liberales que confieren a lo econ¨®mico tratamiento preferente cuando no exclusivo, lo que al evacuar, de alguna manera, la confrontaci¨®n directamente pol¨ªtica, contribuye a su convergencia ideol¨®gica. Queda s¨®lo en pie el diverso tratamiento de la cuesti¨®n religiosa, en particular en su versi¨®n integrista, cuya causa hacen suya de manera parad¨®jica los liberales, lo que nos lleva al esperpento romano del alcalde Alemanno, que con su suegro Rauti han mantenido en Italia durante a?os el referente fascista, asociado hoy al gran capital de Forza Italia y fervorosamente bendecido por el Vaticano. Este pragmatismo politiquero en las alianzas est¨¢ facilitado por el acercamiento de las posiciones doctrinales y por la atenuaci¨®n del debate ideol¨®gico que, al coincidir con la aton¨ªa ciudadana, reduce la pol¨ªtica a las luchas por el poder en los partidos. Todo lo cual genera una interpenetraci¨®n y desleimiento simult¨¢neos que conllevan un proceso de hibridaci¨®n que recorre la segunda mitad del siglo XX e inaugura procesos de los que los principales son el liberalismo social entre los liberales y el socialismo liberal en el ¨¢mbito socialista.
Reduci¨¦ndonos a lo esencial, de lo que se trata es de hacer convivir libertad e igualdad
Sobre ambos el centrismo pol¨ªtico y su oportunismo maniobrero han operado una apropiaci¨®n ileg¨ªtima que s¨®lo ha servido para aumentar la confusi¨®n, cuyo ejemplo m¨¢s revelador es el New Labor de Tony Blair y la propuesta de la Tercera V¨ªa de Anthony Giddens que le sirve de corpus doctrinal. Su prop¨®sito es adecuar la socialdemocracia al capitalismo de las multinacionales mediante algunos ajustes y retoques que permitan la convivencia de ambos, despu¨¦s que el laborismo haya enterrado sus ideales de igualdad y justicia social. Pero esa interpretaci¨®n de lo que pueda ser el socialismo liberal contradice el planteamiento y las propuestas de quienes han abordado con m¨¢s rigor y radicalidad su problem¨¢tica. Reduci¨¦ndonos a lo esencial, de lo que se trata es de hacer convivir libertad e igualdad, que son los grandes polos, los referentes centrales a la par que modelos que nos proponen ambas corrientes.
En los a?os 20/30 del siglo pasado, Carlo Rosselli, militante antifascista formado en los ideales del Risorgimento, voluntario en la guerra civil espa?ola y asesinado en Par¨ªs con su hermano Nello por la siniestra banda fascista La Cagoule, en sus dos libros de 1924 y 1930 sobre Socialismo liberal, hace la primera y m¨¢s acabada presentaci¨®n de esta nueva corriente. Para ¨¦l, el liberalismo pol¨ªtico, que nada tiene que ver con el econ¨®mico al que califica de "liberismo", s¨®lo es inteligible como una filosof¨ªa de la libertad que hace de la autonom¨ªa del individuo al mismo tiempo su arma de combate y su objetivo final. Frente al mercado que es un simple instrumento t¨¦cnico y al Estado cuya funci¨®n se limita a ser un ¨®rgano de polic¨ªa y de defensa, el actor principal del socialismo liberal es el mundo del trabajo al que corresponde hacer efectiva la libertad de todos y no s¨®lo de los ricos. Para Giustizia e Libert¨¤, el movimiento que funda durante su exilio parisino, hay que acabar con los monopolios de hecho y con la concentraci¨®n de la riqueza en unas pocas manos no recurriendo a la nacionalizaci¨®n operada por un poder p¨²blico centralizado y burocr¨¢tico, sino mediante la socializaci¨®n realizada por organismos aut¨®nomos gestionados por trabajadores, t¨¦cnicos y consumidores. Como insistir¨¢ 15 a?os despu¨¦s Guido Calogero, s¨®lo una socializaci¨®n de este tipo permitir¨¢ democratizar las empresas, tanto p¨²blicas como privadas, poni¨¦ndolas en manos de quienes tienen que ver con ellas e impidiendo que se conviertan, sobre todo en su versi¨®n ¨²ltima de grandes multinacionales, en patronos-dictadores de nuestras vidas. La dimensi¨®n federalista, propuesta en especial a nivel europeo, que recoge y empuja Altiero Spinelli, cierra su cuadro program¨¢tico. Tres pensadores mayores de lo social, Bobbio, Lefort y Habermas, retomar¨¢n este intento de interfundir libertad e igualdad y de pensar el cumplimiento del individuo en y por su realizaci¨®n social.
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