"Cuando me retire, si voy a los toros ser¨¢ con mi iPod"

Al llegar a Viridiana, Luis Francisco Espl¨¢ (Alicante, 1958) conecta igual con el tendido que con el fot¨®grafo Bernardo P¨¦rez. Charlamos del a?orado Joaqu¨ªn Vidal, al que el maestro profesa admiraci¨®n: "Su independencia fue su valor m¨¢s reconocido y su pluma marc¨® un lenguaje y un estilo".

Espl¨¢ tiene curiosidad por casi todo y, como adem¨¢s estudi¨® Bellas Artes, es un entusiasta de la fotograf¨ªa. Se interesa por la c¨¢mara de quien le acaba de retratar. Todo tiene su explicaci¨®n: "Desde que voy con Alejandro [su ¨²nico hijo var¨®n, que sigue sus pasos] he vuelto a hacer fotos. Necesito un objetivo para cuando vamos al campo. Creo que con un 70 mil¨ªmetros me ir¨ªa bien".

Tras la temporada, el torero ir¨¢ a ?frica a descansar: "All¨ª no hay gente mala"

Son m¨¢s de 30 temporadas las que lleva prendiendo banderillas, regalando quites de color y faenas alegres con los toros peor encarados, y se confiesa cansado: "Antes hac¨ªa 10 tentaderos en casa de amigos en todo el invierno; esta vez he perdido la cuenta".

La complicidad con Abraham Garc¨ªa, el restaurador, es evidente, aunque acepta a rega?adientes no traer vino. Ni miuras, ni victorinos, ni palhas, los controles de tr¨¢fico deben de ser lo ¨²nico que hace prudente al guardi¨¢n de los lances perdidos del Coss¨ªo.

Los platos desfilan sin necesidad de carta. De cuando en cuando sale el restaurador. Hablan de caza y amigos comunes. Luis Francisco, Bambino, como le dicen los m¨¢s cercanos, conoce al cocinero desde que tuvo un modesto local en un barrio de casitas bajas: "?l es de Robledillo, Toledo, por esa zona voy de caza bastante".

Come despacio durante un fest¨ªn que parece no tener fin: gazpacho, huevos, pan que moja en salsa de setas... Es peque?o, pero una lima. Torea en Las Ventas el 14 y el 18 de mayo, en San Isidro, pero a este paso no va a caber en el traje para la corrida de Eibar este domingo. Se da cuenta: "No ceno hasta ma?ana en Nimes".

Le espera un a?o de toros en puntas, encastados, correosos... Lo contrario que a las figuras; no le importa, ¨¦l ya piensa en el final de temporada, en octubre: "?frica es mi refugio. Me ir¨¦ a desconectar, a conocer gente sin maldad".

Cuando se tiene a un catedr¨¢tico de marketing como apoderado es que se est¨¢ de vuelta de todo, hasta de los dineros. Su conexi¨®n con los que mueven los hilos del mundo de los toros es escasa, y lo prefiere as¨ª: "Cuando me retire no me va a reconocer nadie. Si voy a una plaza ser¨¢ con mi iPod, gorra, gafas de sol y barba".

Espl¨¢ se despide cordial y sale en busca de su coche, son casi las cinco, el tiempo corri¨® r¨¢pido. "Espera, espera, que tengo algo para ti", le para Abraham. Y saca de una bolsa un libro y un CD: "S¨¦ que te gustar¨¢, es de Jos¨¦ Hierro, ven¨ªa mucho por aqu¨ª. Siento no haber podido presentaros".