A merced de la corriente
Son los navateros (nabateros, en Sobrarbe), pero la riqueza del lenguaje tambi¨¦n permite nombrarlos como almadieros, gancheros, raiers (en Catalu?a). Y, si salimos de nuestras fronteras, radelieurs, zattieri, fl?sser... Navegan por los r¨ªos Cinca, G¨¢llego, Noguera Pallaresa, Segre, Esca, Arag¨®n...
El s¨¢bado 17 de mayo, navateros y almadieros de Espa?a, Francia, Italia, Polonia, Eslovenia, Alemania, Rep¨²blica Checa, Austria, Letonia, Rumania y Finlandia surcar¨¢n las aguas durante los 12 kil¨®metros que median entre Laspu?a y A¨ªnsa (Huesca). Se celebra un encuentro internacional (con m¨²sicas y trajes tradicionales) para el que sus organizadores, la Asociaci¨®n de Nabateros del Sobrarbe, han comprado 300 metros c¨²bicos de madera de abeto y pino, con el fin de realizar ocho navatas: suelen descender dos o tres.
"Las navatas", dicen en la asociaci¨®n, "dejaron de bajar por el Cinca en los a?os cincuenta, tras la construcci¨®n de los embalses del Mediano y el Grado y la mejora del transporte por carretera". En 1983, a ra¨ªz de una pel¨ªcula del Instituto Aragon¨¦s de Antropolog¨ªa, las navatas revivieron. Los viejos navateros se aprestaron entusiasmados a asesorar, trabajar, pilotarlas... Casi inmediatamente naci¨® la asociaci¨®n, y lo que fuera dur¨ªsimo oficio se ha convertido en una multitudinaria fiesta. Adem¨¢s, se ha creado un Museo de las Nabatas en Laspu?a, as¨ª como el Ecomuseo Luis Pallaruelo y recorridos de senderos se?alizados.
Las navatas son al mismo tiempo el continente y el contenido, el medio de transporte y la carga que se desplaza. "Su construcci¨®n", dice Juan A. Garc¨ªa Cepillo, carpintero y gu¨ªa especialista en kayaks y rafting, "comienza en enero con la corta de verdugos de sarga a la orilla del r¨ªo, que servir¨¢n para atar los troncos y montar la navata". Viejos y j¨®venes trabajan juntos al amor de un buen fuego, s¨®lidas viandas, excelentes vinos y un extraordinario ambiente.
Tal vez el secreto de su recuperaci¨®n estribe, como se?ala Juan A. Garc¨ªa Cepillo, en que "viajar en una embarcaci¨®n tan r¨²stica a merced de la corriente del agua te hace sentir muy vulnerable, pero a la vez percibes una atracci¨®n que te lleva a navegar de esta manera por el r¨ªo".
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