Las cenizas del profesor entre los tojos
El tercer intento municipal fue en la plaza del pueblo. "Hace siglos se enterr¨® all¨ª alg¨²n cad¨¢ver", dice Traba. Al menos, aquella necr¨®polis se estren¨®. Aunque se puede decir que la de Portela tambi¨¦n lo hizo. Ante una muerte inminente, Manuel Garc¨ªa Seijas, profesor en Fisterra, pidi¨® que si no pod¨ªa ser inhumado en uno de los contenedores de barco, al menos aventasen all¨ª sus cenizas. Quiz¨¢s sigan hoy bajo los tojos.
Entre los pocos vecinos enamorados del lugar, lo que no gusta es que las sepulturas sean de alquiler. Aqu¨ª todo el mundo quiere dormir su sue?o eterno en casa propia. "Los modernos no lo creen, pero algo hay que nos domina, y si el Viernes Santo llueve, todo el a?o est¨¢ revuelto. Con las cosas de los muertos no se puede andar jugando", filosofa Maruja, madre de un famoso ex jugador del Depor.
Muchos turistas, al ver los cubos desde la carretera, piensan que son bungal¨®s. "?Y el Ayuntamiento me alquilar¨ªa uno de ¨¦sos para el fin de semana?", pregunt¨® uno en el sem¨¢foro mar¨ªtimo. "Lo dudo", le respondieron, "por menos de 25 a?os, no va a poder ser".
Babelia
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