El Picasso de la Arquitectura
Le Corbusier, el hombre que bautiz¨® la vivienda como una m¨¢quina de habitar, vivi¨® mucho tiempo en una casa empapelada con ilustraciones de los grandes monumentos de Par¨ªs. Ten¨ªa 30 a?os cuando eligi¨® esa decoraci¨®n. Para entonces ya hab¨ªa ideado su c¨¦lebre sistema Dom-ino, un esqueleto de hormig¨®n prefabricado con tres pisos, una escalera y seis columnas, que permit¨ªa a cada ocupante decidir la distribuci¨®n de su casa. Sin embargo, a pesar de sus ideas revolucionarias, ¨¦l eligi¨® vivir entre ornamentos cl¨¢sicos. No utiliz¨® ninguno de los muebles de estructura tubular que hab¨ªa dise?ado con Charlotte Perriand hasta que cumpli¨® 43 a?os. En realidad, Le Corbusier no vivi¨® nunca en una de sus famosas casas. Y tampoco habit¨® en apartamentos que cumplieran el ideario que se pas¨® la vida defendiendo. Charles-?douard Jeanneret (Suiza, 1887) fue el modelo del arquitecto integral y pionero del dise?ador medi¨¢tico, r¨¢pido para algunas cosas, pero muy lento para otras. Hijo de un relojero y de una profesora de m¨²sica, era un pintor m¨¢s o menos conocido y hab¨ªa construido ya varias casas pintorescas cuando, en 1920, decidi¨® cambiar de nombre. Cinco a?os despu¨¦s firmar¨ªa como Le Corbusier el revolucionario pabell¨®n de L'Esprit Nouveau para la Exposici¨®n de Artes Decorativas de Par¨ªs. A los 40 a?os public¨® su famoso ideario en cinco puntos para una arquitectura moderna: los pilotes, la azotea-jard¨ªn, la ventana en banda horizontal y la planta y fachada libres. Los ba?os, parcialmente abiertos, fueron tachados de inmorales. Y la vivienda fue considerada exc¨¦ntrica.
Moneo: "Sirve de modelo para los que sienten nostalgia de cuando la condici¨®n heroica del arquitecto era una norma"
Calatrava: "Tergivers¨® la realidad y se apropi¨® del discurso de otros de manera abusiva. No fue original"
Una exposici¨®n organizada por el Vitra Design Museum, que ahora puede verse en el Barbican Centre de Londres y que viajar¨¢ luego a Lisboa en gira mundial, descubre a un Le Corbusier coleccionista. Alguien para quien una casa era, adem¨¢s de un refugio, un almac¨¦n de los objetos que explican la vida de las personas. Un tipo que guardaba por igual recibos de la lavander¨ªa que recortes de revistas.
Existe el consenso de que este arquitecto autodidacta fue el Picasso de la arquitectura, con una etapa pintoresca, otra genial rupturista y racionalista, una m¨¢s social y pionera y una cuarta m¨¢s libre y org¨¢nica en la que levant¨®, tambi¨¦n, obras maestras. Su problema fue, en todo caso, que casi siempre quiso elegirlo todo. Recuper¨® la idea cl¨¢sica de un sistema de medidas a partir de las proporciones del hombre. Del cruce entre module y section d'or naci¨® su "modulor", la medida de un hombre de pie, con el brazo levantado y el ombligo en el medio justo, que combinada con las leyes de la secci¨®n ¨¢urea permit¨ªa calcular la dimensi¨®n ideal para una habitaci¨®n. En 1945, el arquitecto recibi¨® el encargo de levantar m¨¢s de 300 viviendas en Marsella con la ¨²nica ayuda de ese sistema de proporciones. El bloque de viviendas con medidas humanas que ide¨® pas¨® a la historia con nombre franc¨¦s: L'Unit¨¦ d'Habitation.
Profeta o propagandista, este arquitecto fue una mezcla entre un monje entregado a su religi¨®n, la arquitectura, y un soldado del arte. Seguramente fue esa combinaci¨®n la que termin¨® por convertirlo en el primer arquitecto global. As¨ª, con fama de genial proyectista, pintor correcto y dise?ador avezado, Le Corbusier hizo de todo.
?Pero fue realmente el arquitecto m¨¢s importante del siglo XX? Rafael Moneo, antiguo decano de Harvard, lo tiene claro: "Le Corbusier fue sin duda el arquitecto de mayor influencia en el siglo XX. Y su obra tiene como tel¨®n de fondo la fe en la utop¨ªa", apunta. Pero ?qu¨¦ lo hizo posible? El ¨²nico espa?ol con un Premio Pritzker cree que "los cambios que se adivinaban en la sociedad -dispuesta a una transformaci¨®n radical de las formas de vida- justificaban un nuevo lenguaje universal de la arquitectura. El hormig¨®n armado como material que permit¨ªa superar los viejos procedimientos constructivos y el cubismo como teor¨ªa pl¨¢stica desde la que contemplar el mundo se convertir¨ªan en fundamentos de este nuevo lenguaje. Le Corbusier se ve¨ªa como mes¨ªas y no tuvo pudor alguno en predicar obstinadamente su credo, que fue aceptado por todos los que cre¨ªan en el advenimiento de una nueva arquitectura en consonancia con los tiempos", asegura Moneo. El autor de la ampliaci¨®n del Prado considera que hoy, "si bien las condiciones pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales son completamente diversas, todav¨ªa su figura sirve de modelo para los profesionales que parecen sentir nostalgia de los tiempos en los que la condici¨®n heroica del arquitecto era una norma, olvidando que hoy corremos el riesgo de ser meros instrumentos de la cultura del tardocapitalismo en que nos movemos".
Casi ilustrando la opini¨®n de Moneo, la exposici¨®n del Vitra recoge maquetas y fotograf¨ªas que evidencian, por ejemplo, c¨®mo Le Corbusier se adelant¨® a las formas expresionistas de Frank Gehry en el pabell¨®n Philips que firm¨® en Bruselas en 1958. Para el suizo, la arquitectura "deb¨ªa acercarse a la ingenier¨ªa sin renunciar a la emoci¨®n". Esa misma frase podr¨ªa ser la descripci¨®n de uno de los escult¨®ricos trabajos que hoy firma no s¨®lo Gehry, tambi¨¦n Santiago Calatrava. El valenciano est¨¢ cerca de esa ambici¨®n de Le Corbusier, aunque cree que el suizo "tergivers¨® la realidad y se apropi¨® del discurso de otros (del escultor Auguste Rodin) de manera abusiva. No fue original", sentencia. Mientras que arquitectos de menos de 40 a?os, como Jos¨¦ Selgas y Luc¨ªa Cano, se rinden ante los datos inform¨¢ticos: "Por entradas de Google, Le Corbusier (2.110.000) supera claramente a Mies van der Rohe (1.600.000) y a Alvar Aalto (1.240.000), aunque s¨®lo por poco a Frank Gehry (1.930.000)", apuntan para tratar de medir su relevancia social.
Tambi¨¦n la comisaria de la exposici¨®n del Vitra, Beatriz Colomina, recurre a las cifras -79 libros, 511 art¨ªculos, 55 peri¨®dicos, 13 pel¨ªculas, 25 programas de televisi¨®n, 20 emisiones de radio- para indicar que Le Corbusier se adelant¨® a lo que ser¨ªa ser arquitecto en el siglo XXI. "Su arquitectura es impensable sin la fotograf¨ªa y el cine", apunta. El primer arquitecto medi¨¢tico fue, por ejemplo, un precursor del estilismo. As¨ª, al fotografiar su Villa Savoye quiso dar la impresi¨®n de que alguien acababa de pasar por all¨ª. Dej¨® un sombrero colgando de un perchero, pescado fresco y una barra de pan en la cocina. Tal vez por eso, dos generaciones despu¨¦s de Moneo, Selgas y Cano est¨¢n de acuerdo con su valoraci¨®n, pero la explican de otra manera: "Dec¨ªa Francesco Venezia que en la obra completa de Le Corbusier est¨¢, a modo de enciclopedia, toda la arquitectura. No estamos en desacuerdo con Venezia, pero para hacer arquitectura no basta con la arquitectura. Para nosotros, la diferencia y riqueza de Le Corbusier reside en su parte humana, en sus viajes, en sus apuntes, en su pintura, en su caba?a, incluso en su muerte", apunta Jos¨¦ Selgas. As¨ª, y aunque hace 20 a?os la ¨²ltima gran muestra sobre el arquitecto lo reconociera ya como el proyectista del siglo, Le Corbusier no ha gozado siempre de ese cr¨¦dito. "En la escuela de Venecia, donde estudi¨¦, Le Corbusier era un arquitecto tab¨²", apunta Benedetta Tagliabue y cuenta que su relaci¨®n con el mito cambi¨® cuando conoci¨® al que se convertir¨ªa en su marido, el desaparecido Enric Miralles: "Enric hablaba de ¨¦l como de un amigo, y me lo explic¨® como el arquitecto m¨¢s misterioso e intuitivo al que se pod¨ªa acceder. Hoy creo que fue un gran comunicador, un visionario que aceptaba moverse inc¨®modamente por el mundo para poder llevar a todos su palabra. Un pintor-poeta que aceptaba las molestias de la construcci¨®n".
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